Helena Resano Periodista
OPINIÓN

Mario, Miguel Ángel, Itziar

Imagan de Itziar Castro.
Imagen de Itziar Castro.
Daniel González | EFE
Imagan de Itziar Castro.

Mario Tascón, Hematocrítico, Itziar Castro… Llevamos unas semanas despidiendo a gente muy brillante que se ha ido demasiado pronto. A algunos los conocí, llegué a compartir charlas y la promoción de algún proyecto, como con Mario y el Levanta la cabeza que se impulsa desde Atresmedia. Me tuve que reunir varias veces para poder contar mejor en qué consistía, cuál era el objetivo de esa campaña… Después coincidimos en alguna mesa redonda sobre fakenews. Recuerdo que al día siguiente volaba a Nueva York y me dio envidia esa libertad de moverse, de estar en tantos sitios, de aprender de otros, de escuchar otras miradas sobre esta profesión… Le admiraba mucho. Muchísimo. Y siento que no le conocí lo suficiente. Después de leer todos los comentarios que tantos y tantos colgaron en las redes cuando murió de forma repentina en Argentina comprendí que esa generosidad en contar y compartir lo que sabía era su forma de moverse por la vida, su forma natural de ser.

A Hematocrítico, a Miguel Ángel López, no le conocí apenas. Habíamos compartido, de nuevo, trabajo relacionado con su divulgación, con cómo compartir cultura y despertar interés en los más pequeños a través de la lectura. De eso hace muchos años, fue también a través de mi casa, de Atresmedia, y de otra campaña que se impulsaba entonces, Crea Cultura. Él vino a participar en una mesa redonda en el Parque del Retiro. Una tarde de primavera en la que me sorprendió su poco convencionalismo respecto a cómo afrontar esa etapa de la niñez, de cómo escuchar a esos niños, cómo alimentarles la curiosidad… Me conquistó su sentido del humor, su ironía fina.

A Itziar no tuve el placer de conocerla. Pero leyendo todo lo que se ha escrito sobre ella estoy segura de que me perdí a una gran mujer. Valiente y tenaz en defender lo que creía y, por lo que cuentan, amiga de sus amigos siempre.

Su muerte me ha hecho reflexionar sobre todo ese tiempo maravilloso que perdemos a diario en dar espacio y voz a gente que no tiene nada que aportar

Los tres se han ido demasiado pronto. De repente. Cuando estaban en su mejor momento. Se han ido dejando un enorme vacío entre sus amigos, entre sus familiares, en sus parejas, en la gente que no les conocía, pero les seguían por redes o en medios… Y su muerte me ha hecho reflexionar sobre todo ese tiempo maravilloso que perdemos a diario en dar espacio y voz a gente que no tiene nada que aportar. O en dar espacio y tiempo a preocupaciones fabricadas por otros y que, a nosotros, realmente, no nos importan ni nos afectan. Que nos generan muchísima ansiedad sin tener por qué hacerlo. Que nos enfrentan de forma artificial. Los tres, a su manera, trabajaron toda su vida precisamente por lo contrario, por no vivir en el enfrentamiento sino en el entenderse, en el escuchar a los demás, en aprender siempre de lo que otros nos puedan contar. Y con esa lección me quedo: la vida es seguir aprendiendo siempre, seguir escuchando, seguir compartiendo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento