Sarah Morris Corresponsal británica en España
OPINIÓN

Un alcalde con pocos amigos en su lucha contra la violencia de genero

Sadiq Khan, alcalde de Londres.
Sadiq Khan, alcalde de Londres.
WPA POOL
Sadiq Khan, alcalde de Londres.

Si el alcalde londinense Sadiq Khan fuese español, tendría sin duda más amigos estos días. El laborista ha recibido un aluvión de críticas en el Reino Unido por sus políticas contra la contaminación de la ciudad y la violencia de género. Incluso el líder de su propio partido, Keir Starmer, parecía culparle por el fracaso del partido al no ganar el escaño al que el ex primer ministro Boris Johnson tuvo que renunciar, apelándole a "reflexionar" sobre su plan de expandir las zonas de bajas emisiones en Londres.

Estas zonas de bajas emisiones han tenido algunos defensores, sobre todo cuando un tribunal tumbó el recurso de concejales conservadores contra el plan de Khan, hecho que celebraron activistas apuntando a que unas 4.000 personas mueren antes de tiempo por problemas relacionados con la mala calidad de aire en Londres.

Sin embargo, Khan ha tenido menos paladines respecto a una nueva campaña publicitaria contra el sexismo y la violencia de género. De hecho, ha sido objeto de columnas negativas en los principales medios británicos, desde el tabloide de derechas The Daily Mail hasta el periódico progresista The Guardian, pasando por las radios donde ha recibido burlas y críticas. "¡Otra idea genial de Sadiq Khan!", dijo con sorna el presentador Nick Ferrari en la radio londinense LBC.

La campaña incluye un vídeo interactivo en el que un grupo de amigos se reúnen en una casa, juegan un videojuego y charlan sobre temas varios, incluyendo exnovias, la nueva novia de uno de ellos y el fútbol femenino. Se invita al espectador a "intervenir" cuando escuche algo merecedor de "llamarles la atención". "¿Cuanto tardarás en intervenir?", explican las instrucciones. "La violencia contra las mujeres y las niñas empieza por las palabras". ¿Cómo hay que intervenir? Dando a un botón que pone "Maaate" (argot que quiere decir "amigo" o "colega"). "Decir 'coleeega' muestra cómo una sencilla palabra pueda ser lo único que necesitas para interrumpir a un amigo que va demasiado lejos sin poner las cosas incómodas, sin estropear el momento o poner en riesgo la amistad", cuenta la página web del alcalde

Algunas feministas objetan que, mientras que es tabú hacer comentarios racistas, se está fomentando la idea de que si alguien hace un comentario machista no debería ser humillado o sufrir un momento "incómodo". "El anuncio es increíblemente malo. Consigue infantilizar y tratar de forma condescendiente a los hombres mientras se frivoliza el problema real del abuso y la violencia contra las mujeres", escribe la feminista Julie Bindel en el tabloide The Daily Mail, "Y un ‘aaamigo’ de desaprobación tiene aún menos posibilidades de ser eficaz en un pub a tope de gente, en el metro con un hombre está metiendo mano a una mujer, o cuando escuchas los golpes secos o los gritos de violencia domestica (sic) a través de la pared de la casa de al lado".

Aunque hay asociaciones que luchan por los derechos de las mujeres que apoyan la campaña, como The Fawcett Society, han tenido menos espacio en la prensa que las críticas. Alesha De-Freitas, de la ONG, ve con buenos ojos que haya una campaña que se enfoca en los hombres y su papel en cambiar las actitudes. "A menudo las campañas de concienciación se enfocan en cómo las mujeres deberíamos protegernos contra la violencia y el acoso en nuestras calles, oficinas y en casa", dijo a The Times.

El anuncio fue diseñado por la agencia publicitaria Ogilvy tras entrevistar a hombres en sitios como barberías y bares en Londres. Un 60% de los encuestados dijeron que se sentirían "con más confianza" para llamarle la atención a un amigo por ser sexista o misógino después de ver la campaña de Khan. "La humillación no funciona", dice el científico de la conducta David Fanner.

Esta campaña es la segunda que ha hecho Khan; en otra el año pasado que mostraba grupos de hombres amenazando a mujeres solas en Londres. El mensaje también iba dirigido a hombres para que cambiasen su comportamiento primero y después el de sus amigos.

Tengo la sensación de que el consenso que hay en España respecto a que la violencia contra las mujeres es un problema que debería solucionar la sociedad en su conjunto, habría favorecido un debate más profundo sobre los anuncios de Khan. Aquí también se ve la importancia de involucrar a los hombres en cambiar sus actitudes. El Ministerio de Igualdad lo ha intentado en un anuncio que da que pensar, pero el rechazo de Vox a dedicar recursos a estos temas muestra que hay que convencer a algunos hombres todavía.

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