La tensión en Oriente Medio se intensifica cada día. El llamado Eje de la Resistencia, formado por los aliados de Irán y enemigos de EE UU e Israel, han acordado coordinar la escalada de su respuesta a las ofensivas lanzadas por Israel en respuesta al ataque sin precedentes de Hamás a la población israelí el pasado 7 de octubre.

El jefe el grupo chií libanés Hezbolá, Hasán Nasrala, se reunió este miércoles con el líder del movimiento islamista Hamás, que mató a más de 1.400 personas y capturó a unos 220 rehenes en un ataque masivo el pasado 7 de octubre en el sur de Israel, y de la Yihad Islámica Palestina (YIP), con los que acordó mantener la "coordinación" además de estudiar los pasos a seguir durante su respuesta a Israel. Según la ONU, tras declarar la guerra, el Ejército israelí ha matado a su vez a 6.547 personas en Gaza. 

"Se acordó continuar con la coordinación, y con el seguimiento de desarrollos de forma diaria y permanente", explicó Hezbolá en un comunicado tras finalizar la reunión de su líder con el secretario general de la YIP, Ziad al-Najala, y el alto cargo de Hamás Saleh al-Arouri.

Según la nota, durante el encuentro los tres debatieron también "lo que las partes del Eje de la Resistencia deben hacer en esta fase delicada para lograr una victoria real de la Resistencia en Gaza y Palestina, así como parar la agresión traicionera y brutal contra nuestra gente oprimida".

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Entre los asuntos tratados estuvieron asimismo las posturas internacionales al respecto, los últimos desarrollos en la guerra de Gaza y los ataques que Hezbolá cruza con Israel desde el sur del Líbano.

Desde el pasado 8 de octubre, el grupo chií libanés y el Estado judío están enzarzados en intenso fuego cruzado a través de la divisoria entre ambos países, donde también se han producido acciones reivindicadas por facciones palestinas presentes en el territorio libanés.

Entre ellas ha habido lanzamientos de cohetes e intentos de infiltración por parte de los brazos armados de la YIP y Hamás, que presumiblemente habrían actuado con el visto bueno de Hezbolá, bajo cuyo control se encuentra la franja meridional del Líbano fronteriza con Israel.

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La escalada en las áreas fronterizas ha elevado los miedos a que el Líbano se convierta en un segundo frente de la guerra entre Israel y las milicias de la Franja de Gaza, mientras el Gobierno libanés mantiene contactos a nivel doméstico e internacional para tratar de contener la situación.

Nasrala todavía no ha pronunciado ningún discurso desde el comienzo de las hostilidades y este fue su primer encuentro con altos funcionarios de Hamás y de la Yihad Islámica por primera vez desde que el conflicto entre Israel y Hamás se intensificó el 7 de octubre y comenzaron los combates.

Nuevos fuegos cruzados

El encuentro coincide con un nuevo episodio de fuego cruzado. El Ejército israelí y milicias en el sur del Líbano protagonizaron este miércoles la decimoctava jornada consecutiva de hostilidades en la frontera, con nuevos intercambios de fuego que incluyeron disparos de cohetes y al menos un misil antitanque hacia Israel, que respondió con bombardeos y artillería.

La portavocía militar israelí informó este miércoles de que sus tropas atacaron dos "células terroristas" que intentaban lanzar proyectiles hacia su territorio en distintos puntos de la frontera. Poco después, añadió que un misil antitanque fue disparado hacia un grupo de soldados en la comunidad de Avivim, ante lo que estos respondieron con fuego de artillería hacia el sitio desde donde se originó el ataque. 

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El lanzamiento de este misil fue reivindicado poco después por el grupo chií libanés Hizbulá, que dijo haber impactado contra un tanque israelí, causando muertos y heridos, algo que el Ejército negó. 

En los últimos días, el movimiento chií ha reconocido un número significativo de nuevas bajas en sus filas y suma ya 43 desde el estallido de la violencia fronteriza el pasado 8 de octubre. 

Por otra parte, la misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL) reiteró este miércoles que continúa en contacto con las "partes" implicadas en la violencia fronteriza con Israel para tratar de "reducir las tensiones", en progresivo aumento desde hace más de dos semanas. 

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Las hostilidades en la zona fronteriza comenzaron un día después de que el ataque del movimiento islamista Hamás contra Israel que dejó unos 1.400 muertos desencadenara una guerra que marca este jueves su vigésima jornada de combates y ha dejado más de 6.000 fallecidos en Gaza.

Si bien distintas milicias palestinas se han atribuido ataques desde el Líbano en las últimas dos semanas, los enfrentamientos principales son entre el Ejército israelí y Hezbolá, que viven su mayor momento de tensión desde la guerra que libraron en 2006. 

Los incidentes en la frontera han dejado hasta el momento al menos 63 muertos: 6 en Israel -5 soldados y un civil- y al menos 57 en el Líbano, incluyendo 8 civiles -entre ellos un camarógrafo de la agencia Reuters-, 43 miembros de Hezbolá y 6 integrantes de milicias palestinas.