La menor de los nietos Borbón, Sofía, nació en Madrid el 29 de abril de 2007 y dos meses después, el 15 de julio, era bautizada. La foto de toda la familia reunida con la neófita en brazos de su madre, Letizia, tiene un gran valor sentimental, y es que en ella aparecen todos los miembros de la entonces familia real, presidida por Juan Carlos; también los niños de la casa, ocho en total.

Es cierto que en ese retrato se han producido muchas bajas, como los abuelos de la reina Letizia, todos ellos fallecidos. Tampoco están los exmaridos de las infantas, Jaime de Marichalar, divorciado de la infanta Elena, e Iñaki Urdangarin, separado de Cristina.

Posteriormente, ha habido algún verano mallorquín en que todos los nietos han posado juntos, en clases de vela, o visitando un acuario, con su abuela Sofía, que es la gran matriarca de los Borbón. Pero llegada la adolescencia y, sobre todo, cuando Felipe se convirtió en rey, en 2014, estas escenas cesaron de forma radical.

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La instantánea pública, de hecho, se redujo sustancialmente y a voluntad, ya que desde que Felipe de Borbón juró como rey la familia real se quedó mermada con los miembros de su casa, la reina Letizia, la heredera, Leonor, y la infanta Sofía, y los reyes eméritos. Desde entonces, la aparición de imágenes donde los ocho jóvenes de la familia se junten, a la vista de todos, es prácticamente nula. 

Este verano cobró mucho auge el rumor de que la reina Sofía reuniría a todos sus nietos en Mallorca, un creíble deseo que no ha tenido eco, puesto que el encuentro no se ha producido. Las razones tienen que ver, probablemente, con el protocolo y con la necesidad de que las hijas de los reyes mantengan una imagen que aleja, necesariamente, a sus primos, simples civiles: acompañar a sus padres y compartir sus actos públicos en la medida de lo posible.

La edad de los primos Borbón oscila entre los 25 de Froilán y los 16 años de Sofía. Aunque no se les conoce profundamente, puesto que no suelen hablar con la prensa ni participan en actos públicos (salvo las hijas de los reyes, por supuesto), la sociedad española se ha hecho una composición aproximada de todos los primos Borbón a través de fotografías compartidas, de las redes sociales y también de las crónicas periodísticas.

Manuel H. de León/EFE

Así, conocimos a un travieso Froilán, el mayor de los nietos Borbón, que a sus seis años le soltó una patada a una prima en la boda de sus tíos Felipe y Letizia, en 2004. También se pegó un tiró en un pie con una escopeta, a los 13. Sabemos que ha sido mediocre estudiante, algo polémico por su afición al ocio nocturno y que desde hace unos meses vive en Abu Dabi, experiencia que le ha vuelto más sensato y discreto. Poco después llegó el primer Urdangarin, Juan, al igual que sus hermanos, buen estudiante, y reservado. Así son también sus hermanos: Pablo, el deportista de la familia y portavoz de cuestiones varias, modelo de una educación exquisita, Miguel, excelente universitario e Irene, la menor, próxima a estudiar Hostelería.

Sin duda alguna, la más mediática es Victoria Federica, influencer de profesión (ha dejado los estudios universitarios), con cuenta de Instagram propia, donde muestra todos sus trabajos en la moda, fotos en bikini, viajes exóticos, amistades, entrevistas, encargos y presencia en las fiestas más exclusivas. A sus 23 años, literalmente, las marcas y los eventos se la rifan.

A raíz de esta creciente exposición mediática de la joven, se ha sabido que, al parecer, su madre, Elena, y su tía, Cristina, estarían enfrentadas: la influencia de Victoria, -Vic la llaman en su círculo- sobre su prima Irene, cinco años menor, sería notable y preocupante. Irene siente absoluta devoción por su prima, como se ha visto en muchas ocasiones, y a pesar de que Leonor tiene la misma edad que ella, es con Vic con quien atesora secretos, confidencias, tendencias, gustos y aficiones, también la de la noche. Esto no sería muy del agrado de Cristina, o eso dicen.

Froilán, por su parte, mantiene desde siempre buen y constante trato con sus primos Urdangarin, si bien se ven poco, primero porque cada uno vive en un sitio diferente (los hijos de Iñaki han vivido en EE UU y Suiza mucho tiempo, más de la mitad de sus vidas) y en segundo lugar, porque el primogénito de los Borbón está centrando en su trabajo en Emiratos Árabes y en apartarse de la fama que le precede de amante de la juerga. 

David Borrat / EFE

El caso Noos, que llevó a Iñaki Urdangarin a la cárcel y privó de algunos privilegios a su entonces mujer, supuso una separación aparente de Felipe con su hermana mediana. Se dice que las cuñadas nunca se han llevado bien, aunque sí lo hicieron cuando eran más jóvenes y sus hijos, pequeños. Felipe e Iñaki tienen la misma edad (55) y se hicieron enseguida íntimos (hay que recordar que fue Iñaki quien ayudó a su cuñado a elegir el anillo para Letizia en su pedida). No obstante, su periplo judicial fue un punto de inflexión en sus maneras, también en las de sus mujeres.

Por otra parte, las hijas de Juan Carlos, refugiado en Emiratos Árabes por sus problemas con la justicia, sí se ven con él. Lo último ha sido en las regatas de la isla de Wigth. No así su hijo, que se esfuerza por no alimentar ese vínculo público con su padre.

Y todo ello eso afectaría a sus nietos. Aunque Leonor e Irene tienen la misma edad (18), no parece que su trato sea muy próximo, al menos físicamente hablando. La pequeña Urdangarin vino desde Suiza a la primera Comunión de su prima, pero de eso hace mucho. Leonor (tampoco sus padres y hermana) no acudió a la graduación de Irene, que sí permitió ver en Ginebra al resto de la familia, incluido el rey emérito.

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Los compromisos y la formación de Leonor de cara a heredar la Corona suponen un obstáculo difícil de gestionar cualquiera que sea el nexo. Además, Leonor tiene en su propia hermana, Sofía, a su mejor confidente y amiga. Ambas hermanas se quieren, protegen, admiran y cuidan.

Respecto a la ligazón entre las hijas de los reyes y los Marichalar, pocas fotos hay, salvo las familiares de cuando eran pequeños. Es cierto que las navidades suelen agrupar a Felipe y sus hermanas en la Zarzuela y que la reina Sofía es una bisagra para tratar de unificar a sus hijos.

Aunque también lo es que la reina Letizia siempre reserva días navideños para estar con su madre, Paloma Rocasolano, su gran escudera, y con la que sus hijas sí tienen desde siempre una unión estrechísima.

En cualquier caso, son ocho jóvenes con diferentes perfiles y ambiciones, lo que es lógico que afecte a sus día a día. De la futura reina, Leonor, a la influencer del momento, Victoria, hay un abismo, pero también mucha tradición familiar en busca de la unidad y de la armonía.

EFE/Montserrat T Diez