La autoridad de Protección Civil de Islandia declaró el estado de emergencia en todo el territorio el pasado 11 de noviembre ante el inminente riesgo de erupción del volcán Fagradalsfjall, situado en la península de Reykjanes, al sudoeste del país, después de que se hubieran registrado más de 30.000 terremotos de magnitud superior a 5 desde el 25 de octubre y un equipo de la CNN se ha desplazado hasta el lugar para mostrar el volcán y los efectos de su inmediata erupción desde el aire. 

Sobrevolando las inmediaciones se pueden ver enormes grietas en las carreteras de Grindavik producidas por la presión de una corriente de magma subterránea y, Andri Johannesson, piloto de la Guardia Costera de Islandia, explica que se pueden apreciar "diferencias entre días" ya que las grietas se van ensanchando y "corren hasta el océano".

Asimismo, desde la Guardia Costera están en alerta todo el tiempo: "En caso de que el volcán comience, sobrevolaremos el área para ayudar a la gente de Waikato", admite Johannesson.

Las consecuencias pueden ser terribles y se teme que toda la superficie de Grindavik acabe completamente ahogada por la lava.

"Ni siquiera puedo imaginar...simplemente es una locura", señala Hrannar Sigurdsson, otro de los pilotos.

Los expertos apuntan a que podría ser la erupción más destructiva en los últimos 50 años del mismo volcán, que entró en erupción por última vez en 2021, y los 4.000 habitantes del pueblo de Grindavik han sido desalojados porque se teme que su superficie acabe completamente ahogada por la lava.

Una semana después del desalojo, las autoridades islandesas continúan haciendo todo lo posible para salvar la ciudad y su infraestructura, como una planta de energía geotérmica en la que equipos de tierra intentan construir un espacio nivelado para protegerla.