La 'Noche de los cristales rotos': se cumplen 85 años del asedio, linchamiento, saqueo y persecución de los nazis contra los judíos

Durante la La Noche de los cristales rotos, al menos 91 ciudadanos judíos fueron asesinados y otros 30.000 detenidos en Alemania y Austria.
La 'Kristallnacht', Noche de los cristales rotos, se considera el mayor pogromo (linchamiento multitudinario) de la historia.
Carlos Gámez
Durante la La Noche de los cristales rotos, al menos 91 ciudadanos judíos fueron asesinados y otros 30.000 detenidos en Alemania y Austria.

En la noche del 9 de noviembre de 1938, en un acto en apariencia espontáneo, miles de judíos alemanes sufrieron el acoso y la instigación de la población. De espontáneo, como todo lo que hicieron los nazis, no tuvo nada. La conocida como Kristallnacht, Noche de los cristales rotos, fue orquestada por el Partido Nacional Socialista, que ya llevaba casi cinco años en el poder.

Ya antes, el 28 de octubre, las autoridades alemanas ordenaron abandonar sus hogares a más de 17.000 judíos nacidos en Polonia. Fueron llevados en horas a las estaciones de ferrocarril y puestos en trenes rumbo a la frontera polaca. Como ese país les negó la entrada, quedaron atrapados en la frontera. Tras varias semanas, 4.000 pudieron entrar en Polonia y los 13.000 restantes acabaron en campos de concentración.

La chispa... la justificación

El 7 de noviembre, Herschel Grynszpan disparó a Ernst vom Rath. Grynszpan era un judío polaco-alemán de 17 años que vivía en París; Vom Rath, un diplomático alemán de bajo rango asignado a la embajada alemana en París. Los nazis aprovecharon el incidente para incitar el fervor antisemita. Afirmaron que Grynszpan no actuó por su cuenta, sino que todo era parte de una conspiración judía contra Alemania.

Una sinagoga en llamas. Aproximadamente cien sinagogas y casas de oración sirvieron a la comunidad judía de Viena en vísperas del Holocausto. Sólo unas pocas sobrevivieron a la Noche de los cristales rotos.
Una sinagoga en llamas.
Yad Vashem Photo Archive

El 9 de noviembre, los líderes del Partido Nazi de toda Alemania se reunieron en Múnich para conmemorar el Putsch de la Cervecería, un fallido golpe de Estado de Hitler en 1923. Durante el evento, Vom Rath muere y los nazis lo aprovechan como pretexto. Joseph Goebbels, ministro alemán de propaganda, pronunció un discurso convocando a un ataque contra las comunidades judías de Alemania.

30.000 judíos a campos de concentración

Así, en la noche del 9 al 10 de noviembre, tanto en Alemania como en Austria, se quemaron sinagogas, comercios, escuelas, casas, oficinas... Estos progromos no fueron sino el anticipo de la posterior política nazi de exterminio del pueblo judío.

Durante la Noche de los Cristales Rotos más de 30.000 judíos fueron detenidos e internados en campos de concentración. El número de los que fueron asesinados es incierto. Murieron al menos 91 judíos (las estimaciones hablan de entre 36 y 200 muertos durante más de dos días de levantamientos).

Inacción de la autoridad

La SA (Sturmabteilung, sección de asalto) era una organización voluntaria tipo milicia vinculada al Partido Nazi. Aquella noche, sus escuadrones quemaron libros (se los llevaron de escuelas, tiendas y sinagogas) y desataron centenares de linchamientos. Junto a las Juventudes Hitlerianas destrozaron los escaparates de unas 7.500 tiendas y negocios judíos (de ahí el nombre de Noche de los cristales rotos).

Más de 7.000 negocios judíos fueron dañados o destruidos y 30.000 hombres judíos fueron arrestados y encarcelados en campos de concentración. La persecución y los daños económicos continuaron después del pogromo. Tras saquear sus locales comerciales a los judios se les obligó a pagar una multa colectiva o "contribución de expiación" de mil millones, que se recaudó mediante la adquisición obligatoria del 20% de todas las propiedades judías por parte del Estado.
Más de 7.000 negocios judíos fueron dañados o destruidos.
Yad Vashem Photo Archive

Las autoridades alemanas observaron sin intervenir. A la policía y a las brigadas de bomberos se les dio orden de ignorar los ataques, explica la Enciclopedia del Holocausto. Las fuerzas de policía no protegieron a los judíos ni a sus propiedades. Las brigadas de bomberos no apagaron los incendios de las sinagogas.

El mayor pogromo de la historia

Lo ocurrido en la noche de ese 9 de noviembre de 1938 se considera el mayor pogromo (linchamiento multitudinario) de la historia. Tras horas de violencia, los departamentos de policía registraron un gran número de suicidios y violaciones.

¡Preferiría que hubierais acabado con doscientos judíos antes que destruir tantos bienes valiosos!", se quejó Herman Göring, fundador de la Gestapo

De igual modo, los hogares judíos fueron saqueados en toda Alemania. Las casas, los hospitales y las escuelas fueron destrozadas mientras los atacantes demolían los edificios con mazos. 

También en Austria

Miembros de la SA, llevándose libros de escuelas y sinagogas para quemarlos. En la Noche de los cristales rotos hubo también linchamientos. Tras las horas de violencia, los departamentos de policía registraron un gran número de suicidios y violaciones.
Las SA, llevándose libros de escuelas y sinagogas para quemarlos.
Yad Vashem Photo Archive

Fueron destruidas 267 sinagogas en toda Alemania y Austria. El fundador de la Gestapo, Herman Göring, se quejó: "¡Preferiría que hubierais acabado con doscientos judíos antes que destruir tantos bienes valiosos!".

Los acontecimientos en Austria no fueron menos terribles que en Alemania. La mayor parte de las 94 sinagogas de Viena y las casas de oración fueron dañadas parcial o totalmente; sólo unas pocas sobrevivieron a la Kristallnacht.

Persecución y emigración

La persecución y los daños económicos continuaron después del pogromo. Tras saquear sus locales comerciales a los judios se les obligó a pagar una multa colectiva o "contribución de expiación" de mil millones, que se recaudó mediante la adquisición obligatoria del 20% de todas las propiedades judías por parte del Estado.

Escaparates destrozados. Los judíos que pudieron abandonar el país lo hicieron. En los diez meses que siguieron a la Noche de los cristales rotos, más de 115.000 judíos emigraron de Alemania. La mayoría se dirigió a otros países europeos, a Estados Unidos y a Palestina. Como parte de la política gubernamental, los nazis confiscaron casas, tiendas y otras propiedades que los emigrados dejaron atrás.
Escaparates destrozados.
Yad Vashem Photo Archive

Los que pudieron escaparon. En los diez meses que siguieron a la Noche de los cristales rotos, más de 115.000 judíos emigraron de Alemania. La mayoría se dirigió a otros países europeos, a Estados Unidos y a Palestina. Como parte de la política gubernamental, los nazis confiscaron casas, tiendas y otras propiedades que los emigrados dejaron atrás.

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