Tras un largo verano de inquietud ante la incertidumbre que dejaron los resultados electorales del 23 de julio, hemos vuelto a preguntar a los españoles por sus opiniones ante el nuevo curso. La situación no parece haberse aclarado mucho y una posible repetición electoral volvería a dejar a la suma del PP y de Vox en el entorno de la mayoría absoluta, con unos resultados que muestran fortaleza entre los dos partidos mayoritarios a costa de los que ambos tienen a sus extremos.

Ante esta situación, es más interesante conocer lo que los españoles opinan sobre las diferentes alternativas que están hoy encima de la mesa, y aquí los datos no son favorables al Gobierno, aunque ya hemos aprendido que, en el caso del presidente Sánchez, esto no significa nada en realidad. En relación con el verano, cae la valoración del Gobierno y cae la valoración de su persona, y es que son pocos los votantes, incluso dentro del PSOE, que apoyan que se negocie con los secesionistas de Junts, cuyo guía está huido de la justicia, o con EH Bildu, formación heredera política y culturalmente de la ilegalizada Batasuna.

Aún más rechazo que la propia negociación provocan las cesiones que la misma puede generar: los españoles rechazan de manera clara la amnistía a los condenados por el golpe de 2017, como rechazan la convocatoria de un referéndum de secesión. Este rechazo es muy claro entre los votantes socialistas (solo el 26% lo aprueba), y es un rechazo hegemónico en la ciudadanía, porque los ciudadanos creen que ambas demandas desbordan el marco constitucional.

Una posible repetición electoral volvería a dejar a la suma del PP y de Vox en el entorno de la mayoría absoluta

Ante este panorama, los españoles apuestan con claridad por la convocatoria de nuevas elecciones, porcentaje que alcanza un nada desdeñable 20% de votantes del PSOE. Unos votantes socialistas, por cierto, que apuestan en más de un tercio por gobernar en minoría con la anuencia de los populares.

La encuesta muestra también el cambio que se está produciendo en el perfil del votante del PSOE, un partido que, recordemos, mejoró en julio sus resultados en todas las comunidades con lengua cooficial excepto en Galicia. No es extraño, por lo tanto, que sean ya apenas un tercio los votantes socialistas que se oponen al uso de las lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados. Los años se suceden, las décadas pasan y los perfiles de los votantes cambian: y da la sensación de que, ante las incertidumbres del presente, los votantes prefieren refugiarse en pasados tan idílicos como míticos…