Ha pasado casi inadvertida la referencia del Consejo de Ministros del martes 10 de octubre donde se menciona en el apartado de Presidencia del Gobierno la sesión conjunta para la toma de juramento de S.A.R. la princesa de Asturias. La ampliación de contenidos señala que, a propuesta del presidente del Gobierno en funciones, se ha acordado solicitar a las presidencias de las Cortes Generales que se celebre una sesión conjunta, el próximo día 31 de octubre de 2023, con un único punto en el orden del día: la toma de juramento de S.A.R. la princesa heredera, doña Leonor de Borbón Ortiz. El acuerdo precisa que se trata de una ceremonia que reproducirá el protocolo seguido por el rey Felipe VI el 30 de enero de 1986, en la que la princesa de Asturias se comprometerá, el mismo día en que alcanza la mayoría de edad, a desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas y guardar fidelidad a su majestad el rey.

La referencia que se cita del 10 de octubre continúa diciendo que «este acto de juramento tiene una dimensión simbólica, toda vez que escenifica en una ceremonia solemne, el compromiso de S.A.R. doña Leonor con la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico, los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas y su majestad el rey». Y añade que «por este motivo, son las Cortes Generales, como representantes del pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado y en el que reside la soberanía nacional, quienes reciben un compromiso de tanta trascendencia». La referencia subraya que «además, junto a la dimensión simbólica, el acto contiene una importante dimensión jurídica, ya que el juramento que prestará la princesa de Asturias supone una manifestación de su disposición para asumir la Jefatura del Estado llegado el momento». Y concluye que «de esta manera se garantiza la continuidad de la Corona, que es un órgano constitucional que se inserta, con las funciones que establece el Título II de la norma fundamental, en la estructura institucional del Estado».

El texto que venimos comentando es un calco del remitido en su día por el Gobierno del presidente Felipe González, que fue acordado en la reunión de su Gabinete el 27 de diciembre de 1985, es decir, poco más de un mes antes del 30 de enero de 1986, fecha en que S.A.R el príncipe heredero, don Felipe de Borbón y Grecia, alcanzaba la mayoría de edad. En aquella ocasión correspondió al Letrado Mayor de las Cortes Generales, Luis María Cazorla Prieto, dar lectura del escrito del Gobierno y, ahora, 37 años después, el martes 31 de octubre, el lector será Carlos Gutiérrez Vicén, que ocupa ese puesto. Dice el artículo 61 de la Constitución que la princesa prestará juramento ante las Cortes Generales. De forma que, de una parte, hay una heredera que jura y, de otra, unas Cortes Generales que toman o reciben ese juramento.

Antes, si se sigue el protocolo precedente, en el hemiciclo sólo se oirán las palabras que pronuncie la presidenta de las Cortes Generales, Francina Armengol. Las del presidente Gregorio Peces Barba le sirvieron para saludar a los Reyes como testigos de excepción, a la Familia Real, a los presidentes del Constitucional y del Consejo de Poder Judicial, a los embajadores acreditados, a los presidentes de las Comunidades Autónomas, a las autoridades civiles y militares y a los representantes de la Iglesia Católica y de las demás confesiones religiosas. Peces Barba resaltó la función del Parlamento donde se hacen las leyes, se fiscaliza la Gobierno y se hace posible la actividad política. Definió la Corona como institución central que simboliza la unidad y permanencia del Estado, su fortaleza y resaltó el interés del momento con mayoría socialista. Dijo que en nuestro sistema tenemos que ser siervos de la ley para poder ser libres y que no hay sitio para quienes pretendan, invocando una legitimidad carismática, asumir todos los poderes porque aquí el poder es de todos y se ejerce por medio de la Constitución y de las leyes.

Concluida la jura, veremos el protagonismo que se da, o que se toman, los que ya han adelantado su ausencia. Pero, si nada se enreda, la duración estimada es de 20 minutos.