Entrevista

Michael Ignatieff: "Estamos perdiendo la confianza del pueblo"

  • El exlíder del Partido Liberal de Canadá presentó en el Hay Festival en Sevilla ‘En busca de consuelo. Vivir con esperanza en tiempos oscuros’.
Michael Ignatieff.
Michael Ignatieff.
LLUIS SERRANO
Michael Ignatieff.

Michael Ignatieff (Toronto, 1947) se presenta al filo del mediodía en la entreplanta del Hotel Inglaterra, en el centro de Sevilla, y lo primero que pregunta a su interlocutor, con una taza de café entre las manos, es si "esto es normal". Alude el ensayista y profesor a una temperatura rondando los 35 grados.

Para él es una prueba palpable de una preocupación que le rondará durante toda la conversación: el cambio climático. Hombre de convicciones liberales profundas y una oratoria pausada, nos habla de su último ensayo, En busca de consuelo. Vivir con esperanza en tiempos oscuros (Taurus)... y de una de sus grandes pasiones: la política.

¿Por qué un libro que busca en la historia a quienes han reflexionado sobre cómo superar una pérdida o una tragedia?Yo creo que el mensaje de mi libro y de mi pensamiento es que la fuente principal de la esperanza del futuro se encuentra de forma irónica en el pasado.

¿Responde a un deseo personal suyo o lo entendemos también como una respuesta a una necesidad colectiva?Es una necesidad colectiva. En la época de la pandemia vi a un pianista que tocaba todas las sonatas de Beethoven desde Berlín, vi vídeos de familias en España y en Italia que acudían a sus terrazas a dar golpes con sus sartenes y lo que pensé es que todas ellas eran un consuelo inventado por la gente. El consuelo es religioso, pero la gente no podía salir y se creaba sus propios rituales.

Tengo la sensación de que habla de la necesidad humana de no estar solos.Absolutamente. Eso es lo que vimos que estaba pasando por internet durante la pandemia.    Los seres humanos podemos estar solos en dos dimensiones. En la del espacio y en la del tiempo. La soledad en el espacio se rellenaba de alguna forma durante la pandemia con nuestra presencia en internet. Todo el mundo experimentaba lo mismo. Pero yo quería experimentar la soledad en la dimensión del tiempo. Y reflexionar sobre el hecho de que uno de los motivos por los que sentimos angustia es porque creemos que nadie ha pasado lo que nosotros estamos pasando como individuos.

Y lo hace a través de 18 biografías como las de San Pablo, Hume, Camus, Montaigne, Marx, Lincoln o Václav Havel.Mi libro es una historia de 18 biografías localizadas y escritas en su contexto. Pero también es la historia de la transformación desde lo religioso hacia lo secular. Lo que descubrí en este proceso es que la pérdida de consuelo religioso no nos ha impedido inventar nuevas formas de consuelo, pero también que nos ha permitido descubrir la sabiduría del consuelo religioso.

Quizás hemos ‘aparcado’ la sabiduría religiosa, pero hemos necesitado llenar ese vacío.Mire este reloj [muestra su muñeca izquierda]. Es un reloj muy caro que me regaló mi mujer. Me encanta este reloj y me conforta porque es un símbolo del afecto que siento por mi mujer. Pero no es el reloj lo que me consuela, sino mi mujer. Pienso que somos una sociedad de consumo, pero no estúpida. Sabemos que nuestras posesiones no pueden consolarnos. No nos consuelan cuando perdemos a alguien a quien amamos.

El consuelo es también esperanza.Es una forma de recuperar la esperanza después de una pérdida, de un fracaso. Es la lucha para recuperar la esperanza después de la derrota.    Existe una relación dialéctica entre esperanza y desesperación que empuja a buscar consuelo. Una vez que encontramos el consuelo, recuperamos la esperanza. ¿Pero para qué? Para recuperar nuestra vida, la autoconfianza. Y en términos políticos, para recuperar la fe en que podemos resolver problemas. El consuelo y la esperanza son virtudes políticas. Y en este momento nos faltan ambas cosas.

¿Cree que se está perdiendo la confianza en nuestro sistema político?Sí, la estamos perdiendo. El activo más valioso que tiene un político es la confianza del pueblo, debe ganársela cada día. Por muchas razones, los políticos pierden la confianza de los ciudadanos, el motivo más importante lo simboliza el cambio climático. Los políticos pueden marcar diferencias, mejores sistemas de riego, usar energías renovables, pero la solución solo viene de Europa, Rusia, India, China y eso es lo que más miedo les da, que las soluciones necesitan una respuesta global.

Pero vamos a una sociedad que se divide en sociedades con democracias liberales y países con regímenes iliberales.Estuve cinco años en la Hungría de Orbán y he visto con mis propios ojos cómo una democracia puede convertirse en un estado autócrata de un solo partido. Y si puede ocurrir en Hungría, puede ocurrir en España. En España hay una historia de regímenes autoritarios. En una situación de cambio climático, combinada con problemas económicos, la confianza en el sistema democrático podría socavarse. ¿Cuál es la solución? Veo dos: demostrar que la democracia puede funcionar y evitar a toda costa la tentación de sucumbir al mito de que el gran líder y los sistemas autoritarios son más eficientes o mejores a la hora de proteger al pueblo.

Usted ha lidiado con el independentismo. ¿Hay consuelo ahora para la política y para la sociedad española?Estuve en Galicia, en el foro de La Toja, y pude escuchar al señor Feijoó explicando que uno de los conflictos fundamentales a los que se enfrenta España es que se está buscando un acuerdo para mantenerse en el poder que puede comprometer la Constitución y el Estado de derecho. Como canadiense que ha vivido esta angustia en mi país, lo que pienso es que no se puede llegar a un acuerdo con los secesionistas comprometiendo el orden constitucional. Yo me negué a llegar a un acuerdo con un partido separatista en Canadá y me costó el puesto.

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