Sánchez dice en Estrasburgo que España tiene un Estado de Derecho "robusto" y la oposición le acusa de "vender la dignidad" del país

Pedro Sánchez, en Estrasburgo.
Pedro Sánchez, en Estrasburgo.
Frederic MARVAUX
Pedro Sánchez, en Estrasburgo.

Fue recibido Pedro Sánchez con aplausos de los suyos a su entrada en el pleno de Estrasburgo y reconoció que no había demasiada normalidad. Su discurso fue de balance y no de presentación de la presidencia española del Consejo, pero dentro de esa pequeña anomalía, el presidente del Gobierno se congratuló de haber llegado a la ciudad francesa, al pleno del Parlamento Europeo, habiendo formado un Ejecutivo "de coalición progresista" con el apoyo "de una mayoría absoluta" frente "a la derecha y a la ultraderecha". Sabía en parte lo que se le avecinaba, con la amnistía como tema clave para la oposición.

"La presidencia española ha sido una presidencia exitosa, en la que se han aprobado 43 expedientes y con avances significativos", sostuvo, dando cuenta de estos últimos seis meses. Enumeró de hecho el socialista los "logros" de esa presidencia rotatoria, en base a las prioridades marcadas en julio y que quedaron en parte desdibujadas por la convocatoria electoral del 23-J, de la que, dijo, ha salido "un Gobierno comprometido" con el proyecto europeo.

Como ya se avecinaba, el mensaje de Sánchez esquivó polémicas y pidió que la UE "no se encierre en sí misma y lidere la modernización de la arquitectura multilateral", con una visión "de futuro" que, en palabras del presidente, quedó validada por los 27 sobre todo en la cumbre celebrada en Granada el pasado mes de octubre. "Europa ha dado grandes pasos" este semestre, a juicio de Sánchez, con leyes "pioneras" como la que regulará la Inteligencia Artificial y con reuniones "históricas" como la celebrada entre la UE y la CELAC.

Puigdemont, ante Sánchez en el Parlamento Europeo.
Puigdemont, ante Sánchez en el Parlamento Europeo.
RONALD WITTEK / EFE

Por otro lado, Sánchez pidió ser "consistentes y persistentes" en la transición ecológica para que la UE sea "más competitiva y más próspera", con lo que ello conlleva ante la dependencia energética que ha castigado a la Unión sobre todo con la invasión rusa de Ucrania. "La agenda verde no es un obstáculo para la competitividad de Europa, es su mayor esperanza", espetó el presidente desde la tribuna, con un pleno en el que estuvo escoltado, entre otros, por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Esquivó todo lo que pudo el tema de la amnistía, que sacaron a colación los partidos de la oposición. El líder del PPE, Manfred Weber, tuvo un tono conciliador al inicio y dio una salida europea a sus primeras palabras pero rápidamente entró en los "problemas" con el Estado de Derecho en España, recordando además el debate sobre la norma de este martes en el Congreso y enumeró los casos de corrupción que afectan a los socialistas por ejemplo en Portugal. "Alberto [Nuñez Feijóo] es la alternativa en España", terminó diciendo el alemán, al tiempo que amenazó con la creación de una comisión de investigación en la Eurocámara sobre la amnistía.

Sí recibió los elogios de Iratxe García, que hizo 'equipo' con Sánchez para defender los planes socialdemócratas para la UE "frente a la derecha y a la ultraderecha" y acusó a Weber de tener como proyecto "hacer vicepresidente de España al señor Abascal". Pero el tono del debate subió cuando los eurodiputados españoles fueron tomando la palabra. La portavoz del PP, Dolors Montserrat, aseguró que "España no se rinde porque de España no se ríe nadie" y dice "no" a la ley de amnistía, "en las calles, en los tribunales" porque supone "vender la dignidad de España por siete votos". Solo hay, para Montserrat, un intercambio de "impunidad por poder".

España no se rinde porque de España no se ríe nadie

También fue muy duro el líder de Cs, Adrián Vázquez, que acusó a Sánchez de explicar "unas prioridades que no son verdad" porque las prioridades de verdad "no las puede explicar". Al mismo tiempo, Vázquez expuso los pasos del Gobierno "colocando ministros" en otros puestos y terminó con un aviso: "Su historia, si no la rectifica, no va a acabar bien".

Para Jorge Buxadé, de Vox, Sánchez "es narcisista y manipulador" y no tiene "escrúpulos", y puso como ejemplo el mal reparto que para él se ha hecho de los fondos europeos o temas como la migración. "Su narcisismo ha arruinado la presidencia española", espetó; "y ahora quiere dar un golpe a la democracia" con la amnistía. Buxadé aseguró que la ley de amnistía es "manifiestamente inconstitucional" y señala a los jueces. "Es un retroceso de siglos", concluyó el líder de Vox en la Eurocámara, y definió el pacto como "un acuerdo criminal". Sánchez, concluyó, "pasará a la historia por intentar destruir todo lo que nuestros padres y abuelos construyeron con esfuerzo".

Tuvo que escuchar el presidente del Gobierno, en el punto más morboso de la jornada, a Carles Puigdemont. El expresidente catalán ocupó su minuto de intervención en advertir de que "el problema de Europa nunca han sido las promesas, sino el incumplimiento de esas promesas, porque del incumplimiento pone en juego la confianza", comenzó. "Hoy le hablo en su lengua materna, pero no lo puedo hacer en la mía", sostuvo, afeando que el Gobierno no haya conseguido la oficialidad del catalán en la UE. "Las oportunidades hay que aprovecharlas cuando ocurren", terminó Puigdemont.

En la réplica y para cerrar la sesión, Sánchez insistió en el papel de la presidencia española del Consejo. "He escuchado afirmaciones maliciosas sobre la calidad democrática de mi país", sostuvo, porque, dijo, "los hechos son los hechos, y hay que argumentar con los datos en la mano". En esto, sostuvo que España "es una de las grandes democracias del mundo", en respuesta sobre todo a los eurodiputados de los partidos de la oposición. Comentó además que tiene "uno de los Estados de Derecho más robustos" y si no lo es más es porque "hay un caso de lawfare en el bloqueo del CGPJ por parte del Partido Popular".

Sánchez quiere que el PP "rompa su idilio con la ultraderecha" y le llama a llegar a acuerdos "como los que se dan precisamente en el Parlamento Europeo". Frente a la derecha radical, avisó Sánchez, "el Gobierno de España está perfectamente alineado con los valores europeos", y al mismo tiempo defendió la norma de amnistía porque "nadie puede estar orgulloso" de cómo se gestionó el procés. "Hemos retomado la negociación y la política frente al fracaso del PP", aseveró, y dijo que "la amnistía apuntalará este objetivo". Y está "en nuestras manos lograrlo", por la vía "de la Constitución", le respondió a Puigdemont.

Su intervención, con todo, acabó de manera muy bronca, al chocar con Manfred Weber, en un cuerpo a cuerpo que sirvió para cerrar el pleno con aplausos y abucheos a la vez para el presidente del Gobierno, que se fue del Hemiciclo sin escuchar la respuesta del dirigente alemán, muy enfadado con las referencias de Sánchez al "Tercer Reich" a los, dice el jefe del Ejecutivo, acercamientos del PPE a la derecha radical. Weber se ha defendido poniendo como ejemplo que en Alemania se han dado grandes coaliciones entre conservadores y socialistas. "El presidente de España me ha atacado durante cinco minutos. Se ha referido a qué haría en Alemania yo. En mi país, los demócratas se reúnen y encuentran un consenso entre izquierda y derecha. Él hace lo contrario", recalcó.

Sánchez esquivó la polémica

Antes de entrar en esa faena, Sánchez se centró solo en defender la posición de España en la UE, con los "avances logrados durante la presidencia del Consejo". Tuvo un mensaje eminentemente europeo, con medidas como la reforma del mercado eléctrico, que se ha convertido en una de las grandes bazas del Gobierno desde el año 2021. "Será una reforma histórica", comentó el presidente todavía en su primer turno de palabra. También citó áreas como la lucha contra la violencia machista o la ampliación de derechos para "los más vulnerables". No se olvidó Sánchez de la reforma de las reglas fiscales, sobre la que espera "un acuerdo antes de que termine la legislatura", con la mirada puesta en las elecciones de junio de 2024.

"En los últimos años Europa ha sido atacada para quebrarnos, y han conseguido lo contrario. Ya nadie habla de salir de la UE", prosiguió el presidente del Gobierno al hablar de otra prioridad de la presidencia: la unidad europea. "En este mundo de gigantes, para prosperar, debemos estar unidos", esgrimió y en este sentido se puso como deberes finales del semestre el cierre del pacto de migración y asilo, que todavía sigue en el aire aunque ya se encuentra en fase de trílogo.

La ampliación es otro de los grandes melones, y Sánchez reconoció que no es un tema sencillo, pero pasa en parte por "el apoyo unánime que está brindando" la Unión a Kiev, y se ha mostrado a favor de que se puedan abrir ya las negociaciones de adhesión. "Lo que esperamos es poder viajar pronto a Kiev para celebrar la retirada de las tropas rusas y la llegada de la paz", deseó el presidente del Gobierno, justo en un momento además en el que ese consenso se tambalea por un nuevo veto húngaro. 

Lo que esperamos es poder viajar pronto a Kiev para celebrar la retirada de las tropas rusas

Con todo, Sánchez quiere que la Unión Europea se pronuncie con "claridad" sobre lo que sucede en Gaza. "Debemos hablar alto y claro, condenar los atentados terroristas de Hámás, pedir la liberación de los rehenes y defender el derecho de Israel a existir", sostuvo, pero con la misma "convicción", aseguró, "debemos decir basta a la muerte de civiles en Gaza". Para Sánchez, "la ayuda humanitaria debe llegar de manera urgente y Europa tiene que exigir el cumplimiento del Derecho Internacional". En ese escenario, volvió a defender la solución de los dos Estados.

"A pesar de todo, Europa progresa", terminó Sánchez, elogiando a la UE como proyecto de presente y de futuro. Quiso centrarse el presidente en los puntos positivos de la Unión, y pidió "mirar al futuro con optimismo" para "liderar una nueva era de prosperidad". El presidente del Gobierno se dijo, de hecho, convencido "de que lo vamos a lograr", antes de concluir con aplausos del lado socialista del Hemiciclo, en un mensaje que se extendió durante poco menos de un cuarto de hora.

Von der Leyen habla de una "nueva era"

Por su parte, Ursula von der Leyen centró su parte en tres puntos como fueron la situación en Oriente Próximo, la migración y la energía. Sobre Israel, recogió el testigo de lo planteado por los 27 y defendió que se puedan aprobar sanciones contra los colonos en Cisjordania. En este sentido, pidió "acabar con la violencia" en colaboración con los socios de la UE en la zona.

Asimismo, la presidenta de la Comisión Europea celebró el acuerdo final de la COP28 en una transición energética que se inició para la UE tras la invasión rusa de Ucrania, y que tiene como pilar principal el impulso por las renovables. "Esto tiene el potencial de ser el inicio de una nueva era", con inversiones "en energías limpias". Este es, dijo Von der Leyen, "el camino correcto" para Europa.

Quiso hablar también la líder alemana de la situación migratoria. "Es un reto europeo y necesita una respuesta europea", repitió ante el pleno, recordando las cifras que se están dando de llegadas en las fronteras de la UE. "Tenemos la obligación de salvar vidas", expresó, pero avisó: "Nosotros decidimos quién viene a Europa y sobre qué circunstancias. No lo hacen las mafias". Ese mensaje ya lo había dejado claro, y terminó hablando de que Europa tiene que cooperar con terceros países para que la política migratoria se base "en la solidaridad, en la credibilidad y en la humanidad".

El pleno, de hecho, tuvo de todo, incluso los ladridos de un perro en la tribuna que desataron las risas de los eurodiputados, empezando por la presidenta Roberta Metsola. Eso, además de alimentar algunos memes, supuso el único momento de cierta relajación durante todo el debate. Sánchez ahora cambia Estrasburgo por Bruselas, y la presidencia del Consejo acabará para España, pero la amnistía seguirá en el aire.

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