Los Ostos andan echándose, nunca mejor dicho, los trastos a la cabeza. La nueva guerra que les separa tiene que ver con la herencia que Jaime Ostos dejó al morir y que no ha satisfecho las querencias de los hijos que el matador tuvo con Consuelo Alcalá.

Jaime y Gabriela consideran que Jacobo, nacido de su matrimonio con María Ángeles Grajal, ha sido poco generoso en el reparto de los enseres que descansaban en la casa familiar que se vendió el pasado mes de julio. Le acusan de haber desoído sus peticiones e impedirles tener recuerdos de su padre.

Un señalamiento que ha molestado sobremanera a Jacobo y su madre, quienes valoran iniciar acciones legales para frenar sus testimonios. 20minutos ha podido comprobar la existencia de mensajes y audios en los que Jacobo invitaba a sus hermanos, de forma amable e insistente, a que acudieran al chalé para llevarse lo que consideraran, pero nadie respondió afirmativamente. La tensión es máxima.