La sobrina de la reina Letizia, Carla Vigo, contó sus complicados problemas de salud

Carla Vigo en 'Sobreviviré: After Show'.
Carla Vigo en 'Sobreviviré: After Show'.
MEDIASET
Carla Vigo en 'Sobreviviré: After Show'.

Carla Vigo Ortiz, de 22 años, se dio a conocer cuando siendo una niña su tía Letizia se comprometió con el príncipe de Asturias y poco después se casaban en una solemne ceremonia, en 2004. Carla fue uno de los pajes que escoltó a los regios novios, junto a los sobrinos de Felipe, todos enfundados en trajes blancos y amarillos.

Tres años después, Carla perdía a su madre. Pasó entonces a vivir con su padre, el escultor y profesor de Bellas Artes Antonio Vigo (que se casó por segunda vez y tuvo dos hijas más), siempre protegida y mimada por sus abuelos maternos, Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz. También sus tías, Telma y la propia reina, se han interesado siempre por el bienestar de su sobrina.

La niña se lanzó al mundo de las redes sociales al cumplir 18 años. Allí dio a conocer desde sus intereses futuros, desde estudiar alemán, ejercer de modelo, hasta su inclinación artística y su deseo de convertirse en actriz. También a través de las redes habló de su compromiso con el movimiento LGTBI, de cómo conoció a un chico en una web de contactos, de sus relaciones amistosas como la que tiene con Amor Romeira, y de su salud.

De pajes. A Felipe Juan Froilán le entra la risa mientras encabeza el equipo de pajes formado por Victoria López Quesada, Carla Vigo, sus primos Miguel Urdangarín y Pablo Nicolás y su hermanaVictoria Federica. Están entrando en la catedral de la Almudena, donde hace un año tuvo lugar la boda de Don Felipe y Doña Letizia.
Carla, en la tercera fila, fue una de las pajes de los reyes.
Manuel H. de León/EFE

Extremo este, el de la salud, el más importante, sin duda, y que le ha jugado no pocos problemas en los últimos tiempos. Sin ir más lejos, la revista Semana recogía ayer que los abuelos maternos de Carla, Paloma y Jesús, que están separados desde hace más de veinte años, acudieron juntos al hospital de la Paz de Madrid, donde había ingresado por problemas no especificados.

La propia Carla, que ha hecho alguna incursión en el mundo de la televisión en realitys y fue contratada por el bailarín Rafael Amargo, desveló en su cuenta uno de los asuntos que más preocupan en su entorno: los trastornos en la conducta alimenticia, en concreto TCA, que provoca una distorsión del físico y el rechazo al propio cuerpo.

"Empecé a verme mal. A los 14 años empecé a hacer cosas perjudiciales para mí, pero fue con ocho o nueve años cuando comencé a verme mal en el espejo. Era una niña y no sabía qué me estaba pasando. No lo supe identificar porque tampoco nadie me había hablado de ello. Es algo que te va a acompañar toda la vida, pero tienes épocas mejores", anunció Carla Vigo en marzo pasado.

Ella misma dijo que a raíz de este diagnóstico, comenzó sesiones con  un siquiatra, sin embargo, ha tenido algunas recaídas que le han llevado de nuevo a ser atendida. "Nunca nos recuperamos del todo. Tengo que tener cuidado", reflexionó cautelosa.

Toda su familia está muy pendiente de ella, incluyendo, según la revista Semana, la reina Letizia, quien se puso en contacto con ella para saber cómo se encontraba, hace algún tiempo.

Carla, muy activa en las redes, no ha compartido nada desde hace una semana, en que hablaba de un piercing que ya se ha quitado.

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