La Audiencia Regional de Múnich ha condenado este martes a 14 años de prisión por crímenes contra la humanidad a una seguidora de la organización yihadista Estado Islámico (EI) que esclavizó y dejó morir de sed a una niña de etnia yazidí.

La condenada, de nacionalidad alemana e identificada como Jennifer W., ya había sido sentenciada a 10 años de cárcel en 2021 por el mismo tribunal, pero la Corte Federal había ordenado revisar el fallo por no haber tomado debida cuenta de la gravedad de los hechos.

W., de 32 años, se enfrentaba a una posible cadena perpetua, pero la Audiencia Regional consideró como atenuante, entre otros factores, que la condenada ha admitido los hechos y ha expresado remordimiento, según explicó en un comunicado.

Por el contrario, valoró como agravante el largo periodo de esclavitud al que estuvieron sometidas la víctima -una niña yazidí de cinco años de edad- y su madre en el hogar de W., en Irak, adonde la alemana viajó en 2015 para residir en el territorio entonces controlado por el EI.

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También interpretó en este sentido la Audiencia la motivación de la acusada, que actuó impelida por la aspiración del EI de "eliminar la religión yazidí y esclavizar al pueblo yazidí".

Repetición del juicio

Otro elemento agravante, que trascendió por primera vez en la repetición del juicio y que se desconocía hasta ahora, fue que W. apuntó con una pistola a la madre de la niña muerta para obligarla a parar de llorar y lamentarse.

Se trata de uno de los juicios contra seguidores alemanes del EI que han atraído la mayor atención mediática debido a lo cruento de los hechos, ya que el marido de la condenada ató a la niña al sol como castigo por haberse orinado en la cama mientras estaba enferma y obligó a la madre a presenciar su agonía. W. no intervino pues, según argumentó en el juicio, tenía miedo de que su marido se enfadara con ella.

La Audiencia destacó en su sentencia que la madre, que hoy día reside en Alemania como refugiada, sigue sufriendo problemas psíquicos debido al trauma que experimentó.