La economía española se ralentiza, pero esquiva el parón de la eurozona y crece un 0,3% en el tercer trimestre

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.
EDUARDO PARRA / EP
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.

La economía española se ralentizó ligeramente en el tercer trimestre al crecer un 0,3%, una décima menos que el dato registrado entre abril y junio. Así se recoge en los datos de contabilidad nacional que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el primer trimestre. Sin embargo, el crecimiento registrado entre julio y septiembre hace que España esté siendo capaz de esquivar por el momento el parón en la actividad que recorre la UE, donde el PIB apenas se ha movido en los últimos meses.

El avance del PIB ha sorprendido a la mayoría de analistas, que vaticinaban un parón más acusado e incluso que la economía pudiera sufrir una leve contracción. La mayoría de los pronósticos esperaban entre un 0,1 y un -0,1% de crecimiento, pero los buenos datos de empleo que trajo la EPA el jueves ya anticipaban que podía haber una sorpresa positiva.

El aguante de la economía española se explica exclusivamente por el tirón del consumo de los hogares, que aportó nueve décimas al crecimiento registrado entre julio y septiembre. El gasto de los hogares compensó la caída de la inversión, que restó dos décimas, y del sector exterior, que restó otras cuatro.

La resistencia del consumo puede resultar hasta cierto punto sorprendente tras dos años en los que los hogares han tenido que soportar fuertes subidas de precios. Más en un punto en el que la mensualidad de las hipotecas variables se ha disparado, obligando a unos cuatro millones de hogares a apretarse el cinturón. Sin embargo, las cifras récord de empleo —con 21.265.900 personas trabajando— alimentan una base de consumidores creciente. 

El consumo se confirma como el único motor de crecimiento. En el segundo trimestre la inversión todavía aguantaba tras avanzar un 0,6% respecto a los primeros tres meses de año. Sin embargo, entre julio y septiembre se contrajo un 0,8%, lastrada por el endurecimiento de las condiciones financieras que han traído consigo las subidas de tipos del BCE. Mientras que las exportaciones acentúan la caída que ya registraron en el primer trimestre del año y se desploman un 3,9%. Una retracción que se explica por el estado de debilidad de la eurozona, que ha frenado las ventas de las empresas españolas en el extranjero.   

Para el Gobierno en funciones, el crecimiento del PIB en el tercer trimestre es un dato "muy notable en un contexto de elevada incertidumbre internacional y subida de los tipos de interés". "Este dato confirma el crecimiento diferencial de la economía española respecto a los principales países de la zona euro y está en línea con las previsiones macroeconómicas incluidas en el Plan Presupuestario", celebran desde el Ministerio de Asuntos Económicos.

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