Galicia fue de las primeras comunidades en recibir la Navidad, una de las fiestas más esperadas del año. Ya es costumbre que Vigo encienda su famoso alumbrado y llene las calles de decoraciones propias de la época. Poner el Belén, cenar marisco y dulces navideños, jugar a la Lotería Nacional del 22 de diciembre o comer las 12 uvas para despedir el año son otras de las muchas costumbres en estas fechas.
Galicia tiene muchas tradiciones propias: la Santa Compaña, el Samaín, el entroido... Relacionada con la Navidad, hay una leyenda antigua y popular que ha ido pasando de generación en generación. Se trata de la figura del Apalpador, una suerte de 'Papá Noel' que ya se ha convertido en un símbolo de la temporada.
¿Quién es el Apalpador?
El Apalpador tiene un aspecto muy particular. Es un señor mayor, muy alto y barbudo. Hay quienes lo describen como un hombre delgado. Lleva boina y viste con ropa colorida llena de remiendos. Además, se suele representar fumando una pipa. Su imagen es muy similar a la de los tradicionales carboneros de Galicia.
A diferencia del icónico Santa Claus, este personaje navideño que emerge de la mitología gallega no llega en un trineo tirado por renos, aunque sí va acompañado por un burro. Según cuenta la leyenda, el Apalpador vive en las altas montañas y baja andando por las laderas hacia los pueblos los días 24 y 31 de diciembre. En algunas localidades se dice que viene ambos días, en otras solamente llega uno.
Cuando llega a las casas, entra sigilosamente en las habitaciones de los niños para palpar sus barridas y comprobar si han comido suficiente durante todo el año. En caso de que se hayan alimentado bien, les deja un puñado de castañas. Si además se han sido buenos, también les deja algún regalo, normalmente un juguete.
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