Seleccionar 650 piezas a partir de 170.000 parece una labor titánica. ¿Cómo se ha organizado ese proceso?Lo primero es tener un relato y ha sido reunir las principales manifestaciones artísticas de cada rey y su reinado. Eso ya acota unos márgenes. A partir de ahí, comenzó el proceso selectivo de piezas que se adaptaran a los espacios y su articulación en cada sala. Es un trabajo de acercamiento progesivo y habiendo tantas piezas es una delicia.

¿Cuál es la aportación fundamental de este espacio a la realidad museística de nuestro país?Es un espacio único y representa una suerte de visión ordenada de lo mejor del coleccionismo regio durante casi cinco siglos. La exposición en un edificio tan sugerente provoca miradas distintas a las obras de arte y permite una convivencia de objetos diversos. Hay momentos en que parecemos estar en una pinacoteca, y otros en un museo de artes decorativas. Un museo de museos único en España y muy extraordinario en Europa.

Con una planta dedicada a los Austrias y otra a los Borbones, ¿se contrasta de ese modo las características de cada dinastía?Creo que sí. Los tapices predominan en la época de los Austrias, cuando están construyendo su propio relato como dinastía. Los grandes reyes coleccionistas como Felipe II o Felipe IV son conscientes del reflejo del poder en el arte. Sin embargo, en el espacio de los Borbones vemos un cambio completo de moda. Del rigor y la austeridad de los Austrias pasamos al boato y la teatralidad escenográfica de los Borbones. Es un paseo extraordinario por la historia del arte, no sólo española sino europea, muy atractivo para propios y extraños.

La Galería tiene un espacio reservado a exposiciones temporales. ¿Qué hay previsto a ese respecto?Ahora tenemos una selección muy cuidada de nuestros maravillosos carruajes, que es una de las cuatro o cinco mejores colecciones de Europa. El trabajo de preparación de la exposición ha sido tal, que va a permanecer abierta un año. Normalmente, las exposiciones temporales completarán la idea de Colecciones Reales y permitirán miradas nuevas en aspectos que no estén bien representados en la Galería. También pensamos traer una selección de colecciones reales de otros países. Este espacio permite imaginar, recrear y jugar.

Se exponen tapices, carruajes, armaduras, mobiliario... ¿qué ha supuesto mayor esfuerzo de restauración y puesta a punto?El esfuerzo que supuso el traslado de los carruajes ha sido extraordinario, aunque hayan venido desde el Museo de Carruajes del Campo del Moro. El traslado fue un espectáculo. Podemos decir lo mismo de los tapices, ya que nuestros maestros del taller de tapicería arreglaron todo para que fueran correctamente expuestos; nuestros ebanistas han trabajado para que los muebles estén perfectos; para montar las armaduras se precisó crear los maniquíes donde se sustentan. Es como hacer un cuerpo a la medida del traje. Todo se muestra en un estado óptimo y los años previos ha sido muy trabajosos.

¿De qué modo la tecnología se ha introducido en la Galería de las Colecciones Reales?El material informativo se encuentra en las aplicaciones y sistemas habituales, pero hemos tratado de no molestar al espectador. Hay unas pantallas táctiles que permiten ver los extraordinarios interiores de los carruajes como si estuviéramos dentro, con los detalles de bordados y textiles, mediante una grabación previa. También tenemos dos trípticos para explicar el significado histórico de los Austrias y los Borbones. Las audioguías se pueden seguir con una tablet que se les proporciona o a través del dispositivo propio. Por otra parte, en el espacio con los restos arqueológicos de la muralla de Madrid, que tienen una potencia mayor de lo que se pensaba, contamos el nacimiento de la ciudad con un video, a la vez que el espectador puede observar cada parte de las ruinas mediante un juego sutil de iluminación. También la web seguirá creciendo y mejorando.

Hay también un cubo inmersivo.Así es. Hay un cubo inmersivo para mostrar, por ejemplo, el amanecer en el monte de El Pardo y cómo los ciervos se nos acercan; las fuentes de La Granja o la gran biblioteca de El Escorial. Es una experiencia para conocer la riqueza del Patrimonio Nacional.

¿Cree que la Galería puede contribuir a apreciar en mayor grado la contribución de la monarquía en el desarrollo de nuestra nación?A veces se nos escapa como ciudadanos que las obras del Museo del Prado proceden en su mayor parte de las Colecciones Reales. Aquí lo que contamos es un relato muy poderoso de belleza, poder y coleccionismo que se relaciona con lo que ha sido la monarquía hasta la época de Isabel II, cuando a su marcha al exilio se inicia la nacionalización de los bienes. Hoy en día estos bienes son de todos los españoles y por eso la institución se llama Patrimonio Nacional.

¿Tienen ya retorno de lo que los visitantes están observando con mayor interés?Hasta ahora lo que hay es una sorpresa enorme y la idea de que se trata de un museo espectacular y novedoso. Ahora queremos ver, poco a poco, las sugerencias Estamos observando que el tiempo que los visitantes pasan en las galería es mayor de lo inicialmente previsto, y la idea que queremos transmitir es que, como ocurre en las grandes instituciones, tienen que volver más veces.

El edificio en lo arquitectónico posee además un carácter simbólico, como un muro sobre el que se apoya la ciudad, ¿no es así?Esa fue una idea de los dos arquitectos, Tuñón y Mansilla. La Galería continúa y cierra la cornisa de Madrid que se inicia con el basamento del Palacio Real, continúa con la Armería y se cierra aquí. Como dice Tuñón muy poéticamente, este es un muro habitado por arte y por personas que lo disfrutan. Un edificio del siglo XXI multipremiado que contiene las ruinas del inicio de Madrid. Es una metáfora misma de lo que pretendemos ser: unas colecciones históricas en un edificio absolutamente moderno, discreto en su situación y a la vez un mirador hacia los espacios naturales que también fueron de la Corona, como el Campo del Moro y la Casa de Campo.

Por otra parte está lo que no vemos, es decir, los espacios de conservación, tratamiento, almacenamiento, etc.Sí, tenemos una sala multiusos para la puesta a punto de las obras, pero los talleres de restauración están en el propio palacio. Sobre todo, tenemos almacenes, sala de anoxia -para desinsectación-, muelle de carga y descarga con condiciones extraordinarias y sala de aduana. Ahora podemos cubrir todas esas necesidades que cualquier institución cultural requiere y hasta ahora hacíamos de manera precaria.

¿Alguna pieza por la que se sienta especialmente orgullosa de haberla incluido en esta selección?Sobre todo, porque fue muy mía y el resultado ha sido deslumbrante, la reposición del monumento de Semana Santa del Monasterio de la Encarnación. Lo tenían guardado las monjas, pieza a pieza, en el propio monasterio y no se montaba desde hace sesenta años. Tiene más de ocho metros de altura y nuestros ebanistas y doradores han hecho un trabajo extraordinario. Además, durante la restauración se descubrió que el monumento es de Ventura Rodríguez, el gran arquitecto del siglo XVIII. Personalmente, es de lo que más me siento orgullosa.

Se pretende que las obras vayan rotando de los Reales Sitios a la Galería. ¿Cree que esto beneficiará la visibilidad de Patrimonio Nacional?Queremos potenciar la visita a esos otros lugares. Estamos enseñando cincuenta piezas de El Escorial, una institución que tiene inventariadas unas 14.400. De modo que no podemos perdernos la visita a El Escorial, o a La Granja, o a los Reales Monasterios. Esta galería quiere ser una invitación a promover un viaje extraordinario por la primera institución cultural, no sólo de España sino de Europa, que es Patrimonio Nacional. No tenemos conciencia de lo que es Patrimonio Nacional. Estamos en seis Comunidades Autónomas. Esto es Marca España a tope. Cuando se entra al vestíbulo, lo primero que se encuentra el visitante en el antepecho son casi todos los nombres de las instituciones que gestionamos. Nuestra carta de presentación.

¿Qué instituciones y empresas van a contribuir a las actividades de la Galería de las Colecciones Reales?La sociedad civil se está interesando por el apoyo que pueda brindar a este nuevo espacio y a Patrimonio Nacional. Por ejemplo, la exposición temporal de carruajes está patrocinada en una parte fundamental por la Fundación Santander. Tenemos varios pretendientes y estamos deseando que llegue ayuda.