La ministra del Interior británica, Suella Braverman, ha defendido este martes que ser homosexual y estar perseguido por ello "no es suficiente" para recibir asilo, por lo que ha reivindicado un cambio en las políticas migratorias frente a la dinámica de la "mala integración" y el "multiculturalismo" que, según ella, han dañado a Europa "en las últimas décadas".

"No podremos hacernos cargo de un sistema de asilo si simplemente el hecho de ser gay o mujer y poder sufrir discriminación en el país de origen es suficiente para tener derecho a protección", ha indicado durante un discurso ante un think tank estadounidense, según ha recogido la cadena BBC.

Sobre la inmigración, Braverman ha asegurado que esta es "un desafío" para las instituciones occidentales. "La integración inadecuada y el dogma del multiculturalismo han demostrado ser una combinación tóxica para Europa en las últimas décadas", ha aseverado.

Asimismo, ha destacado que el multiculturalismo ha permitido al migrante "vivir una vida paralela" a la sociedad de los países de destino, llegando incluso a "socavar la estabilidad y amenazar la seguridad". "La identidad nacional no es algo que fuese inventado en una torre de marfil o por ejecutivos publicitarios", ha sentenciado.

Defensa del "patriotismo"

"Si la gente no es capaz de establecerse en nuestros países y empieza a considerarse británica, estadounidense, francesa o alemana, entonces algo va muy mal", ha señalado Braverman, que ha querido reivindicar el "patriotismo" frente al multiculturalismo, según ha recogido la cadena Sky News.

Preguntada por sus orígenes tras su discurso, Braverman ha defendido su posición con respecto a la cuestión migratoria. "Lo que está sugiriendo es que como soy hija de inmigrantes tengo que adoptar una posición a favor de la inmigración y eso lo rechazo de manera categórica", ha dicho.

Braverman ya afirmó en octubre de 2022 que su "sueño" y "obsesión" era ver como un avión deporta a solicitantes de asilo a Ruanda en el marco de la polémica medida migratoria que el Gobierno británico impulsó el pasado año sin éxito.