Se dice que Madrid es una ciudad con mucha magia. Sin embargo, solo dos pueblos de la Comunidad se pueden considerar oficialmente 'mágicos'. Sus dulces tradicionales, sus plazas y edificios antiguos y sus rincones más urbanos son algunos de los factores que han enamorado al Instituto de Desarrollo Local y Estudios Sociales (IDL). Concretamente, los afortunados que han recibido esta distinción son Loeches y Miraflores de la Sierra.

Esta entidad sin ánimo de lucro, fundada en 1977, selecciona cada año los municipios más peculiares de cada comunidad para darlos a conocer e impulsar el turismo. Se trata de la iniciativa 'Pueblos Mágicos de España', creada en 2016, que en esta nueva edición ha destacado a un total de 130 localidades de todo el país con el título de 'Pueblo Mágico'.

Los dos 'pueblos mágicos' de Madrid

"Tierra de emociones y sueños que despiertan el corazón". Así es como la organización define a Loeches, un municipio de menos de 10.000 habitantes situado al este de la Comunidad de Madrid, entre Alcalá de Henares y Arganda del Rey. Sus calles llenas de historia, sus vecinos, su bollería típica (los 'duquetes') y sus mermeladas son algunas de las cosas que más destacan del lugar.

El lugar más mágico de Loeches es el panteón de los Duques de Alba, pero también se han marcado otros espacios del pueblo como imprescindibles: la iglesia, la plaza Duquesa de Alba y los monasterios de San Ignacio Mártir y de la Inmaculada Concepción. Estos elementos forman parte de su historia, que estuvo marcada por do ocupaciones de los musulmanes.

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El otro 'pueblo mágico' es Miraflores de la Sierra, en el entorno del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Su entorno natural —donde las protagonistas son las montañas, los valles y los bosques que lo rodean— es lo que más llama la atención de todos aquellos que se acercan hasta este municipio madrileño.

Es el destino perfecto para los amantes de la naturaleza y del deporte al aire libre, ya que en la zona se puede practicar senderismo, ciclismo de montaña, escalada o paseos a caballo. Además, el pueblo tiene varias fiestas a lo largo del año que también atraen a decenas de curiosos, como sus tradicionales jornadas gastronómicas de la matanza del cerdo o de la caza y setas.