Los divorcios se reducen y las custodias compartidas casi igualan las concedidas solo a las mujeres

El número de divorcios que se producen cada año en España se sigue reduciendo. En 2022, 81.302 matrimonios se disolvieron por esta vía, un 6,4% menos que los registrados en 2021, una cifra que ahonda en una tendencia a la baja que se prolonga desde comienzos de la década de los 2000. Además, los españoles que rompen su matrimonio hacen un reparto cada vez más equitativo de las cargas familias. Cuando hay hijos de por medio, un 45% de los divorcios se resuelve ya con custodia compartida, un porcentaje que no ha dejado de crecer en la última década.

Así se desprende de la estadística de nulidades, separaciones y divorcios que ha publicado el INE este jueves. El desplome en el número de divorcios que se lleva observando desde comienzos de siglo obedece a un motivo lógico: cada vez se casa menos gente. Entre 2021 y 2011 el número de matrimonios celebrados se redujo un 10%, mientras que el número de divorcios registrados en la última década (2022-2013) se ha reducido un 22%.  

Pero más allá de esa tendencia, también influye que los casamientos son cada vez más duraderos. La vida media de un matrimonio el año pasado era de 16,7 años, 1,2 años superior a la que se registraba en 2010. El matrimonio promedio que se divorció en 2022 se había casado en 2005. Si tomamos como referencia la cifra de uniones que se produjo aquel año se puede concluir que, en promedio, el 39% de matrimonios acabaron en divorcio. Una tasa que se ha ido reduciendo considerablemente en los últimos años.

Los divorcios están bien repartidos por grupos de edad. Un tercio de los divorcios se producen antes de cumplirse el décimo aniversario de bodas, otro tercio sucede entre los 10 y los 20 años de casados y el último tercio restante se ejecuta a partir de los 20 años de enlace. Además, el año pasado hubo en España 2.000 divorcios de matrimonios que no llegaron a superar el año de duración.

La mayoría de los divorcios se concentran en personas entre los 40 y los 49 años, que representan el 39% de todas las disoluciones matrimoniales. Las otras dos franjas de edad a la que es más común romper son entre los 50 y los 59 años (28%) y entre los 30 y los 39 (18%). Además, el 45% de los divorcios se produjeron en parejas sin hijos dependientes a su cargo.

A nivel autonómico, la Comunidad Valenciana (1,98 divorcios por cada 1.000 habitantes) y Canarias (1,96) son las regiones donde más disoluciones matrimoniales se registraron por habitante. Después aparecen Cataluña (1,9), Baleares (1,88), Asturias (1,85), Andalucía (1,83) o Murcia (1,81). Ya por debajo de la media nacional, aparecen Madrid (1,76), Aragón (1,71), Galicia (1,65), Navarra (1,6), La Rioja (1,59) o Castilla-La Mancha (1,57). Cierran la lista, País Vasco (1,45), Extremadura (1,44), y Castilla y León (1,38).

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El auge de la custodia compartida

En los últimos años, no solo ha disminuido el número de divorcios, también lo ha hecho la conflictividad de los mismos. Así, el año pasado únicamente el 20% de estas disoluciones matrimoniales se resolvieron con disputas en los juzgados, mientras que el resto se hizo de mutuo acuerdo. La tasa de divorcios conflictivos se ha reducido del 25% en 2013 al 20% el año pasado.

En la misma línea, la forma de resolver la situación cuando hay hijos de por medio ha ido evolucionando hacia un mayor reparto entre los dos progenitores. El año pasado, el 45% de los divorcios se resolvió mediante custodia compartida, frente a un 50,6% que se concedieron a las madres y un 3,5% a los padres. 

Desde que la custodia compartida se introdujera en España en 2005 en ley de divorcio exprés, esta fórmula no ha dejado de ganar peso. En 2013 solo se otorgaba custodia compartida en el 18% de los casos. La fórmula empezó a coger vuelo a partir de esa fecha, cuando el Supremo resolvió que la custodia compartida no era una medida excepcional, sino "normal e incluso deseable".