Dos operaciones contra la droga en un mismo día: el miércoles. Son las últimas intervenciones que los agentes de la Policía Municipal de Madrid han llevado a cabo en la capital contra lo que la portavoz del Ejecutivo municipal y delegada de Emergencias y Seguridad, Inma Sanz, ha denominado como "una lacra". El primero de estos sucesos, que finalizó con la incautación de 23 kilogramos de cocaína, ocurrió en San Blas. El segundo, en un local de ocio del distrito de Chamberí.
La primera intervención policial de la que ha dado cuenta Sanz tras la Junta de Gobierno ha sido la que tuvo San Blas como escenario. Varios agentes patrullaban las calles de este barrio, a modo preventivo por el incremento de tráfico de drogas que se ha producido recientemente en esta zona de Madrid, cuando de pronto vieron a dos personas portando varias maletas y bolsas deportivas y en "actitud sospechosa". Trataron de pararles para proceder a su identificación.
Sin embargo, a medida que los efectivos policiales fueron acercándose hacia el lugar en el que se encontraban, estos dos hombres salieron corriendo y dejando tirado el equipaje que llevaban. Fue en ese momento en el que comenzó la persecución, que acabó con uno de ellos detenido y otro fugado. Además, los agentes hallaron en las maletas y bolsas 23 kilogramos de cocaína, por un valor que asciende hasta los 1,8 millones de euros, distribuidos en 18 paquetes. También incautaron una máquina de envasar al vacío y varios utensilios para esta tarea.
La segunda de las operaciones, la de Chamberí, acabó también con detenciones. Dos personas resultaron arrestadas por presunta venta ilegal de droga en un local de este distrito. Además, los agentes, tras el registro del establecimiento, la asociación cannábica Toxic Room, hallaron tres armas y 1.600 euros en efectivo. También hallaron allí 500 gramos de hachís, 2 kilogramos de marihuana, una báscula de precisión y útiles para empaquetar las dosis.
Fueron un total de 22 agentes los que participaron en esta operación, que también contó con apoyo de la sección canina. Se trata de una investigación que llevaba meses en marcha, desde junio, debido a que la Policía detectó que dentro del local se podría estar llevando a cabo venta al pormenor de sustancias estupefacientes.
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