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Pablo Bustinduy, el profesor universitario que toma el testigo de su madre en un Consejo de Ministros socialista

Pablo Bustinduy, nuevo ministro de Derechos Sociales
Pablo Bustinduy, nuevo ministro de Derechos Sociales
Henar de Pedro
Pablo Bustinduy, nuevo ministro de Derechos Sociales

Pablo Bustinduy (Madrid, 1983) es una rara avis de la política. Diputado en el Congreso entre 2016 y 2019 por Podemos, abandonó la primera línea ese mismo año, cuando iba a ser cabeza de lista de la formación morada de cara a las elecciones al Parlamento Europeo. Lo hizo sin ruido, pese a que sus postulados errejonistas le granjearon profundas desavenencias con la dirección morada, y volvió a las clases universitarias y la investigación. Pero, tras años completamente desaparecido del ojo público, se incorporó hace unos meses al equipo de campaña de Sumar, y ahora saldrá del segundo plano para incorporarse a un Consejo de Ministros en el que ya estuvo su madre entre 1993 y 1996.

No solo su trayectoria es extraña, sino también la unanimidad que despierta su valía profesional: incluso muchos de quienes fueron sus adversarios internos en Podemos reconocen su sus amplios conocimientos en materia, especialmente, de política internacional, en la que era la referencia de los morados hasta su marcha. No obstante, la cartera que asumirá Bustinduy será Derechos Sociales, poco relacionada con ese área internacional, aunque conservará las competencias sobre la implantación en España de la Agenda 2030, el plan de la ONU para el desarrollo sostenible.

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El nuevo ministro, no obstante, ha mamado la política en casa. Hijo de la exministra socialista Ángeles Amador, titular de Sanidad en el último Ejecutivo de Felipe González, su padre fue Javier Bustinduy, ingeniero de caminos y que fue director de Metro de Madrid y Cercanías Renfe, división esta última en la que impulsó durante los años 80 y 90 del siglo pasado la renovación de la red ferroviaria de corta distancia. Pablo, por su parte, estudió Ciencias Políticas y también tiene estudios de filosofía. Es, además de profesor universitario e investigador, ensayista, traductor y editor de obras relacionadas con la filosofía, la economía y el pensamiento político.

Cuando se fundó Podemos, en 2014, Bustinduy ganó peso rápidamente con la sorpresiva entrada del partido al Parlamento Europeo con cinco escaños. Él no era eurodiputado, pero accedería a su primer cargo público en las elecciones generales de diciembre de 2015, cuando se convirtió en diputado, un puesto que revalidó en la repetición electoral de 2016. En la crisis interna que vivieron los morados durante todo ese año se posicionó con el entonces número dos de Podemos, Íñigo Errejón, y, aunque su lista salió derrotada en el convulso congreso de Vistalegre II, Bustinduy fue uno de los escasos miembros de la corriente errejonista a los que Pablo Iglesias recuperó para mantener su puesto en la ejecutiva.

En 2019, Podemos le designó candidato a las elecciones europeas, una manera de reconocer sus conocimientos en el plano internacional y también de alejarlo del núcleo de dirección del partido en Madrid. Pero Bustinduy nunca llegó a figurar en los carteles electorales: un par de meses antes de los comicios, anunció su dimisión y su alejamiento de la primera línea de la política alegando que no tenía "la entereza y las fuerzas necesarias para asumir una responsabilidad pública tan importante con el rigor, la dedicación y el compromiso absoluto a largo plazo que requiere en este tiempo político nuevo". 

Los cuatro siguientes años, el perfil público de Bustinduy fue nulo y sus apariciones, contadas. Pero, el pasado junio, el dirigente volvió a dar un paso adelante, y lo hizo para reincorporarse al espacio que había abandonado en 2019, aunque ahora bajo la batuta de Yolanda Díaz. "En estas elecciones decidimos qué horizonte dar a este mundo en crisis. El bien común o la ley del más fuerte. La justicia ecológica y social o el sálvese quién pueda", señaló entonces el propio Bustinduy para anunciar su vuelta.

El dirigente tuvo varias apariciones en mítines, y especialmente sonada fuer su intervención en el acto de cierre de campaña de Sumar, en la que resucitó una de las líneas maestras discursivas del primer Podemos: la apelación a la patria como un pueblo que pelea por sus derechos sociales. Pero su trabajo fue, sobre todo, entre bambalinas, en labores de programa y coordinación. 

Poco se había vuelto a hablar de él en las últimas semanas. Pero su nombre resurgió con fuerza después de que el plan A de Díaz para seguir siendo ministro de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, rechazara el puesto y de que Podemos, su partido, se negara a permitirle acceder al cargo alegando que su preferencia era para ocupar un ministerio era Irene Montero. Con Bustinduy, el apellido Amador vuelve al Consejo de Ministros 27 años después. 

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