La OTAN afronta la cumbre del desbloqueo turco a Suecia... y de la rebaja de expectativas de Zelenski

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
EFE/JuanJo Martín
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

La OTAN camina aparentemente firme en su proceso de refuerzo y quiere dar un paso más en la cumbre de Vilna (Lituania) que se celebra este martes y miércoles, con los ojos puestos casi a partes iguales en dos nombres propios: Recep Tayyip Erdogan y Volodimir Zelenski. El primero, porque por fin ha desbloqueado la entrada de Suecia, después de alcanzar un acuerdo este lunes por la noche, y el segundo porque pide claridad a la hora de dibujar el camino occidental de Kiev, precisamente con su entrada a poder ser a corto plazo en la organización. Con todo, la Alianza pasará a estar formada por 32 miembros, toda vez que también entrará Finlandia.

En un primer momento era, en cierto modo, la cumbre de las promesas pero también del bloqueo, pese a que en la voz del secretario general, Jens Stoltenberg, se notó cierto optimismo. Quizá eso tenga que ver también con que los aliados usarán la cita para confirmar la ampliación de su mandato -la tercera- hasta 2024. No quieren cambios de timón en plena invasión rusa de Ucrania y la confianza en el noruego es total. "Sí que preocupa el asunto de Suecia, pero sobre Ucrania el mensaje de unidad se mantiene, como ya se vio en la cumbre de Madrid. La línea a seguir es esa", se limitaron a decir fuentes cercanas a la OTAN a 20minutos a solo unas horas de que arranque la reunión de líderes en la que estará el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pese a la campaña electoral.

Volodimir Zelenski quiere garantías y de hecho ha amenazado con no ir a Vilna si no las tiene. Ucrania tiene que entrar en la OTAN más pronto que tarde, repiten desde Kiev; pero no Stoltenberg ni Estados Unidos, que lidera de facto la Alianza, quieren dar falsas esperanzas. Eso no quiere decir que la puerta no esté abierta, que lo está, tal como ha repetido el secretario general. En el futuro, según él, habrá seguro un acuerdo para la entrada. "No estoy diciendo que vaya a ser siempre fácil y directo porque cuando hay tantos aliados evidentemente hay posturas distintas, opiniones distintas, pero no es nada nuevo... es una de los puntos fuertes de la OTAN. Siempre nos unimos en torno a una tarea común, un mensaje común", expresó en una entrevista con la televisión británica Sky News.

Por lo pronto, la OTAN ha acordado ya elevar las relaciones con su país vecino con la creación del Consejo Ucrania-OTAN, y para Stoltenberg se trata de un paso ya realmente importante. "Esto nos proporciona una herramienta para profundizar y reforzar de verdad la asociación entre Ucrania y la OTAN y para ayudar a Ucrania a acercarse más a la OTAN y a su ingreso", sentenció. Zelenski, por su parte, irá a Lituania con la lección muy repetida: entrada, sí o sí, cuando acabe la guerra.

Un país que está a favor de esa entrada es Turquía. Erdogan insistió estos días en que Ucrania "debe" estar en la OTAN, y también lo estará Suecia después de un pacto casi sobre la bocina, a solo unas horas del inicio del encuentro. En la cumbre de Madrid, celebrada hace un año, parecía que se despejaba el trayecto, pero para Erdogan siguió habiendo obstáculos casi insalvables... hasta que ha llegado la cita de Vilna.

Con la idea de solucionarlos se han intensificado los contactos en los últimos meses, sobre todo después de que sí se levantase la mano por parte de Turquía para la entrada de Finlandia, que pretendía entrar a la vez que Suecia pero que se descolgó por su cuenta al ver las dificultades. Uno de los que intentará convencer al presidente turco es Joe Biden. El líder estadounidense se verá de hecho con Erdogan de manera bilateral durante la cumbre y la Casa Blanca insistirá en la necesidad del desbloqueo.

Erdogan lanza otro órdago

Erdogan había añadido este lunes un órdago más: quiere que la UE desbloqueé las conversaciones para la entrada de Turquía en el bloque y a cambio él hará lo propio con las de Suecia y la OTAN. Desde Bruselas la respuesta ha sido clara. Y es que la entrada un país en el proyecto comunitario "depende de sus méritos", y en el caso otomano las conversaciones llevan años bloqueadas. Por su parte, Stoltenberg ha pedido en rueda de prensa al presidente turco que use "el ímpetu" de la cumbre para desbloquear la cuestión.

"Se han acabado las exigencias", sostuvo por su parte el presidente lituano, Gitanas Nauseda. "No tenemos garantías ni certidumbres, pero tenemos el ímpetu de la cumbre y lo tenemos que usar para conseguir tanto avance como sea posible", pidió por su parte el secretario general de la Alianza, quien aseguró además que Estocolmo "ha cumplido con su parte" del trato. Stoltenberg, al mismo tiempo, creyó en todo momento que era posible "tomar una decisión" antes de que acabe el encuentro de líderes.

Pero Turquía parecía tener claros sus argumentos. "Suecia ha dado pasos importantes en la dirección adecuada tras sus enmiendas a la legislación antiterrorista", expresaron desde el Ejecutivo. "Sin embargo, estos pasos han sido anulados por las libres manifestaciones de terror de los partidarios del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), del Partido de la Unión Democrática (PYD) y de las Unidades de Protección Popular (YPG)", apuntaron, al respecto de los últimos hechos acontecidos en las calles de Estocolmo, con quemas incluso de ejemplares del Corán.

"No creo que esté preparada para entrar en la OTAN"

Al mismo tiempo, Joe Biden volvió también al asunto de Ucrania y ha querido enfriar las perspectivas de Zelenski. "No creo que esté preparada para entrar en la OTAN", aseguró en una entrevista a la CNN. "No creo que haya unanimidad sobre la conveniencia o no de incorporar a Ucrania a la familia de la OTAN ahora, en este momento, en medio de una guerra", avisó, a la vez que recordaba que una entrada de Kiev en la Alianza Atlántica implicaría a la organización directamente en la guerra, algo que los 30 miembros han evitado en todo momento. "Es un compromiso que todos hemos adquirido, pase lo que pase. Si la guerra continúa, entonces todos estamos en guerra. Estamos en guerra con Rusia, si ese fuera el caso", terminó.

Precisamente desde Moscú llegó una reacción que no por conocida deja de ser rotunda. El Kremlin ha vuelto a avisar de que la posible entrada de Ucrania en la OTAN supondría un "peligro absoluto" para el país y ha advertido de que tendría "unas consecuencias muy, muy negativas" para la estructura de seguridad en el continente europeo. "La posición de Rusia es absolutamente comprensible y consistente. La entrada de Ucrania en la OTAN tendría consecuencias muy, muy negativas para toda la arquitectura de seguridad, ya dilapidada en Europa", ha dicho el portavoz, Dimitri Peskov.

La OTAN, con todo, sienta a sus líderes en torno a una mesa con varios frentes abiertos. Hace un año que la Alianza renovó su concepto estratégico, confirmando a Rusia como principal amenaza y a China como desafío más relevante. Ahora tiene que confirmar su ampliación a 32 miembros con Finlandia y con una Suecia que lo tiene complicado. Mientras, los mensajes a Putin se suceden a la vez que se prefiere una mirada larga con Ucrania. Apoyo a Zelenski sí, pero sin acceso... porque eso metería a Occidente en la guerra. Y eso sí es algo que no está -ni estará- en la agenda.

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