El excolaborador de Sálvame, Kiko Hernández, celebra este sábado su boda con el actor español Fran Antón, para rubricar su historia de amor en una íntima celebración en Melilla.

Como no podía ser de otra forma, sus compañeros del programa como Belén Esteban, Kiko Matamoros y Lydia Lozano les acompañan en esta cita tan especial. 

La pareja se conoció durante los ensayos de Distinto, donde comenzó a prender la chispa del amor muy lentamente: "Al principio era un compañero normal, no sentía nada cuando le veía", declaró Kiko Hernández. 

Ese amor se concretó cuando "una persona empezó a putearnos a los dos", lo que provocó que ambos se unieran "cada día más, cada día una relación más íntima", aseguró el presentador. 

Para el excolaborador de Sálvame es "la historia de amor más bonita" que ha vivido en su vida y presume de haber sido él quien diera el primer paso tras salir un día del teatro: "Cuando salimos de allí, nos agarramos la mano, nos cogimos un taxi y decidimos que queríamos estar juntos, yo fui el que dio el primer paso, le besé, él flipó". 

Kiko rompe su silencio en Sálvame

Fue en un programa de Sálvame, el pasado 13 de junio, cuando el presentador de televisión dio a conocer la relación que les unía a ambos y que muchos intuían: "Nuestras citas eran muy divertidas porque eran algo clandestinas, hasta que empezaron a salir fotos nuestras por todas partes".

Desde entonces, el presentador ha roto su silencio y le ha dedicado palabras de amor al actor que ha conquistado su corazón: "He encontrado al hombre de mi vida, al mejor padre que me puede ayudar en este camino que tengo con mis hijas y a la persona que más quiero en este mundo". 

Sin ir más lejos, nada más comenzar sus vacaciones en agosto compartió, de manera sorprendente, la primera foto de sus mellizas con Fran Antón.

Las hijas mellizas de Kiko, Abril y Jimena, nacieron en California en enero de 2017 por gestación subrogada. El parto fue prematuro, lo que ocasionó algún problema de salud en las pequeñas, especialmente en una de ellas, y mucha preocupación en su padre.

Tras el nacimiento de las niñas, que ahora tienen seis años, Kiko se cambió de vivienda, en Madrid. Dejó la que tenía de cuatro plantas y adquirió una mayor y más preparada para criar a sus hijas en soledad.