Entrevista

Óscar Martínez: "La fama repentina me volvió un poco tonto"

El presentador Óscar Martínez.
El presentador Óscar Martínez.
Angel Manzano / Getty
El presentador Óscar Martínez.

Óscar Martínez es un rostro habitual de la pequeña pantalla. Presentador de todo tipo de formatos, desde hace varias semanas conduce con Alicia Senovilla el programa Juntos en Telemadrid. Entre grabación y grabación de los especiales de Navidad, atiende nuestras preguntas.

¿Cómo está siendo su regreso a Telemadrid?
En realidad nunca me he ido porque he estado presentando programas durante todos estos años donde acompañaba al espectador a descubrir rincones de Madrid. Además, luego he estado también codirigiendo Mi cámara y yo, por lo que siempre he tenido una vinculación con esta casa.

¿Le gusta eso de ponerse a los mandos y dirigir?
Sí, la verdad es que es otra forma de entender la televisión y me gusta mucho, me siento muy cómodo detrás y delante de las cámaras.

Tiene 47 años pero una trayectoria profesional infinita, ¿qué balance hace?
En este medio se está siempre aprendiendo. Cada programa es un reto y en la televisión no puedes estar viviendo de las rentas porque pasamos todos los días un examen y el resultado es inmediato. En todas las franjas hay competencia muy buena, lo que te obliga a dar siempre lo mejor. Y en eso estamos, en ofrecer a la gente un producto que guste y que sorprenda.

¿Es esclavo del share?
Sí, la verdad es que sí. Todos los que nos dedicamos a este medio dependemos de ese número. En televisión se mira el minuto a minuto, lo que funciona y lo que no funciona. Es una radiografía continua de tu trabajo. Eso sí, la tensión que genera el tema de las audiencias se compensa con el reconocimiento, el abrigo de la gente. Me considero un privilegiado porque hago entretenimiento y eso permite que mucha gente se distraiga.

¿Llega a afectar a su ánimo?
Sí, por supuesto. Lo que sí he aprendido es a relativizar lo que significa el éxito y el fracaso. Con el paso de los años vas entendiendo que un programa puede funcionar o no por muchas razones y no solo por un presentador.

¿Es la televisión su hábitat natural o ha buscado otras alternativas?
Hago muchas cosas porque la televisión nunca puede ser el plan A porque hay mucha competencia y porque no hay ni un solo presentador que sea imprescindible. Generalmente este trabajo es bastante inestable y, si cuesta llegar, mucho más cuesta mantenerse. Así que ahora doy clases en la facultad, en la Fundación Incide, doy charlas, hago publicidad… Y sobre todo soy padre.

Cuando echa la vista atrás, ¿se arrepiente de algo?
Sí, por supuesto que sí. Y te diré que no entiendo a la gente que dice que no se arrepiente de nada porque está claro que en un momento dado yo hubiera reaccionado o me hubiera comportado de otra manera. Empecé muy joven en televisión y la fama repentina me hizo que me volviera un poco tonto. Por suerte mi madre siempre estuvo ahí para ponerme los pies en el suelo.

Y, ahora, ¿cómo lleva la fama?
Muy bien porque la gente es muy respetuosa, nunca digo que no a una foto… salvo el otro día que me pidieron una cuando fui al tanatorio a darle el pésame a un amigo.

Es usted un hombre muy guapo, ¿ha jugado a su favor o en contra?
Nunca me he considerado un hombre guapo. Es verdad que tengo un físico que llama la atención porque parezco nórdico, pero yo creo que más que el físico lo importante es cuidar la imagen. Hago deporte, intento tener una sonrisa agradable y luminosa, no bebo ni fumo…

¿Tiene muchos enemigos?
Alguno hay, pero me parece saludable. Coincido con Antonio Banderas cuando dice que ha aprendido a disfrutar de su trabajo al asumir que no le puede caer bien a todo el mundo. Soy consciente de que habrá gente que festeje un fracaso mío, pero afortunadamente tengo mucha gente querida y que me quiere.

¿Ha pedido perdón muchas veces?
Sí, no me cuesta pedir perdón. De hecho, lo hago bastantes veces al día porque soy muy despistado y alguna vez puedo meter la pata. Pedir perdón es sanísimo.

Tiene un hijo adolescente, ¿es muy estricto?
No sabría cómo calificarme como padre, solo sé que estoy muy pendiente de él, de sus compañías, de que no se despiste demasiado con las redes sociales. Pero tengo un hijo muy bueno y que, afortunadamente, creo que no se va a dedicar a la televisión.

Y, con tanto trajín, ¿tiene tiempo para el amor?
Por supuesto. Tengo una relación estable, ella no se dedica a este medio por lo que la relación es muy sana y la verdad es que nos llevamos muy bien.

¿Es un hombre feliz?
Sí, pero también soy muy agradecido. La pandemia me ayudó a saber valorar lo que tengo, la salud de los míos, la tranquilidad, el poder trabajar en lo que más me gusta…

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