De acariciar el éxito a tenerlo todo: 'Siempre', de Agorazein, cumple siete años

Agorazein.
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Ballantine's True Music Festival
Agorazein.

Corría el año 2016 y un grupo de raperos no muy conocidos estaba a punto de sacar uno de los álbumes más representativos del imaginario popular millennial, sin embargo, ninguno de ellos era plenamente consciente. O quizá sí.

En griego, "agorazein" viene a significar algo así como "salir a la plaza", sintagma que podríamos simplificar al castellano como "placear", un neologismo que un colectivo de cuatro chavales, Sticky. M.A, jerv.agz, Fabi y C. Tangana, supo apropiarse para pasar a la historia.

Agorazein es el colectivo original de estos artistas. En el mundo del rap y la música urbana, un colectivo es mucho más que un grupo; el colectivo es el método con el que, desde el bajo presupuesto y la mirada underground, los artistas aprovechan para compartir recursos, retroalimentarse, editarse y promocionarse. Sin embargo, aquí hay todavía más: un concepto. 

En 2008, Antón Álvarez, mundialmente respetado ahora como C. Tangana, era un conocido rapero en los circuitos de Madrid. En la capital española, donde el mundo del rap vivía una especie de época de bonanza undeground alejada de los focos mediáticos de la industria, el joven Antón destacaba con el sobrenombre de Crema, su antiguo apodo.

Crema era un rapero directo, con letras trabajadas y profundas que, desde el madrileño barrio de Puerta del Ángel, hablaba de los problemas típicos de la adolescencia, pero desde una perspectiva no tan habitual. Podía contarte problemas relacionados con la soledad, el amor o la incomprensión, sin embargo, lo hacía con unas letras trabajadas y un estilo profundo.

En este contexto, Crema sacó en 2008 Agorazein, un álbum que vino a posicionarlo como una estrella en el mundo del rap más underground (todavía pueden escucharse algunas de estas canciones en los altavoces de los barrios), pero que dejaba la puerta abierta a un conflicto interno que él tenía: quería vivir de la música.

Portada de Agorazein, de Crema
Portada de Agorazein, de Crema
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A diferencia de la mayoría de los raperos, quienes hacían apología de pureza y pobreza en sus letras y presumían de no querer hacerse ricos con su arte, el todavía no conocido como C. Tangana empezó a implementar un discurso diferente, uno que hablaba de querer conseguir lo que le correspondía como artista, como rapero, como persona.

Crema quería triunfar, quería dejar de hacer arte solo por el arte, así que se puso manos a la obra. Y fue así como empezó a gestarse el C. Tangana que hoy conocemos.

En el año 2011, Antón Álvarez empezó a juntarse con varios artistas y grupos de su entorno, los conocidos como Sticky M.A. (antes, rapero llamado Manto), Jerv.agz (él, quizá menos famoso, ahora trabaja en el grupo ANTIFA) y Fabi (el productor de estas canciones) para sacar el disco Agorazein presenta… C. Tangana.

En este primer trabajo con su nuevo nombre, el madrileño sentaba unas nuevas bases musicales alejadas del rap puro, mezclando sonidos a caballo entre el R&B y los ritmos más melódicos, pero, sobre todo, sentando las bases de Agorazein (a partir de aquí, lo llamaré por sus siglas, AGZ) y todo lo que vendría por delante.

Tras impulsar este proyecto en solitario, el colectivo empezó a fundirse como grupo para, en el mismo año, sacar Kind Of Red, un disco de rap no muy reseñable, con los sonidos habituales del género, pero que precedería a algo muy grande. A Siempre.

Pasaron cinco años, cada cual siguiendo con su carrera (C. Tangana empezó a hacerse más conocido gracias a su mixtape 10/15 y sus polémicas con Los Chikos del Maíz) cuando Agorazein, ya consolidado como colectivo y banda, sacó a la luz uno de los discos que más ha marcado la identidad colectiva en el mundillo de la anterior generación, la millennial, y la actual, la Z.

Portada de Siempre, de Agorazein
Portada de Siempre, de Agorazein
AGZ

Siempre salió a la luz en 2016 y venía precedido del éxito de 100k pasos, un adelanto del disco que había causado impacto por su sonoridad y eficacia, a pesar de la sencillez. El disco, perfectamente conceptualizado y muy bien trabajado visualmente - a pesar de las limitaciones en cuanto a recursos de la banda - hablaría de un tema viejo, pero también inhóspito: el éxito.

Tanto Sticky como C. Tangana se encontraban en un momento trampolín de su carrera, una época en la que el éxito, esa quimera que tanto codiciaban y por la que tanto habían cantado, se podía acariciar con la palma de las manos, pero todavía no llegaba.

Ambos (y también Jerv.agz, aunque en menor medida) empezaban a destacar en sus carreras musicales consiguiendo todos los objetivos (convertidos en tópicos) por los que se suele cantar en la nueva música urbana: el éxito, el dinero, la fama y el sexo.

El disco abre con la canción To’ pue’ ser, cantada por Sticky, tema en el que se explora todo lo que puede llegar tras ese proceso de trabajo duro para poder vivir de la música: los tres han llegado muy lejos, así que ahora solo queda por asaltar las azucareras de la fama y éxito más rotundos. 

El álbum fue muy importante para una generación que empezaba a olvidarse de la crisis económica, también de los cantos del 15-M sobre la falta de futuro y la frustración más absoluta, e inflaba de cierto optimismo y esperanza, gracias a esa consecución de objetivos, a todos los chavales que escuchaban el género por aquel entonces. 

Todo el disco mezcla sonidos R&B con bombos oscuros, muy característicos del trap, y el uso de un autotune sin pretensión de ser logrado. La canción de mayor calidad (literaria) del disco es Planes, un tema rapeado por C. Tangana, quizá uno de los mejores escritos de toda su carrera, en el que explica ese gusanillo que se le empieza a gestar en el estómago con las contradicciones del éxito: nota ya en su bolsillo el peso del dinero que pronto llegará, sin embargo, también el de todos los planes truncados, tales como las amistades desinteresadas o los hijos que ya no tendrá, que acarreará. 

El disco marcó a una generación de oyentes (todavía se pueden escuchar cánticos de “¡AGZ es para siempre!” en los conciertos de Tangana) que pegó un sobresalto este miércoles, cuando se cumplieron los siete años del disco.

En la cuenta de C. Tangana Charts, la cual que se encarga de comunicar los logros musicales del artista, se compartió una publicación sobre el aniversario de Siempre a la que el propio madrileño respondió con un “hay que juntarse”, lo que despertó una oleada de comentarios en redes sobre la posibilidad de la vuelta de AGZ, justo cuando los rumores sobre Tangana, tras la publicación del documental, hablan de su posible retirada de la música.

El hecho comprobable es que la crudeza de las canciones de Siempre, además del imaginario y la sensualidad que transmite en todas sus canciones, ha hecho que este álbum se convierta en una pieza imprescindible para entender el devenir del género urbano en España en los últimos años.

También es indiscutible que todo lo que cantaban, lo que predecían que iba a suceder, se ha conseguido. C. Tangana se ha convertido en unos de los artistas más exitosos de la historia de España, consiguiendo innumerables números uno y algunos de los mejores lanzamientos de la historia de nuestra música. Todo lo que contaba en el disco, todo por lo que rapeaba, se ha ido ejecutando como un condenado a muerte y ha ido engrandeciendo más aún la leyenda del primero rapero español que admitió que quería hacerse rico. 

Además, también es un hecho comprobable que C. Tangana, pues él mismo lo ha dicho en entrevistas, tiene un álbum de rap guardado en un cajón. Ahora, hay que esperar a ver si se decide a sacarlo (y si lo hace escudado en los chicos de Agorazein). 

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