Francisco Gan Pampols Teniente general retirado
OPINIÓN

La guerra sin pausa

Soldados ucranianos en tanques rusos capturados durante la guerra de Ucrania.
Soldados ucranianos en tanques rusos capturados durante la guerra de Ucrania.
LAPRESSE
Soldados ucranianos en tanques rusos capturados durante la guerra de Ucrania.

Ha finalizado el mes de agosto, en el que se han sucedido ininterrumpidamente acciones de combate a lo largo del frente y se han incrementado los ataques en profundidad sobre las capitales, aeródromos e instalaciones logísticas tanto en Ucrania como en Rusia. Pudiera parecer que la situación es diferente, sin embargo, poco ha cambiado en el balance de fuerzas a excepción de una penetración limitada por parte de Ucrania en la parte occidental del óblast de Zaporizhia, zona de Robotyne/Verhobe, y otra por parte rusa en el óblast de Lugansk próximo a Svatove. Los enfrentamientos se suceden en varios puntos a lo largo del frente sin que se empeñen, por parte de ambos contendientes, grandes formaciones ni se obtengan resultados reseñables más allá de la explotación informativa de todo éxito, por pequeño que sea, para reforzar la moral. 

Por parte de algunos analistas militares occidentales y, sobre todo, de Estados Unidos se eleva el tono sobre la diversificación de esfuerzos de la ofensiva ucraniana al no concentrar la potencia de combate en una única dirección, anticipando que los resultados no serán los deseados y que las pérdidas se incrementarán. Atendiendo a los planificadores ucranianos, su diseño operacional responde a una concepción de la maniobra basada en una acción de ruptura en amplio frente con al menos dos direcciones de ataque y una posterior explotación del éxito que le permitiera alcanzar el mar de Azov en algún punto de la línea Melitópol-Berdiansk-Mariúpol.

De lograrse, cortaría el flujo logístico que alimenta por tierra a la península de Crimea y a las unidades rusas desplegadas más al sur. Lo que conocemos después de tres meses de contraofensiva ucraniana no permite aventurar que ese nivel de ambición esté próximo a ser alcanzado. El número de bajas que experimenta y el elevado consumo de armamento, material y equipo hace muy complejo sostener el ritmo de la acción, máxime si recordamos que uno de los principales factores adversos —la carencia de superioridad aérea— persiste, con lo que la vulnerabilidad de las unidades de vanguardia aumenta y el riesgo para puestos de mando y centros logísticos obliga a alejarlos de la línea de contacto, dificultando su funcionamiento.

Una maniobra ofensiva como la descrita tiene éxito únicamente si consigue romper el dispositivo defensivo del adversario en profundidad y logra explotar el éxito alcanzando con rapidez los objetivos finales. Simultáneamente, las unidades enemigas rebasadas son fijadas, impidiendo su repliegue, y posteriormente son neutralizadas o  destruidas. La realidad es que eso no está ocurriendo, no hay penetraciones en profundidad, no hay unidades rusas embolsadas y el ritmo de progresión es lento y a costa de elevadas pérdidas. Además, el dispositivo defensivo ruso tiene una densidad y consistencia notable con el empleo masivo de obstáculos activos, como campos de minas, y pasivos, como fosos contra carro y los llamados dientes de dragón. Toda zona de obstáculos entra dentro del plan de fuegos del defensor de tal forma que su valor se acrecienta al ser batido por las armas de tiro tenso y por la artillería y aviación (aviones y helicópteros) para impedir su remoción. 

En definitiva, hay que ser prácticos y mantener la mente muy fría para no buscar soluciones inmediatas a problemas que no las tienen; pensar en una ruptura total del dispositivo ruso en la situación actual no parece viable. Hay que preservar el mayor número posible de vidas, buscar la maniobra en lugar del choque y llegar a este cuando no exista otra posibilidad. La velocidad y la sorpresa son esenciales para alcanzar el éxito frente al empeño en combates posicionales que producen elevadas bajas y resultados limitados. 

Finalmente, el tiempo es fundamental para Ucrania. Antes de que lleguen las primeras lluvias de otoño y la movilidad todoterreno se vea reducida o incluso no sea posible, tiene que alcanzar una línea sobre la que organizarse y sostenerse a lo largo del invierno. Resistir es, en este caso y más que nunca, vencer.

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