La lealtad de Johanna, la cuñada de Van Gogh, preservó el legado del pintor: su historia llega ahora a los escenarios

La actriz Laura Cepeda encarna a Johanna van Gogh en los Teatros Luchana
La actriz Laura Cepeda encarna a Johanna van Gogh en los Teatros Luchana
Juan Varela Simó
La actriz Laura Cepeda encarna a Johanna van Gogh en los Teatros Luchana

Todo comenzó una madrugada en Auvers sur L’Oise, población francesa donde la actriz Laura Cepeda (Monterrey, México. 1953) se encontraba pasando unos días de vacaciones. De madrugada, sin poder conciliar el sueño, frente a la pantalla del portátil comenzó a investigar sobre la vida de Vincent van Gogh, aprovechando que se encontraba en este pequeño pueblo a 35 kilómetros de París donde falleció el pintor holandés, el 29 de julio de 1890.

"En la web del Museo Van Gogh descubrí una sección dedicada a Johanna van Gogh-Bonger, -comenta Laura Cepeda- esposa de Theo Van Gogh, el hermano menor del pintor que siempre le apoyó y mantuvo económicamente. Entré, comencé a leer y la primera frase de los diarios de Johanna, escrita cuando ella tenía 17 años, me dejó perpleja: ‘me pregunto para qué he llegado a este mundo. Espero que sea para algo más que zurcir calcetines, hacer la comida, traer hijos sanos al mundo y hacer feliz a mi marido’. ¡Era una cría de 17 años!".

Jo van Gogh-Bonger fotografiada en abril de 1889
Jo van Gogh-Bonger fotografiada en abril de 1889
Woodbury & Page

Johanna consiguió, sin duda, algo mucho más trascendental que aquellas actividades vislumbradas como reducido horizonte. De hecho, podemos afirmar que a ella le debemos que el legado de Vincent van Gogh esté expuesto hoy en los museos más importantes del mundo, y no hubiera servido de combustible para combatir el frío del invierno, o repintado por algún aficionado. No hemos de olvidar que Van Gogh sólo pudo vender, o intercambiar por pinturas, apenas unos cuantos cuadros a lo largo de su vida. Uno de ellos es El viñedo rojo, que fue pintado en 1888 y vendido a la coleccionista Anna Boch.

Vincent van Gogh. 'The Red Vineyard' (1888)
Vincent van Gogh. 'The Red Vineyard' (1888)
Pushkin Museum of Fine Art. Public Domain

"Aquella noche Johanna me tocó por detrás y me dijo, ‘dejate de tonterias y vamos a hablar tú y yo, que quiero contarte mi historia’. Siempre he pensado que mientras alguien te recuerde, no has muerto. Ella necesita que la recordemos para valorar su vida, su lealtad a los dos hermanos Van Gogh".

En los Teatros Luchana se representa -solo los viernes- el fruto de aquel empeño de Laura Cepeda por aproximarnos a una mujer que resultó crucial en salvaguardar el legado de Van Gogh. Johanna reunió todas las obras del artista holandés y, poco a poco, fue colocándolas en  colecciones privadas, exposiciones y museos oficiales, admitiendo que, en algunos casos, habría que pagar comisiones a los marchantes, pero con el único objetivo de dar a conocer sus óleos y que jamás fuera olvidado.

Laura Cepeda y Aure Sánchez en la función 'vuestra, Jo Van Gogh'
Laura Cepeda y Aure Sánchez en la función 'Vuestra, Jo Van Gogh'
Cedida

Una sencilla habitación de estar o saloncito burgués. Allí transcurre Vuestra, Jo Van Gogh, la obra que firma como autora Laura Cepeda. Es el escenario donde se desarrollan varios encuentros imaginarios de Jo, encarnada por la propia autora, con los hermanos Van Gogh, interpretados ambos por Aure Sánchez. A un lado, destaca sobre caballete el cuadro Almendro en flor (1890), pintado por Van Gogh en 1890 como regalo tras el alumbramiento de su sobrino, al que pusieron de nombre Vincent. Un árbol florecido en el que los tonos rosáceos ya se tornan blancos, que Van Gogh imaginó sobre el cabecero de la cama de Theo y Jo, simbolizando la especial vinculación que unía a los tres.

"Jo fue una chica de rasgos exóticos, muy poco holandesa -comenta Laura-. Era la penúltima hermana y los padres estaban ya agotados de buscar maridos para sus hijas. Aprendió inglés para leer a Shakespeare, y con 24 años se fue a trabajar de bibliotecaria al Museo Británico, de tal modo que al poco tiempo ya era independiente económicamente".

Laura Cepeda es la autora del texto que se representa en los Teatros Luchana
Laura Cepeda es la autora del texto que se representa en los Teatros Luchana
Cedida

Laura Cepeda de Golferichs nació en México, de padre descendiente de indios apaches y madre perteneciente a una familia bien posicionada en la sociedad catalana. Actriz de teatro y cine, diplomada en Arte Dramático en el Teatro Piccolo de Milán, su vida parecía orientada de jovencita hacia una perspectiva tan roma como la de Johanna Bonger. "Con 19 años estaba horrorizada porque parecía abocada a casarme con un novio joyero de Barcelona. Mi madre me dijo que fuera a la universidad y consiguiera una independencia económica". El azar y también su determinación le deparaban otro destino como actriz y, ahora también, como escritora.

"Estaba estudiando Periodismo y Filosofía en la Universidad de Bellaterra en Barcelona y me relacionaba con la gente del PSUC porque todos eran guapísimos. Probablemente uno de ellos, quizás un policía infiltrado, me acusó de haber lanzado un cóctel molotov en una manifestación. ¡Yo que iba con mi falda, mis rizos y mis botas, a la manifestaciones! Una tarde vino a buscarme la policía secreta donde trabajaba sellando quinielas, pero pude dejar un mensaje escrito en un papel a mi madre, avisándole que me llevaban a la comisaría de Laietana, gracias a un kioskero que me ayudó".

De las 72 horas que pasó en manos de la policía franquista -límite que en aquel tiempo podía mantenerse la incomunicación de un detenido- apenas recuerda la primera hostia que le hizo caer de la silla. Su mente ha borrado casi todo de manera sabiamente terapéutica y sólo le llega el canto ahogado que entonaban sus compañeros de calabozo. Era Al vent, de Raimon, y hoy ese eco le hace quebrar la voz. Tras ello, por fin, el reencuentro con su madre. "'¿Pero qué te han hecho, hija mía?' me dijo asustada. Toda yo era un morado".

Laura quedó en arresto domiciliario a la espera de un juicio del Tribunal de Orden Público, pero su madre decidió que había que sacarla del país, así que, con toda la tranquilidad del mundo, se fue a la Embajada Italiana para convalidar los estudios y que pudiera continuar la carrera de Filosofía en Milán. La salida del país fue una escena de película para burlar a las autoridades, con Laura camuflada entre un grupo de turistas asiáticos que tomarían un barco en Barcelona con destino Génova. De ahí a Milán, donde vivió con un amigo pintor que le aconsejó apuntarse a la escuela del Teatro Piccolo. Laura Cepeda interpretó en las pruebas un fragmento de Yerma y fue admitida en la escuela después de un largo proceso, dejando atrás a cientos de aspirantes. A partir de entonces trabajó en cine y teatro con Darío Fo o los hermanos Taviani, y conoció a Fellini y Pasolini.

"Ahí empecé a ser yo. Así que tengo que agradecerle a Franco ser mejor persona porque, si no, me habría quedado en una niña pija catalana y gilipollas. Gracias a él cambió mi vida".

Aure Sánchez y Laura Cepeda saludando al finalizar la función de 'vuestra, Jo Van Gogh'
Aure Sánchez y Laura Cepeda saludando al finalizar la función de 'Vuestra, Jo Van Gogh'
Adolfo Ortega

Regresemos a esa tarde lluviosa en la que Johanna Bonger, treinta y cinco años después de la muerte del pintor, y también del propio Theo que apenas le sobreviviría seis meses, empieza a notar los signos de una muerte que se aproxima inexorable. Vive aún embarcada en la tarea de traducir las más de 700 cartas que Vincent envió a Theo, pero es el momento de los reencuentros. Los hermanos Van Gogh reaparecen ante su asombro y alegría. Reviven aquellas dos personas a las que entregó su existencia, para volver a cruzar sus miradas y mantener las conversaciones que siempre quedan pendientes, rondando en la cabeza del que se queda.

La muerte se ha cruzado también durante el verano en esta obra, ya que el director de la misma, Guillermo Heras, Premio Nacional de Teatro en 1994, falleció en el mes de julio. Vuestra, Jo Van Gogh se había puesto en pie en veinte ocasiones hasta ese momento, en un pequeño recinto de la capital. "Yo hago esta función por Guillermo Heras porque él me propuso escribir sobre un personaje que nos hiciera vibrar y nos conectara. Guillermo se sentía ya muy alejado de la profesión, pero se ofreció para dirigirla, consciente de que su nombre ya no me abriría ninguna puerta". Le vemos en la fotografía que Laura porta sobre su pecho al finalizar cada función, formando con Aure Sánchez un triángulo que parece una resonancia del que vemos representado. "Me quedé asombrada el día del funeral de Guillermo. En el tanatorio se encontraba el mayor talento teatral por metro cuadrado de este país. Flotats, Pimenta, Mayorga... Estaban todos los directores que cuentan. Igual que ocurrió con Van Gogh, parecía que a nadie importaba ya Guillermo Heras, pero no era así".

Laura Cepeda recuerda a Guillermo Heras tras finalizar la función que él dirige
Laura Cepeda recuerda a Guillermo Heras tras finalizar la función que él dirige
Adolfo Ortega

Cepeda deja claro su propósito con esta función que se levanta cada viernes por la tarde: "Yo no quiero recuperar a Jo porque sea una mujer olvidada. Quiero recuperar a un ser humano magnífico al que a mí me gustaría parecerme, por su sentido de la lealtad, su inteligencia y su perseverancia. Ella no quería que olvidaran a Theo y Vincent. Todo lo que hizo fue un acto de amor y fidelidad". Las representaciones de Vuestra, Jo Van Gogh en una pequeña sala de los Teatros Luchana significan también un acto de esa naturaleza, a pesar de todas las adversidades. Un acto de amor al teatro y a la verdad que se defiende con tesón desde sus tablas, por humildes que sean. 

  • Cuándo y dónde: todos los viernes hasta el 27 de octubre | Teatros Luchana
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