El final de la temporada estival se ha llevado por delante 185.385 puestos de trabajo en agosto y deja el número de afiliados a la Seguridad Social en 20.706.500, un máximo histórico para el octavo mes del año. Así se desprende de los datos que ha facilitado este lunes los ministerios de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y el de Trabajo y Economía Social. Pese al bajón tradicional de agosto, en lo que llevamos de año se han creado 410.219 puestos de trabajo, 84.000 más que en el mismo periodo del año pasado.
En lo que respecta al desempleo, las listas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) cerraron agosto con 24.826 inscritos más, hasta alcanzar los 2.702.700 parados registrados. Una cifra que, pese al aumento en el desempleo registrado, se mantiene en mínimos sin precedentes en los últimos 15 años.
La destrucción de puestos de trabajo en agosto es un rasgo estructural de la economía española. Cuando concluye agosto, los trabajadores contratados para el pico de actividad turística en los meses de verano pasan a la inactividad o finalizan su contrato. Solo el último día del mes pasado se destruyeron 263.465 empleos, según se refleja en la estadística de la Seguridad Social.
En lo que llevamos de siglo XXI, agosto ha cerrado con caídas en el empleo todos los años a excepción del anómalo 2020. Por ello, es importante poner en contexto los datos difundidos este lunes. La estadística de la Seguridad Social sitúa al mes pasado como el sexto peor agosto para el empleo en los últimos 23 años. No obstante, el registro de este año mejora el de 2022, cuando se destruyeron 189.963 puestos de trabajo.
En lo que respecta al desempleo, el incremento del paro registrado es el más leve para un mes de agosto desde 2016 y supone casi la mitad del observado el mismo mes en 2022, cuando las listas del SEPE contabilizaron 40.428 desempleados más. El paro juvenil también repuntó en agosto, con 3.919 parados más que elevan el total hasta 187.597 desempleados menores de 25 años.
El Gobierno en funciones ha hecho una lectura positiva de las cifras conocidas este lunes. El presidente, Pedro Sánchez, se ha referido a unos datos de empleo "de récord", los cuales ha atribuido a las reformas emprendidas por el Ejecutivo en los últimos años.
La caída en el empleo ha sido especialmente acusada en el sector servicios, que ha perdido 136.535 empleados. Se trata del segundo peor registro de la serie histórica para este sector, solo superado por el observado en 2022. Dentro de los servicios destaca la educación, donde se pierden 61.476 puestos de trabajo, lo que supone un tercio de toda la reducción del empleo observada en agosto. En el otro lado del espectro, destacan las actividades sanitarias, que incorporan 14.886 afiliados y contribuyen a mitigar el golpe.
Además, se han destruido 18.768 empleos en la construcción y otros 14.148 en la agricultura, mientras que la industria ha sido el sector que mejor ha salvado la papeleta. Pese a que las actividades industriales pierden 15.934 afiliados, esta cifra supone la segunda menor caída en el empleo, al menos desde 2008.
A nivel autonómico, la afiliación a la Seguridad Social se ha reducido en 13 comunidades, con especial protagonismo de Cataluña —que pierde 60.317 empleos— y Madrid, donde se destruyeron 36.860. Solo Cantabria, Asturias, Extremadura y Canarias logran crear puestos de trabajo, aunque con crecimientos muy leves.
Menos contratos, pero más duraderos
La contratación también se resintió en agosto, un mes en el que se firmaron un total de 1.088.831 contratos de trabajo, 342.552 menos que en julio y casi 200.000 menos que los registrados el mismo mes de 2022. De ellos, un 38% fueron indefinidos, lo que supone la tasa más baja de indefinidos desde que la reforma laboral entrara en vigor en su plenitud en marzo de 2022.
Conviene recordar que en agosto del año pasado ya se redujo la tasa de indefinidos, que después volvió a repuntar en septiembre. Habrá que esperar a que concluya este mes para saber si estamos realmente ante un cambio de tendencia o se trata de un patrón estacional.
En cambio, si miramos el tipo de contrato de las personas ya afiliadas a la Seguridad Social —y no los que se han firmado nuevos en el último mes— se observa como el 76,8% de los asalariados tienen contrato indefinido, 2,7 millones más que antes de la entrada en vigor de la reforma laboral.
Además, aunque se formalicen menos contratos que antes del cambio en la legislación laboral, lo cierto es que los que se firman duran más. Los datos de la Seguridad Social apuntan a que la vida media de los contratos en lo que llevamos de año es un 34% superior a la del mismo periodo de 2019.
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