Hay una escena extraordinaria, francamente memorable, en la película 'El cartero de Neruda'. Si ha visto la película, seguro que la recuerda: es cuando el gran poeta chileno se enfada con el cartero que le lleva la correspondencia a la Isla Negra porque hace pasar unos poemas a su amada como si fueran suyos, y se lo recrimina a Mario, el cartero. Y éste, contrariado, le responde: “La poesía no es de quien la escribe, sino de quien la necesita”.
Trasladen la escena de ficción a la realidad de Cataluña. Quien ha escrito el poema es Oriol Junqueras y quien lo hace pasar como si fuera suyo es Carles Puigdemont.
Hablando en plata: Junqueras ha conseguido de Pedro Sánchez la amnistía y reivindicaciones sociales. Puigdemont no ha conseguido nada. Bueno, sí, convertir Cataluña en IKEA por la cantidad de mesas de diálogo que habrá. “Res de res”, en catalán.
Su situación personal ya se la había solucionado Junqueras. Pero es que lo dice él mismo: “No tenemos nada más que celebrar que un proceso de negociación. Es el inicio de un camino, pero no es la resolución de nada”. Créanme, y ni eso: el proceso de negociación ya lo había empezado ERC.
Con la investidura de Sánchez, y esto sí que hay que celebrarlo, termina una farsa, la de Waterloo, la capital de la nostalgia y la de la poesía fake, que siempre conmueve, para disputarle el poder a Esquerra Republicana.
Con todo, no crean que dejarán de utilizar poemas que les escriben otros. Continuarán con el engaño, porque con las cosas de comer no se juega.
ERC fue más elegante, más sincera y lo explicaron tantas veces como se les pidió en un ambiente y contexto muy hostil, con los de Waterloo y todos sus palmeros llamándoles traidores.
Mientras tanto, en Bélgica iban pergeñando tonterías para satisfacer a los más hiperventilados, como el documento “Preparémonos”. Todo se acaba, guste o no guste.
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