Gwyneth Paltrow no es la primera -ni la última- actriz de Hollywood que se ha pronunciado sobre el problema que supone envejecer para las mujeres. Una de ellas fue la protagonista de Sexo en Nueva York, Sarah Jessica Parker, de 57 años, quien llegó a tachar de "machistas" las críticas hacia su belleza por el simple hecho de tener arrugas. 

Y es que en una entrevista que ha concedido a la revista British Vogue, la actriz de Iron Man ha puesto el grito en el cielo al gran "problema  cultural" que supone envejecer para las mujeres de más de 50. 

"¡No es nuestro problema! Como mujeres, queremos estar sanas, queremos envejecer", declaraba la gurú de belleza a sus 50 años. "Esta idea de que se supone que tenemos que estar congeladas en el tiempo es muy extraña". 

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A su juicio, esta sería una problemática social que afecta en mayor medida a las mujeres, pues es a ellas a quienes más se les exige cumplir con los cánones de belleza y a las que más se las castiga por hacerse mayores. 

Paltrow ha confesado que siente admiración precisamente por aquellas mujeres que no temen "abrazar el envejecimiento" y mostrarse al natural, como el caso de Anday MacDowell, "con sus bonitos rizos grises".

Además, la que ganara el Oscar a Mejor Actriz en 1998, también ha querido poner el foco en la dinámica sexista que esconde este fenómeno. Mientras que es "precioso" que los hombres tengan canas -como el caso de George Clooney-, para las mujeres supone un constante acoso ("¿Qué vas a hacer con tus arrugas y tu piel envejecida?").  

"Definitivamente hay un doble rasero", se quejaba la fundadora de la marca de cosméticos Goop. Tras esto insistía en la necesidad de que la sociedad deje de juzgar el cuerpo de las mujeres. "¡Queremos envejecer!", insistía. 

Asimismo, Paltrow ha querido compartir otras reflexiones: "Creo que queremos ser ejemplos de cómo se puede envejecer. Cada mujer debe hacerlo como quiere hacerlo", ha declarado. "Algunas mujeres quieren abordar cada cosa estéticamente, y algunas mujeres quieren ser una fabulosa abuela francesa que nunca se hace nada. Todo el mundo debería estar facultado para hacerlo como quiera".