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Claudia Tecglen Psicóloga, emprendedora social y conferenciante
OPINIÓN

Las personas con discapacidad no somos eternos niños

Madre niña con discapacidad
Una mujer abraza a una chica con discapacidad.
Richard Bailey / getty images
Madre niña con discapacidad

Escribo este artículo como persona con parálisis cerebral infantil, siendo consciente que en octubre fue el Día Mundial de esta discapacidad del Daño Cerebral Adquirido y del ictus. Sin embargo, 'Capaces' es una sección de información y concienciación sobre la realidad de las personas con discapacidad y me gustaría, como adulta con discapacidad, recordar algo tan obvio como que las personas con discapacidad también crecemos. Una obviedad que es necesario destacar, pues muchas veces se nos trata como eternos infantes.

Antes de continuar, me gustaría destacar que soy una privilegiada, soy consciente de que tengo acceso a oportunidades que muchas personas con discapacidad e incluso sin discapacidad no tienen. Pero no por eso en mi discapacidad pesa menos o más el estereotipo, esa creencia errónea que se cierne sobre nosotros y que propicia que gran parte de la sociedad - e incluso nosotros mismos - nos vean como pobrecitos o superhéroes, incapaces o ejemplos de superación. 

Y lo cierto es, al menos a mi parecer, que ni una cosa ni la otra. E insisto, soy una privilegiada, pero junto con mi equipo de la Asociación Convives con Espasticidad y también desde mi faceta profesional como psicóloga, comunicadora y formadora, conozco a miles de personas con discapacidad de todas las edades y a sus familias, e independientemente de la discapacidad, tenemos unas necesidades básicas compartidas.

Un ejemplo claro del trato a la persona con discapacidad en su etapa de niño o en su etapa adulta es el campo de la medicina. Por ejemplo, los niños con parálisis cerebral pueden obtener muchas más terapias y recursos, mientras que los adultos que crecemos dejamos de tener las mismas oportunidades, al menos dentro del Sistema Nacional de Salud. En realidad, la discapacidad es crónica y el diagnóstico precoz en la infancia es vital, pero también lo es la atención a la cronicidad.

Si te estás preguntando qué necesidades tenemos los adultos con discapacidad, la respuesta más rápida es las mismas que otra persona sin discapacidad con edad similar, solo que nosotros necesitamos más apoyos. Los adultos con discapacidad necesitamos que nos dejen elegir, tomar responsabilidades, que nos permitan equivocarnos.

También necesitamos una red de apoyo fuera de nuestras familias el pasado 5 de noviembre se celebró el Día del Cuidador o Cuidadora, ya que la mayoría de las cuidadoras somos mujeres. Este artículo de Melisa Tuya, explica perfectamente cuan importante es su labor, pero ellos o ellas necesitan un respiro, y nosotros interactuar con iguales en edad, fuera de la familia. Para ello, dependiendo de la discapacidad, se necesitarán mayores o menores apoyos en un Estado del Bienestar que tiene la obligación de ser garante de ese derecho. Además, las personas cuidadoras no son eternas.

Los adultos con discapacidad necesitamos que nos dejen elegir, tomar responsabilidades, que nos permitan equivocarnos

Los adultos con discapacidad necesitamos trazar nuestro plan de vida, vivir la vida que queremos y podemos como cualquier otro. Como decía Fran Sinatra, 'VIVIR MI VIDA A MI MANERA'. Y es que, no por tener discapacidad la vida deja de ser nuestra.

Los adultos con discapacidad necesitamos tener acceso a la mejor educación posible y a un trabajo digno. Son derechos, no privilegios.

Las personas con discapacidad necesitamos sentirnos valorados y amados. No sabéis cuantas veces como psicóloga he atendido a personas adultas con discapacidad que no tenían amigos, que nunca habían mantenido una relación de pareja o a quienes las familias aislaban de muchos planes. Esta última situación era menos frecuente mucho menos que las dos primeras, pero también se da.

En definitiva, los adultos con discapacidad tenemos derecho y necesitamos ser felices.

¿Cómo lograrlo?

Cambiando nuestra mentalidad y la de nuestro entorno. La discapacidad no debe ser la protagonista de nuestra vida.

Exigiendo nuestros derechos, es una cuestión muy cansada, pero todavía es necesario.

● Tomando nuestras propias decisiones.

Participando en la sociedad y creyéndonos que somos igual de valiosos que el resto.

● No permitiendo que nadie nos excluya.

La discapacidad nos va a tocar a todos, y muchas veces te sobreviene en la edad adulta o la vejez, y no por eso volvemos a ser niños 

Si sé que muchos pensaréis que estoy haciendo un brindis al sol, porque lo cierto es que, hasta que las administraciones no nos traten como iguales, como lo que somos ciudadanos de pleno derecho, lo tenemos difícil. Pero, sólo lo lograremos si nos hacemos visibles, si alzamos la voz, si les ayudamos a darse cuenta que la discapacidad nos va a tocar a todos y que muchas veces te sobreviene en la edad adulta o la vejez, y no por eso volvemos a ser niños. 

Y es que, en muchas ocasiones es el entorno el que nos incapacita aún más por la falta de accesibilidad universal, por la vulnerabilidad de nuestros derechos. Y quizás, una de las mayores limitaciones es que para muchos somos eternos niños.

Me gustaría terminar diciendo que yo al igual que todos mis compañeros de edades similares y avanzadas somos adultos, si la discapacidad no nos salva de las canas y las arrugas, ¿por qué se nos sigue tratando como eternos niños?

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