Un año de debilidad del Govern salvado por los presupuestos pactados con el PSC

  • Tras la salida hace un año de Junts del Govern, Aragonès gobierna con tan solo 33 diputados de 135 escaños.
Miembros actuales del Govern tras la remodelación de junio.
Miembros actuales del Govern tras la remodelación de junio.
ERC
Miembros actuales del Govern tras la remodelación de junio.

Hace un año que se confirmó la ruptura del Govern de coalición entre ERC y Junts Per Catalunya que surgió de las elecciones 2021. Ese ejecutivo disponía del apoyo de los 55 diputados de ambas formaciones, una situación bastante diferente a la actual, ya que tras la salida de Junts del Govern, Aragonès tan solo tiene asegurado el respaldo de los 33 escaños de Esquerra Republicana frente a los 102 diputados restantes de la Cámara.

A pesar de la soledad y la lógica dificultad para sacar adelante su agenda legislativa, Aragonès mantiene la voluntad de terminar la legislatura y no piensa, de momento, someterse a ninguna cuestión de confianza, por más que se la hayan pedido desde Junts. 

Incluso, en el último Debate de Política General, el Parlament de Catalunya constató la debilidad y la falta de confianza en el Govern cuando se aprobaron tres resoluciones de PSC, Junts y los Comuns. El poder de maniobra del ejecutivo fue tan pequeño que los tres grupos se coordinaron para votarse mutuamente las resoluciones y las sacaron adelante por mayoría absoluta, aunque ERC se opuso. Las propuestas señalaban que el ejecutivo de Aragonès está en minoría y sin capacidad de liderazgo

Nuevo ejecutivo de ERC en solitario

Al día siguiente de la ruptura, el presidente de la Generalitat nombró a siete nuevos consellers para sustituir a los salientes de Junts. Por parte de Esquerra, entraron Natàlia Mas en Economía, Meritxell Serret en Acción Exterior, Juli Fernàndez en Territorio, y Manel Balcells en Salud.

El resto de nuevos miembros del ejecutivo tienen procedencias diversas, como Carles Campuzano, exdiputado de Convergència y del PDeCAT que será el conseller de Derechos Sociales; Joaquim Nadal, exsocialista con una notoria y dilatada trayectoria en el PSC, que se cogía el departamento de Investigación y Universidades; y finalmente Gemma Ubasart, que iba a Justicia, y que había sido secretaría general de Podem Catalunya.

El reto de los Presupuestos

De todos ellos, quien tenía un reto mayor, sin duda, era Natàlia Mas, que heredaba la cartera de Jaume Giró, que en esos momentos estaba elaborando los presupuestos de la Generalitat. Una de las primeras decisiones de Junts fuera del Govern fue anunciar que no apoyaría las Cuentas porque consideraban que se habían hecho cambios sustanciales sobre los criterios de su conseller Jaume Giró. Los 'Presupuestos de Giró' pasaron a ser los de ERC, y las negociaciones se alargaron hasta principios del año siguiente.

Primero se consiguió el apoyo de los agentes sociales, después el de los Comuns, pero con el PSC las negociaciones se enquistaron con temas como la ampliación del aeropuerto, el apoyo al complejo de juego y ocio Hard-Rock en Tarragona, y sobre todo, lo que estuvo a punto de acabar con el fracaso del acuerdo, la construcción de la B-40, la denominada Ronda Nord para unir las localidades de Terrassa y Sabadell con una autovía de alta capacidad.  

Esquerra Republicana se oponía frontalmente al proyecto y apostaba por crear una red ferroviaria para mejorar la movilidad en la zona. El PSC vio una oportunidad de evidenciar la debilidad del nuevo Govern, y finalmente, Aragonès tuvo que ceder ya en pleno debate de las Cuentas.  

Malos resultados

En ese momento ya se podía constatar que el ejecutivo no gozaba de apoyo seguro alguno en el Parlament. En enero de este año, ERC había perdido una de cada cinco de votaciones, 21, 06% del total, aunque ninguna supuso una renuncia a proyectos esenciales de la legislatura. Incluso ahora, Aragonès afirma que la actividad legislativa ha sido importante y que se ha conseguido aprobar leyes fundamentales para su acción de gobierno.

Otro factor significativo con el que ha tenido que luchar el Govern ha sido los malos resultados electorales que se han ido sucediendo comicios tras comicios. Después del descalabro del 23J, el presidente de la Generalitat ha tenido que afrontar una remodelación de gobierno, en la que algunos miembros muy desgastados tuvieron que ceder el paso a caras nuevas. Es el caso de Josep Gonzàlez Cambray, en Educación, que tuvo que dar paso a Anna Simó; Ester Capella sustituyó a Juli Fernàndez, que como titular de Territorio tenía que encabezar el proyecto de la B-40 cuando se sabía que era un firme opositor a la autovía desde los tiempos en que era alcalde de Sabadell; y finalmente, David Mascort sustituyó a Teresa Jordà, que entró como diputada en el Congreso.

Balance positivo

Tras este difícil camino de un año, desde el Govern hace una valoración "positiva" sobre todo porque este gobierno de ERC en solitario ha acabado con la etapa de debate interno permanente y pueden trabajar "más tranquilos", ya que un gobierno monocolor es más fácil de gestionar y además han podido girar sus actuaciones a la izquierda.

Entre los principales logros, el Govern destaca que es el ejecutivo con más mujeres ocupando carteras de peso, con el departamento de Economía por primera vez está en manos de una mujer, y que han aprobado dos presupuestos consecutivos, algo que no ocurría en 10 años en Cataluña.

Asimismo, creen que ha habido importantes avances en departamentos clave como Salud, Interior y Educación, con "más médicos, maestros y mossos que nunca". 

Sobre el futuro, el Govern está "preparando nuevos presupuestos", que de lograr aprobarlos "serían los terceros", y aseguran que "buscan generar los consensos necesarios para cerrar las cuentas en tiempo y forma", lo que les permitirá agotar la legislatura en 2025 a pesar de no llegar a tener ni una cuarta parte de los diputados en el Parlament.

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