La presencia de jabalíes en un barrio de Almería atemoriza a sus vecinos

Imagen de los jabalíes.
Imagen de los jabalíes.
CANAL SUR
Imagen de los jabalíes.

Durante las últimas semanas Almería está siendo noticia por la presencia de jabalíes que están invadiendo las ciudades cercanas a sus cada vez más numerosos hábitats en busca de alimentos. Sus apariciones son cada día más comunes en zonas residenciales.

Para ponerle solución, una decena de ejemplares de jabalíes silvestres han sido capturados en las dos últimas semanas en el entorno urbano del barrio almeriense de Cabo de Gata tras la aplicación de medidas cinegéticas por parte del Ayuntamiento de Almería bajo el asesoramiento de la Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul.

Cada vez son más los animales salvajes que se atreven a adentrarse en zonas urbanas, un entorno hostil para ellos al que osan acercarse en busca de alimento y agua, bienes que escasean en unos ecosistemas cada vez más degradados y pequeños y de los que han desaparecido sus depredadores naturales.

Esto, unido a que durante la covid se redujo el control "artificial" de las poblaciones mediante la caza, así como a las miles de hectáreas de bosque y monte arrasadas por el fuego y la sequía, hacen que estos animales pierdan el miedo y se acerquen más que nunca a las ciudades en un intento desesperado por sobrevivir, según los expertos consultados por EFE.

Así, estos días se han hecho virales imágenes de jabalíes compartiendo playa con bañistas en diversas zonas de España, como Andalucía o Comunidad Valenciana. Igualmente, agricultores de todas las regiones se quejan de que sus cultivos se ven diezmados por jabalíes, gamos, ciervos o muflones.

En un intento de frenar el avance de estas especies, la Junta de Andalucía permitirá su caza selectiva, tras achacar su acercamiento a la falta de agua y de alimentos provocada por la sequía y a una densidad inadecuada de sus poblaciones.

Espacios robados

"La explicación es múltiple, estamos ante una tormenta perfecta para que esto pase", dice el responsable de Gobernanza Ambiental de SEO/BirdLife, Juan Carlos Atienza.

Lo primero a tener en cuenta es que los ecosistemas están gravemente alterados por la actividad humana y en muchos de ellos, "hemos eliminado a los depredadores", como el lobo, lo que hace que las poblaciones se hayan disparado.

Además, cada vez ejercemos más presión sobre la naturaleza para dar cabida al aumento de la población (ya somos 48 millones de habitantes) y los turistas.

"Hay más urbanizaciones, carreteras, vías...que nunca. Robamos cada vez más espacio a la naturaleza y los espacios naturales son cada vez más pequeños, de forma que los animales no encuentran en ellos recursos suficientes para alimentarse", ha advertido.

Todo esto, sumado a efectos del cambio climático como la sequía persistente o las cada vez más intensas olas de calor, "les empuja a buscar alimento y agua en zonas urbanas y periurbanas", en las que encuentran fuentes o cañerías de las que beber y basuras de las que comer.

"Para ellos, estar cerca del ser humano es un riesgo, si lo hacen es por necesidad", ha insistido Atienza, que ha señalado que la solución no pasa por simplemente habilitar su caza, si no restaurar la naturaleza "para que tengan en ella todo lo que necesitan". 

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