El Parlamento Europeo era calificado peyorativamente hasta hace no tanto como un “cementerio de elefantes”, es decir, el lugar al que iban los políticos que, al final ya de sus carreras, buscaban una especie de retiro dorado: trabajo exigente, sí, pero con poca exposición pública y en un ambiente menos viciado que la tantas veces polarizada escena nacional. Pero es concepción ha cambiado y la Eurocámara va convirtiéndose cada vez más en una suerte de trampolín. Desde ahí da el salto por ejemplo Ernest Urtasun, que será el nuevo ministro de Cultura del Gobierno de coalición.
Quien hasta ahora era el portavoz de Sumar dejará atrás nueve años en Bruselas para volver a casa como cuota de los Comuns en el Ejecutivo, y con toda la confianza no solo de Yolanda Díaz, sino también del propio presidente, Pedro Sánchez, pues su perfil gusta mucho también en las filas socialistas. “No sé si es un cambio que le guste demasiado”, cuentan en los pasillos en Bruselas a 20minutos, conscientes de que Urtasun dejará atrás una labor más de “fontanería política” para ser pieza importante en una legislatura doméstica que se prevé turbulenta.
En su agenda de deberes destaca por ejemplo la ley del cine, o la aprobación del estatuto del artista, algo que dejó pendiente su predecesor, Mique Iceta. También está pendiente la prórroga del bono cultural o la ley de mezenazgo, así como la reforma de la institución estatal dedicada a las artes escénicas y la música (INAEM).
Joven, con bagaje internacional, padrino del abrazo de los Verdes —grupo político al que pertenece en el Parlamento— al proyecto de Díaz y muy poco desgastado, una cualidad que le impulsa y que le diferencia de los perfiles salientes del Gobierno como son Ione Belarra o Irene Montero. "Representa una izquierda moderna, laborista, que refleja bien lo que busca Díaz", añaden las fuentes. De hecho, las primeras quinielas no le situaban en el Gabinete de Sánchez, sino como cabeza de lista de Sumar a las elecciones europeas de junio del próximo año. Urtasun, pese a su papel en la primera línea de la propuesta de Díaz, siempre ha estado mucho más cómodo en la esfera europea. Queda la duda por tanto de cómo se puede adaptar a un Ministerio que, si bien no suele ser blanco de muchas críticas, se aleja un poco de lo que ha venido haciendo el catalán en la Eurocámara.
Dejará atrás una labor más de “fontanería política” para ser pieza importante en una legislatura que se prevé turbulenta
Entre 2004 y 2008, Urtasun ejerció como asesor del entonces eurodiputado Raül Romeva, después condenado (e indultado) en la causa del procés. Más tarde, comenzó a trabajar como diplomático en el Ministerio de Exteriores y en 2011 pasó a ser director de la secretaría general de la organización internacional Unión por el Mediterráneo. Ya en 2009 formó parte de la candidatura de la Izquierda al Parlamento Europeo, pero no sacó escaño, cosa que sí sucedió en 2014, aunque ya para ser miembro de los Verdes (y no de la Izquierda como pasa con los eurodiputados de Podemos). Se ha declarado abiertamente antitaurino, pues le parece "una actividad sádica", lo que anticipa choques con la derecha durante la legislatura.
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“Siempre suma en los debates”
"Es una persona constructiva, siempre suma en los debates", aseguran quienes le conocen del día a día en los pasillos del Parlamento Europeo, que también ven en él un perfil "muy transversal" y que conoce bien los rincones de la política europea. No en vano, es vicepresidente de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana, miembro de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (ECON), miembro y coordinador de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género y miembro suplente de la Comisión de Asuntos Exteriores.
El eurodiputado del PSOE Ibán García del Blanco le define como "un tipo muy amigable, de trato muy fácil, y además es un político muy sólido en todos los sentidos y muy razonable". En los momentos que ha compartido con él en la Eurocámara, García del Blanco le ha visto como una persona "con la que se puede hablar". En esa definición de Urtasun el socialista le define como alguien "nítidamente de izquierdas, nada sectario" y con un perfil "que no es fácil encontrar" a la izquierda de los socialdemócratas, según García del Blanco.
Quienes le conocen porque han trabajado con él o porque tienen una relación más estrecha cuentan que representa "a una izquierda alejada de lo radical". Y es que "constructivo" es la palabra que más se repite para definirlo, además de que le consideran "muy exigente con su trabajo".
"La mejor persona posible para ponerle voz a un proyecto transformador, verde y europeísta", le definió Díaz cuando se conoció su nombramiento como portavoz. El paso que da Urtasun es "valiente", según varios de sus colegas, que ven en esta "bajada al barro" una forma de implicarse que no les sorprende viendo cómo ha trabajado durante estos nueve años en el Parlamento Europeo. Es complicado de hecho encontrar críticas hacia él, más allá de las diferencias ideológicas. Ahora como ministro su exposición irá a más… y quizá los reproches también. El tiempo dirá.
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