Entrevista

Javier Gutiérrez: "En el amor he empezado de cero muchas veces"

El actor Javier Gutiérrez.
El actor Javier Gutiérrez.
Jorge Guerrero / AFP / Getty
El actor Javier Gutiérrez.

Javier Gutiérrez es uno de nuestros actores más importantes y más premiados. Sin embargo, en las distancias cortas está despojado de soberbia y altivez. Conversa con un discurso cercano y no pone trabas al contestar a cualquier pregunta. El próximo 12 de enero estrenará la película Honey Moon, en la que los protagonistas afrontan el final de una relación marcada por un hecho traumático que les vuelve a unir.

¿Qué ha significado esta cinta para usted?Mi reencuentro profesional con Galicia ha sido como una puerta que se ha abierto, ya que inmediatamente después grabé allí una serie para Netflix. Ojalá que sea la primera de muchas veces que voy a seguir rodando en Galicia. La historia es muy peculiar, muy diferente a lo que habitualmente se cuenta en las relaciones de amor. Como dice el director, esta es una historia de amor de huida y vuelta.

¿El amor no tiene fecha de caducidad?La verdad es que no debería tenerla. En mi caso, cuando yo me enamoro no estoy pensando en que ese sentimiento pueda caducar en algún momento. De hecho, cuando estoy con esa persona, pienso que es la más maravillosa del mundo, pero porque tengo una visión romántica del amor.

¿Y qué pasa cuando se resquebraja todo?Es muy fácil pasar del amor a las relaciones tóxicas, a humillar, a faltar el respeto… Todo esto se refleja muy bien en la película y es bastante común, hay que cuidar a las personas que tenemos al lado.

Los protagonistas de la película vuelven a unirse tras una situación traumática, ¿es necesario para reflotar el amor?No sé si hay que pasar por algo fuerte, pero sí creo que hay que estar conectado con el otro. Pero vivimos en un mundo que va tan deprisa que no nos paramos a meditar sobre la persona que tenemos al lado y hasta dónde quieres llegar.

Es muy fácil pasar del amor a las relaciones tóxicas, a humillar, a faltar el respeto…

¿Se ha pervertido el amor?Yo creo que estamos en un momento en el que no hay tiempo para pararse a pensar, nos hemos instalado en el mundo de las redes sociales, de las aplicaciones, en el que, sin saber cómo le huele la boca o la axila a una persona, quedas para echar un polvo. Quizás pensarás que soy un trasnochado, pero lo que estoy diciendo lo digo de verdad. Se habla mucho de la salud mental, pero es que vamos a una velocidad imparable y al primer envite quieres cambiar de pareja.

¿Ha tenido que empezar de cero muchas veces?En el terreno sentimental, sí, he empezado de cero varias veces, pero no me lo tomo como fracaso sino al contrario. A mí me gusta dar oportunidades porque también, con el tiempo, te vas dando cuenta de los errores que vas cometiendo. El tiempo también te va haciendo selectivo.

¿En el terreno profesional también le ha ocurrido?
No, me considero un privilegiado porque, aunque esta profesión es de dientes de sierra, he gozado de mucho trabajo, no he tenido épocas de sequía que me hayan hecho pensar si esto de ser actor es lo mío o no lo es. Lo que sí me he replanteado es que, por ejemplo, para sentirme actor necesito el teatro, es allí donde soy el dueño del proceso creativo.

Nos hemos instalado en un mundo en el que, sin saber cómo le huele la boca o la axila a una persona, quedas para echar un polvo

Es usted un actor muy premiado, ¿sirven para algo los premios?
Sí, pero no te hacen mejor profesional. Los premios hacen feliz a la gente que te quieren, que alimentan tu ego y, en mi caso, he sentido cierto prestigio o he alcanzado cierta notoriedad gracias a ellos. Hasta que no hice La isla mínima y tuve el aluvión de premios, pensé que era un actor que podría estar encasillado porque hacía mucha comedia o por mi físico.

¿Le ha condicionado su apariencia?
A nivel personal no he tenido nunca complejo de bajito. A ver, soy consciente de que soy más de la estatura de los sesenta que de los hombres de esta generación, pero a mí no me importa. Recuerdo que cuando llegué a Madrid tenía el sueño de que me iba a ganar la vida haciendo teatro y, cuando hice cine por primera vez, tenía dos secuencias que quedaron relegadas a un plano. En el guion escribí: 'no sirvo para hacer cine', me sentía defraudado conmigo mismo. Me costó trabajo reconciliarme con el cine y sentirme a gusto. También creo que, después de todo esto, he explotado el físico de persona que tanto me ha ayudado en la comedia.

Para sentirme actor necesito el teatro, es allí donde soy el dueño del proceso creativo

¿Hay líneas rojas que no cruza?Sí, por supuesto, yo soy capaz de adelgazar o de engordar si el papel lo requiere, pero no me sentiría bien si, por ejemplo, fuera la imposición de un productor.

¿Siempre quiso ser actor?
Cuando era pequeño me iba a ver entrenar a los jugadores del Racing Club de Ferrol. No se me daba bien, fantaseaba con la idea de que con los años sería uno de ellos. Pero con catorce o quince años colgué las botas, prefería irme de fiesta con mis amigos. Ahora, además de actor también soy padre.

Y hace una gran labor visibilizando la discapacidad de su hijo mayor, Mateo.
Hasta hace muy poco tiempo no se sabía cómo catalogar a los chicos y chicas con diferentes capacidades. No éramos capaces de ponerles una etiqueta y mucho menos de iniciar el trato con ellos. Aprendo todos los días de mi hijo, me da grandes lecciones.

Usted fue uno de los protagonistas de Campeones, una película que pasará a la historia de nuestro cine…
Para mí siempre será la más importante de mi trayectoria. Creo que el cine, como el teatro, sirve para entretener pero también para que nos haga reflexionar. Y a veces eso llega con un puñetazo en el estómago.

'Campeones' siempre será la película más importante de mi trayectoria

Se autodenomina tímido, pero yo le estoy descubriendo más sensible que tímido
Llegué a sufrir una timidez enfermiza y creo que me hice actor por eso. He conseguido avanzar mucho, no soy el mismo hombre tímido de hace unos años cuando lo pasaba realmente mal.

La timidez a veces se confunde con antipatía o soberbia, ¿le ha ocurrido?
Sí, por supuesto. También es cierto que, cuando uno adquiere cierta popularidad, lo que suele cambiar sobre todo es la percepción que los demás tienen sobre ti. Muchas veces no saben cómo dirigirse o comportarse cuando en realidad tú no has cambiado.

¿Es feliz?
No. No puedo ser feliz con todo lo que está pasando en el mundo.

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