La antigua fábrica lechera Clesa se declarará como Bien de Interés Cultural (BIC), después de permanecer cerrada desde 2011. El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Mariano de Paco Serrano, ha adelantado la noticia este jueves en su intervención en el pleno de la Asamblea regional. El edificio se presenta como un icono y referente de la arquitectura industrial del siglo XX. El Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm), entre otros, llevaban tiempo pidiendo esta declaración para brindarle protección.

El edificio fue construido por el arquitecto Alejandro de la Sota entre 1957 y 1961, en el distrito de Fuencarral-El Pardo de Madrid. Durante medio siglo la fábrica se dedicó al embotellado de leche de esta de empresa de origen burgalés. Posteriormente, fue creciente la oferta de productos y se diversificó con la elaboración de diferentes postres lácteos. Ya en 2022 entidades como COAM, la Fravm o la plataforma Liebre por Gato solicitaron que se incluyera en el catálogo de BIC. Sin embargo, la Administración autonómica negó que cumpliera las condiciones necesarias, ya que había perdido volúmenes, carpintería, las escaleras y tampoco contaba con maquinaria original ni los espacios de almacenaje.

Tras nuevas valoraciones realizadas por la Dirección General de Patrimonio, el Ejecutivo autonómico ha decidido concederle la categoría de monumento. De Paco Serrano ha informado que próximamente se aprobará en el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid la declaración. La plataforma Liebre por Gato han aplaudido la medida, tras enterarse de la noticia. "Este es el primer paso para que el Ayuntamiento de Madrid ponga el edificio al servicio de todos los ciudadanos, que son finalmente sus legítimos propietarios", han manifestado en un comunicado.

Centro de innovación e investigación

La antigua fábrica Clesa se mantuvo más de una década sin ningún tipo de actividad, después de que la empresa entrara en concurso de acreedores y parara la producción. En 2022, el Ayuntamiento de Madrid anunció que la antigua fábrica lechera se convertiría en un centro de innovación e investigación. La idea inicial era crear en la zona un ecosistema de innovación e intercambio de conocimiento "al servicio de toda la ciudad a través de propuestas de divulgación científica y cultural", exponía el Área de Urbanismo entonces. Para ello, el Consistorio invirtió 30 millones de euros en la rehabilitación del edificio, cuyas obras comenzarían en 2023 y estaba previsto que acabasen en 2024. El uso del suelo se cedió a la firma holandesa Kandans Science tras un concurso.

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Con el anuncio hecho por la Comunidad de Madrid este jueves, no se sabe cómo puede llegar a afectar la inclusión del edificio en el catálogo de BIC y si esto afectará al desarrollo del proyecto que el Ayuntamiento tiene en Marcha. Según fuentes del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Transportes del Ayuntamiento de Madrid, "el proyecto es plenamente compatible con la declaración".