Manuel Mostaza Barrios Politólogo y Director de Asuntos Públicos de ATREVIA
OPINIÓN

El desgaste y el lobo

Vista general del primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno del presidente Pedro Sánchez (c, al fondo), este miércoles en el Palacio de La Moncloa.
Vista general del primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno del presidente Pedro Sánchez, este miércoles en el Palacio de La Moncloa.
Juan Carlos Hidalgo / EFE
Vista general del primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno del presidente Pedro Sánchez (c, al fondo), este miércoles en el Palacio de La Moncloa.

La investidura de Pedro Sánchez ha tenido un alto coste en términos de imagen para el gobierno y para el propio presidente. De la encuesta publicada por este diario se colige que la gran mayoría de los españoles rechaza de plano la amnistía a todos los implicados en el golpe de octubre de 2017. Esta falta de apoyo es también clara entre los votantes socialistas: apenas tres de cada diez apoyan una medida de dudoso encaje legal, y únicamente encuentra un apoyo mayoritario entre los electores ubicados más a la izquierda. 

El rechazo al resto de las cesiones pactadas para lograr formar gobierno es también mayoritario en la sociedad española: ni tiene apoyo la condonación de la deuda a Cataluña ni lo tiene la celebración allí de un referéndum de secesión. No es extraño, por lo tanto, que la mitad de los votantes socialistas crean que las cesiones en la negociación han sido excesivas y que el verdadero beneficiario ha sido Junts, muy por encima de cualquier otro partido.

Lo que debería alarmar más a la dirección del Partido Socialista es que la ciudadanía tampoco le ve futuro a las actuaciones llevadas a cabo por el gobierno: los españoles creen que estas cesiones no mejorarán el clima político, ni en el conjunto de España en general ni en Cataluña en particular, y consideran que tampoco contribuirá a resolver el conflicto planteado por los partidos secesionistas catalanes. El corolario es desolador: dos tercios de los españoles están convencidos de que los secesionistas volverán a la carga intentando conseguir sus objetivos a través -de nuevo- de un referéndum ilegal, opinión compartida por casi un 60% de los votantes de Sánchez.

Como resultado, la valoración del presidente cae hasta niveles desconocidos desde hace años, y la preferencia por Núñez Feijóo como presidente se sitúa también en términos históricos. No es raro, por lo tanto, que la estimación de voto del partido que da soporte al presidente se desplome hasta poco más de los cien diputados. El gran beneficiado de este cambio es el PP, que gana cuatro puntos en relación con los resultados de julio -y dos respecto a octubre- lo que le permitiría rondar los ciento cincuenta diputados y gobernar de manera cómoda con Vox. Es verdad que es solo una encuesta, pero también es verdad que llega un momento en que el grito de "que viene el lobo" deja de funcionar. En el cuento, y también en la realidad…

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