Trabajar en un establecimiento de cara al público puede suponer para los empleados que sus jefes les exijan unas condiciones de vestimenta para asegurar la comodidad de los clientes. Sin embargo, algunas imposiciones se escapan de lo legal.

Este miércoles, Espejo Público ha dado a conocer el caso de una camarera que alega haber sido despedida de un chiringuito de Badalona (Barcelona) por negarse a depilarse las axilas. Así, el matinal ha informado de que fue un cliente quien se quejó de la trabajadora y el local le pidió depilarse o llevar manga larga.

Sin embargo, la versión de la joven contrasta enormemente con la del dueño del chiringuito, Xavier Grivé, quien asegura que el despido de la mujer se debió a "su conducta conflictiva".

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La situación ha sido, además, denunciada por el colectivo Qaliu, encargado de defender la igualdad en Barcelona, quienes aseguran que el chiringuito y la empleada deberían llegar a un acuerdo si se comprueba que el despido fue debido al vello corporal de la camarera.

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Por su parte, desde el plató del matinal, Antonio Naranjo ha recalcado que el empresario tiene la libertad de decidir qué es lo mejor para su negocio, pues los clientes pueden dejar de ir al chiringuito si no les agrada la imagen de los empleados. Sin embargo, Elisa Beni ha recalcado que, en el caso de que un comensal encontrase un pelo en su comida, podría ser tanto de la axila de la camarera como de la barba que luce el dueño.