Juan García Bonilla, el español que con 22 años ya trabaja para la NASA: "No doy crédito, me levanto ilusionado todas las mañanas"

Juan Garcia Bonilla en sus prácticas en el Instituo Tecnológico de Georgia.
Juan Garcia Bonilla, en el California Institute of Technology, financiado por la NASA.
CEDIDA
Juan Garcia Bonilla en sus prácticas en el Instituo Tecnológico de Georgia.

Con 16 años partió de Linares (Jaén) hacia Madrid para empezar a estudiar Ingeniería Espacial. Con 19 se convirtió en embajador STEM de las carreras tecnológicas de las universidades españolas y en presidente del Comité Cultural de la Casa Internacional. Con 21 años obtuvo una beca para estudiar durante un año en el Instituto de Tecnología de Georgia y con 22 años ha sido contratado para trabajar en el Jet Propulsion Laboratory (JPL), un centro especializado en robótica espacial de la California Institute of Technology (Caltech) financiado por la NASA. Sin duda la carrera de Juan García Bonilla está siendo meteórica.

El ingeniero aeroespacial cuenta a 20minutos que lleva dos meses en California y que le "encanta el trabajo". "Me levanto ilusionado cada mañana, con alegría de vivir. Mi objetivo es poder seguir así y trabajar con pasión. Si este trabajo me sigue apasionando 20 años, seguiré 20 años aquí. Soy consciente de que esto me abre muchas puertas y no sé dónde acabaré, si mi inquietud hará que aplique a otros departamentos de la NASA o si mi espíritu español hará que quiera acercarme a casa", explica el joven. 

En el JPL trabajan unas 6.000 personas diseñando y controlando las naves robóticas que exploran el sistema solar, como las Curiosity y Perseverance. Juan cuenta que empezar su carrera laboral "por dónde mucha gente sueña acabarla" es algo a lo que aún no da crédito. "Yo pensaba que me iba a graduar, iba a hacer un máster, probablemente un doctorado y acabaría trabajando en alguna empresa europea o ya aplicaría a centros de la NASA", cuenta. "Esto me ha caído del cielo. Hice mis prácticas, les gusté, encajé y 'pum', aquí estoy. Es normal pensar que me he saltado parte del proceso", continúa. 

Respecto a cómo ha sido su adaptación en Estados Unidos, Juan la describe como "una aventura más". "Ya estoy acostumbrado a poner mi vida en dos maletas e irme lejos de casa. Con 16 años me mudé a Madrid para estudiar, hice un año de prácticas en Georgia, después me fui a Holanda y ahora estoy en California. Si que es verdad que, aunque ya conozco lo que es echar de menos a familia y amigos, esta vez es distinto, siento que debo hacer de este sitio mi hogar para un tiempo mucho más largo y que probablemente nunca vuelva a vivir cerca de Linares o de mi gente. Aquí no hay un tren destino Jaén que coger cada fin de semana", bromea el andaluz. 

"También hace falta suerte"

Juan se siente parte de una generación que "está a las puertas o entrando en un mercado laboral y en un mundo complicado y caro". "Tengo amigos que se han graduado, estudiando tanto o más que yo, y no todos han conseguido empleos donde valoren su trabajo", cuenta el ingeniero. Por ello, se muestra muy contrario a las críticas vertidas por la sociedad hacia la juventud.

La Fundación SM ha publicado un estudio titulado Generación de Cristal. Más allá de la etiqueta, donde se muestra que al 74% de los jóvenes se les acusa "de falta de esfuerzo en los estudios, en el trabajo o en la vida en general". La investigación expone que el 65% afirma haber aprendido a vivir con la incertidumbre de no saber a qué se va a dedicar en el futuro y que la mitad se sienten frustrados por no llevar la vida que quieren.

"Si la visión de que los jóvenes somos unos vagos o unos exigentes nace de que no queremos conformarnos con condiciones laborales precarias y priorizamos nuestra salud mental, entonces es un orgullo que se nos vea así. Si muchos no se van de casa de sus padres no es porque no quieran", asegura el linarense.

La Fundación SM demuestra que el concepto de meritocracia sigue estando vigente entre la juventud española. El 64% opina que esforzarse es una garantía para lograr alcanzar objetivos en la vida. "Mi caso no es la excepción de nada, es la muestra de que existen oportunidades buenas para las nuevas generaciones, de que con esfuerzo, sacrificio y pasión se consiguen cosas, pero que también hace falta suerte", concluye el andaluz.

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