Hallados 32 perros esqueléticos, con cicatrices y cubiertos de parásitos en un cortijo de Granada

  • Dos personas están siendo investigadas por maltrato.
Un agente del Seprona en una perrera.
Un agente del Seprona en una perrera.
EP
Un agente del Seprona en una perrera.

El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Granada investiga a dos hombres, de 34 y 21 años, por un presunto delito contra los animales por el pésimo estado en el que los agentes del Seprona encontraron a sus 32 perros en un cortijo semiderruido de Cogollos Vega. Los arrestados también están acusados de intrusismo profesional porque a muchos de los canes les habían cortado los rabos y las orejas con fines estéticos no justificados por veterinario alguno.

La Guardia Civil supo de la existencia de una reala de perros esqueléticos y cubiertos de parásitos que malvivían entre las ruinas del cortijo. La patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza del Destacamento de Sierra Nevada lo localizó y encontró a los galgos en unas condiciones absolutamente deplorables. Estaban caquéxicos, es decir, presentaban delgadez extrema, y se encontraban deshidratados y cubiertos de pulgas y garrapatas.

Los agentes del Seprona decomisaron todos los perros e hicieron gestiones con diferentes protectoras de animales, hasta que encontraron el apoyo de la asociación Galgos del Sur de Córdoba, que se hizo cargo de los 32 animales.

La veterinaria de dicha asociación ha certificado la pérdida de peso corporal, masa muscular y debilidad de los perros, que estaban deshidratados, desnutridos, apáticos, anémicos y tenían cicatrices de heridas antiguas y recientes. Los animales tenían además la piel en pésimo estado por dermatitis, lesiones por decúbito y diarreas líquidas.

La Guardia Civil ha descubierto, además, que a dos de los perros les habían implantado los microchips de dos animales muertos. Tras ello han localizado a los dos propietarios de la rehala, que han reconocido que los perros eran suyos.

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