¿Cómo ve el futuro de la Unión Europea?Creo que ha habido un cambio importante en la UE en los últimos seis o siete años, después del brexit, con el Covid o con la guerra. Con la necesidad de ser menos dependientes de otras partes del mundo en aspectos como la defensa o la energía. Y por eso ahora el reto de la Unión está en cómo ser más fuertes, estar más unidos y ser también más independientes. Estas tres misiones son cruciales porque está claro que el mundo ha cambiado.

Y todo ello ha afectado al mercado único, por ejemploSí, cuando Jaques Delors lo impulsó estábamos soñando sobre un mundo que venía, sobre la Europa que venía después de la caída del Muro de Berlín. Una Europa con menos obstáculos y más democracia. En los últimos años hemos entendido que ese sueño no hay que darlo por asegurado, y tenemos que tener en cuenta que vivimos en un mundo por el que tenemos que luchar.

¿Cómo tiene que adaptarse entonces ese mercado único europeo?Esa es exactamente la misión de mi informe. Estoy visitando muchas ciudades y capitales, viendo a primeros ministros, líderes, empresarios, sociedad civil, expertos, académicos. Quiero organizar el informe de forma que sea una tormenta de ideas, para discutir de forma colectiva y concluirlo entre todos. El mercado único es el corazón de la integración europea, y a la vez está menos completo de lo que mucha gente piensa. Necesita completarse.

¿Y eso cómo se consigue?Como decía, estando más unidos y siendo más fuertes como UE. Para serlo necesitas un mercado único completo, con las cuatro libertades (de bienes, de servicios, de personas y de capitales). Yo las pongo en un ránking: la más desarrollada es la de bienes, y la menos desarrollada es la de capitales. En medio quedan las de personas y servicios. Tenemos que trabajar en la parte que menos completa está. Esa libertad de capitales inconclusa provoca por ejemplo que en ese asunto Estados Unidos mantenga el liderazgo y la UE no pueda competir. En ese sentido estamos muy fragmentados y salimos debilitados del brexit.

Ahora mismo se habla mucho de la autonomía estratégica de la UE. ¿Cree que estamos en una especie de refundación del proyecto comunitario?No me gustan en general las palabras que empiezan por re-, pero creo que estamos entrando en una nueva era, una era posCovid y con la guerra. Una era en la que la UE necesita ser más autónoma, con las fronteras siendo de nuevo importantes o con la Defensa siendo también un asunto clave. También la defensa del Estado de Derecho ha cambiado respecto a lo que pensábamos hace 20 años; necesitamos ampliar ese Estado de Derecho y reforzarlo, así como abordar el tema de la ampliación, que también es clave para hacer más fuerte el mercado único. Tenemos que luchar por nuestros valores.

¿Qué significa esta nueva era?Que la UE tiene que luchar a diferentes niveles, tenemos que dejar de ser naif, mantener discusiones de manera digamos educada. Tenemos que ser educados, amables, pero tener determinación también.

¿Y considera que la UE está preparada para la ampliación?La ampliación que se haga tiene que ser una gran ampliación y la UE hoy no está preparada para ella pero necesita esa ampliación. Tenemos que mirar hacia delante, y la ampliación es necesaria por razones estratégicas, por ejemplo, pero también para encarar los retos que vienen en materia de seguridad o de Estado de Derecho. Pero ahora mismo pienso que hay poca claridad sobre ese camino hacia la ampliación.

¿Y eso cómo puede afectar?Llegará un momento en el que la UE, esté o no preparada, tenga que hacer esa ampliación. El escenario conducirá hacia ello, nos obligará, y si no estamos preparados será peor; por eso es urgente que se clarifique la ruta para los países candidatos. Yo prefiero una ampliación en base a los méritos de los Estados en lugar de lo que se hizo en 2004 con la entrada de diez países a la vez en bloque; entonces no estábamos preparados tampoco para ella y tuvo que hacerse una ampliación por razones políticas. Eso no es lo ideal, porque además ahora los Balcanes tienen muchos problemas fronterizos que tienen que resolverle. Hay que adaptarse rápido a estas cuestiones.

¿Es también una cuestión de expectativas?Sí, no les puedes decir a los ucranianos, que están muriendo ahora mismo, que les prometes entrar en la UE para después decirles que no están preparados. Estarán dentro porque están muriendo por la bandera europea.

¿Le sorprendió la unidad de la UE en torno a la pandemia y después con la invasión rusa de Ucrania?No, no lo es porque soy un firme creyente en la UE, en los valores y en la integración europea. Esa unidad es útil para nuestras vidas, y los últimos tres años han demostrado eso. La clave es que tenemos que estar unidos pero no solo para reaccionar, sino también para actuar. No podemos estar siempre reaccionando a los accidentes de la historia; hay que actuar porque tenemos un plan para el futuro. No se trata de unirse solo porque estamos en contra de algo.

¿En estos últimos años, después de la crisis de 2008, tiene la sensación de que estamos en una era con más peso de países como España, Italia, Portugal o Grecia?Puedo contar algo muy personal. Hace 23 años fundé el Foro de Diálogo España-Italia, un foro a diferentes niveles que se reúne una vez al año, una vez en cada país. El objetivo es debatir y alinear posiciones a nivel europeo. En su momento vimos que los países nórdicos cooperaban entre ellos, por ejemplo, y en una UE cada vez más amplia, las posiciones de España e Italia tienen que estar alineadas porque somos similares, tenemos intereses parecidos y una idea parecida de Europa. Es por eso por lo que creo que esa relación tienen que ser la misma que tienen por ejemplo los nórdicos, como digo.