La reciente escalada del conflicto entre Hamás e Israel y la llamada de la organización terrorista a cometer atentados en todo el mundo -que ya ha dado resultado en Arrás (Francia) y Bruselas- ha encendido las alarmas frente a una posible amenaza terrorista dentro del territorio español, siendo una de esas amenazas la presencia de combatientes terroristas extranjeros (CTE) retornados a España. 

Pese a que la alerta antiterrorista no se ha elevado del nivel cuatro sobre cinco, el Ministerio del Interior ya ha ordenado el refuerzo de la seguridad en ciertos puntos "sensibles", mayormente en embajadas y en instituciones relacionadas con la comunidad judía. El citado cuarto grado, que se mantiene inmutable desde que se produjeron una serie de atentados en Francia, Túnez, Kuwait y Somalia en el año 2015, implica la reunión semanal de la Mesa de Valoración de la Amenaza terrorista.

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La implementación del nivel 5 de alerta terrorista, que no se contempla ahora y tampoco ocurrió tras los atentados terroristas que se produjeron en Barcelona en agosto de 2017, habilitaría la presencia de efectivos militares para desarrollar tareas de seguridad ciudadana, una medida que solo cabría ante indicios sólidos de la preparación de un ataque terrorista en España. 

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Un combatiente terrorista extranjero retornado es el término que se utiliza "para calificar a la persona que viaja fuera de su Estado de residencia o nacionalidad con el propósito de cometer, planificar o preparar actos terroristas o participar de ellos". Suponen "uno de los mayores retos y peligros para la comisión de atentados terroristas en España", según detalla el último informe anual elaborado por el Departamento de Seguridad Nacional, y actualmente hay una docena de ellos en España fuera de prisión. Según los informes del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), el perfil de estos combatientes provenientes de España indica que el 64% de los hombres eran de nacionalidad marroquí y el 15% de nacionalidad española. 

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Sobre todos ellos se ha adoptado "alguna medida de monitorización", ya sea una Orden de Detención y Entrega, una prohibición de entrada en el territorio Schengen o el control específico a través del Sistema de información de Schengen (SIS) por Seguridad del Estado, apunta el citado informe publicado en abril de 2023. Estos individuos representan una especial amenaza en tanto que "su presencia y actividad en zonas de conflicto les ha proporcionado conocimiento operativo y experiencia en el manejo de armamento, contactos y conocimiento de rutas y agentes facilitadores". 

"Representan una seria amenaza para sus Estados de origen"

Además, relata el documento del Departamento de Seguridad Nacional, su pasado en combate les puede dotar de "un posible liderazgo que los convierta en ejes vertebradores de la concienciación radical y posterior ejecución de actos de terrorismo". El número de combatientes terroristas europeos que permanecen en el extranjero es de aproximadamente 6.000, si bien "no parece probable que se produzca un regreso masivo de estos a pesar de las pérdidas de territorio e influencia de Daesh". 

Ya en el año 2014, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas expresaba en una resolución la "grave preocupación por la creciente amenaza" que plantean los combatientes terroristas extranjeros. Señala la resolución que estos individuos representan "una seria amenaza para sus Estados de origen" y recalca que los grupos terroristas han establecido "redes internacionales entre los Estados de origen, tránsito y destino" que pueden servir para dotar de recursos a estos retornados. 

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Todas estas advertencias se reiteraron en una segunda resolución del Consejo de Seguridad publicada en 2017 que reconocía además "que los combatientes terroristas extranjeros que han regresado a sus países de origen [...] han organizado, planificado o intentado cometer atentados en esos países". 

Durante tres años consecutivos se han producido en España detenciones de retornados, según el 'balance del terrorismo en España en 2022' elaborado por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. Tal y como relata el documento, se trata de individuos que habían estado combatiendo en Siria e Irak y regresaron a España "tras la pérdida territorial del Estado Islámico". "Fue precisamente el control de un extenso territorio en Siria e Irak lo que permitió al Daesh actuar como un Estado de facto y atraer a decenas de miles de simpatizantes de todo el mundo", relata el texto. Ahora, "a raíz del descalabro sufrido por el Daesh", muchos de ellos han regresado a sus países de origen, entre los que está España. 

Los datos del CITCO indican que hasta 2021 salieron del país 263 combatientes terroristas, de los cuales 232 eran hombres y 31 eran mujeres. Se ha comprobado que 102 combatientes (cerca de un 39% del total) han fallecido, y 63 han regresado. Entre estos últimos, los datos señalan que nueve estaban encarcelados en España, 14 lo estaban fuera del país y 40 permanecían en libertad, nueve de ellos en territorio nacional. La cifra, según el informe mencionado al comienzo del artículo, ha ascendido a 12 en el año 2022.