Podemos rompe con Sumar en el Congreso y sus cinco diputados se van al grupo mixto

Europa Press
El coportavoz de Podemos, Javier Sánchez Serna.
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La ruptura de Podemos y Sumar, que políticamente ya era un hecho desde hace semanas, ya se ha consumado también en el Congreso. Este martes, la formación morada anunció por sorpresa que sus cinco diputados en el Congreso saldrán del grupo parlamentario de Sumar de manera inmediata y se unirán al grupo mixto, después de meses de desencuentros con la coalición que lidera Yolanda Díaz. El último choque se produjo este mismo martes, cuando Díaz rechazó que la líder morada, Ione Belarra, defendiera la posición del grupo de Sumar en el debate parlamentario sobre la invasión israelí de Gaza en el Congreso.

El responsable de anunciar la ruptura institucional fue el diputado de Podemos Javier Sánchez, uno de los que se marcha al grupo mixto junto a Belarra; la número 3 morada, Lilith Verstrynge; la parlamentaria canaria Noemí Santana y la andaluza Martina Velarde. Sánchez argumentó que Podemos ha tomado la decisión de romper formalmente con Sumar en el Congreso al constatar que es "imposible" hacer "política" dentro de un grupo parlamentario que, denuncian los morados, lleva meses tratando de invisibilizarlos. "La reglas no son iguales para todos los miembros de esta coalición", espetó.

La gota que ha colmado el vaso, sostuvo Sánchez, fue la decisión de Sumar de elegir al diplomático Agustín Santos Maraver como portavoz para hablar en el Congreso sobre Gaza este martes, en lugar de permitirle que se repartiera el tiempo con Belarra. "El resultado de este veto [a la líder de Podemos] es que hoy ha faltado en el Congreso la voz que con más contundencia ha condenado el genocidio que está perpetrando Israel en la frontera de Gaza y la voz que con mayor convicción ha exigido al presidente del Gobierno que pase de las palabras a los hechos", sostuvo el diputado morado.

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La decisión de Podemos supone el final de un largo camino de desencuentros que se remonta a prácticamente el momento en el que Yolanda Díaz tomó las riendas de Unidas Podemos designada por Pablo Iglesias. No obstante, los choques se recrudecieron a raíz de la presentación de Sumar por parte de Díaz, el pasado mes de abril, a la que declinaron asistir los dirigentes de Podemos por la negativa de la vicepresidenta a celebrar primarias abiertas para elegir las listas electorales para los comicios del 23 de julio.

Esa ha sido, precisamente, la clave de las profundas grietas que han terminado derivando en una ruptura. Los morados aspiraban a celebrar primarias porque querían seguir manteniendo la primacía dentro del espacio a la izquierda del PSOE, pero Díaz quería forjar un proyecto nuevo y decidió negociar las candidaturas sin que fueran votadas por la militancia para conseguir el control del grupo parlamentario y evitar convertirse en una líder sin capacidad de mando en sus diputados. En esta estrategia, de hecho, Díaz decidió vetar el nombre de Irene Montero en las listas de Sumar, lo que terminó de dinamitar los puentes con Podemos.

Las profundas heridas que generó la negociación para definir las listas electorales del 23 de julio han provocado que el ambiente en el grupo parlamentario de Sumar fuera irrespirable desde el inicio de la legislatura. Podemos advirtió desde prácticamente el día después de las elecciones que actuaría con "autonomía", es decir, que no se sometería a la disciplina de voto ni a las órdenes que marcara Díaz. Y esta, por su parte, ha evitado cualquier tipo de concesión a los morados: no les dio ninguna portavocía adjunta del grupo parlamentario (al igual que a IU y Más Madrid), lo que bloqueó su capacidad de poder presentar iniciativas parlamentarias en solitario, y tampoco les incluyó en el Gobierno.

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