Un ruso jugando al Tetris: 30 años de la primera videoconsola en el espacio

Si ahora mismo te preguntasen cuál es el lugar más raro al que has jugado con una videoconsola, puede que te sorprendas. Ahora, con la Nintendo Switch es muy fácil, ya que puedes llevártela a algún lado y jugar a alguno de tus juegos favoritos, pero en la época de los 80-90 teníamos consolas de mesa. Mítica Nintendo 64, Super Nes o Playstation 1.
Si ahora mismo te preguntasen cuál es el lugar más raro al que has jugado con una videoconsola, puede que te sorprendas. Ahora, con la Nintendo Switch es muy fácil, ya que puedes llevártela a algún lado y jugar a alguno de tus juegos favoritos, pero en la época de los 80-90 teníamos consolas de mesa. Mítica Nintendo 64, Super Nes o Playstation 1.
Si ahora mismo te preguntasen cuál es el lugar más raro al que has jugado con una videoconsola, puede que te sorprendas. Ahora, con la Nintendo Switch es muy fácil, ya que puedes llevártela a algún lado y jugar a alguno de tus juegos favoritos, pero en la época de los 80-90 teníamos consolas de mesa. Mítica Nintendo 64, Super Nes o Playstation 1.
Si ahora mismo te preguntasen cuál es el lugar más raro al que has jugado con una videoconsola, puede que te sorprendas. Ahora, con la Nintendo Switch es muy fácil, ya que puedes llevártela a algún lado y jugar a alguno de tus juegos favoritos, pero en la época de los 80-90 teníamos consolas de mesa. Mítica Nintendo 64, Super Nes o Playstation 1.

Si ahora mismo te preguntasen cuál es el lugar más raro al que has jugado con una videoconsola, puede que te sorprendas. Ahora, con la Nintendo Switch es muy fácil, ya que puedes llevártela a algún lado y jugar a alguno de tus juegos favoritos, pero en la época de los 80-90 teníamos consolas de mesa. Mítica Nintendo 64, Super Nes o Playstation 1. Esta época se recuerda de forma nostálgica para muchos porque fue el primer contacto con este extenso mundo, el de los videojuegos. Parecía que cada nuevo lanzamiento que se hacía era inmejorable. Los gráficos, la fluidez o los nuevos juegos que había parecía que habían alcanzado su culmen. Pero no. Siempre había sitio para una nueva e impresionante mejora. Pues imaginad cuando pasamos de poder estar jugando en el sofá de nuestras casas a estar andando por la calle y decir “me voy a sentar aquí y voy a echar una partida”. Sacar una videoconsola portátil… Y jugar. Por eso la aparición de la primera Game Boy fue una revolución en toda regla.

A muchos de nosotros nos tocó la época de la Game Boy Color con los míticos Pokémon Rojo, Azul y Amarillo. Siempre había algún compañero de clase que se sentaba en un banco o bordillo a jugar y de repente se formaba un corrillo alrededor para ver. Todos se quedaban obnubilados viendo la pantalla. Todos querían jugar a esos juegos. Todos querían una Game Boy y muchos afortunados la tuvieron.

A partir de ahí “la maquinita” era la tónica general después de clases… Y en casa. Aprovechar cualquier momento que se podía para poder jugar era obligatorio y a veces, incluso, a escondidas. Por eso podría decir que el lugar más raro al que muchas han jugado a una consola es aprovechando el reflejo de una farola en la cama, ya que, por si acaso recordamos, hasta más adelante no se incluyó luz en la pantalla de la consola. Eso sí que era un reto.

Aunque en realidad esto es una nimiedad en comparación a lo que sucedió en la Soyuz TM-17 en 1993, ya que pocas personas pueden decir que han jugado a una videoconsola portátil… En el espacio.

La Game Boy es impresionante

La versatilidad de esta consola lanzada al mercado en 1989 supera con expectativas lo que se podía ofrecer en la época. Además de que popularizó la siempre destacable franquicia de Pokémon, sus múltiples accesorios (algunos buenos, otros no tanto) no dejaban a nadie indiferente.

Hoy día es normal ver cómo los dispositivos móviles tienen cámaras incorporadas, pero en los 90 era inusual… Hasta que apareció la Game Boy Camera. Además, si querías imprimir las fotos, existía una miniimpresora llamada Game Boy Printer. Vamos, lo más de lo más.

La cámara frontal giratoria 180º permitía utilizarse para tomar fotografías en escala de grises, editarlas o crear dibujos originales. Sí, también permitía hacerse selfies que podían imprimirse en papel térmico con la impresora Game Boy. ¿Creéis que esto era impresionante? Pues no es ni por asomo el mejor accesorio, ya que la Game Boy también podía usarse como sónar.

Game Boy Camera y Game Boy Printer a la izquierda, y Game Boy PocketSonar a la derecha
Game Boy Camera y Game Boy Printer a la izquierda, y Game Boy PocketSonar a la derecha
GAME BOY

El Game Boy Pocket Sonar es un periférico fabricado por Bandai que utilizaba un sonar para localizar peces a una profundidad de hasta 20 metros bajo el agua usado principalmente en el deporte de la pesca (también contenía un minijuego de pesca). Lo malo es que no se comercializó internacionalmente y a más de uno le hubiera gustado irse al puerto con una Game Boy para jugar y pescar. Aunque… Bueno. Llevarse una consola a la costa para pillar algún que otro pez no es nada raro en comparación a llevársela al espacio.

Jugando a la Game Boy en el espacio

El astronauta Aleksandr A. Serebrov se convirtió en la primera persona en jugar a un videojuego en el espacio cuando metió en la maleta una Game Boy y su copia personal de Tetris para su viaje a la Estación Espacial MIR hace ya 30 años. Este hecho figura en el libro Guinness de los Records donde se menciona que el juego partió de la Tierra el 1 de julio de 1993 a bordo del cohete Soyuz TM-17 y se jugó durante el tiempo libre de Serebrov mientras orbitaba el planeta. El propio Serebrov mencionó que "Como a todos los astronautas, me encanta el deporte. Mis favoritos son el fútbol y la natación. Durante el vuelo, en los escasos minutos de ocio, disfrutaba jugando a la Game Boy".

Este acontecimiento fue tan especial que la Game Boy que llevó Serebrov, que pasó 196 días en el espacio y ha orbitado la Tierra más de 3.000 veces, se subastó en el año 2011 por 1200$. En la puja se incluían el cartucho de Tetris insertado en la parte superior trasera, junto con folleto de instrucciones (sí, esos que ya no se hacen, pero que molaban muchísimo) portando tanto el folleto como en la parte delantera de la Game Boy un matasellos de MIR, la extinta estación espacial rusa.

Serebrov es la prueba de que echar una partidita de vez en cuando puede ser relajante. Una forma de evadirte de todo lo que te rodea. Ya sea una jornada laboral, un trabajo del cole… U orbitar por el espacio a miles de kilómetros de la superficie terrestre. 

Foto de la puja por la Game Boy de Serebrov.
Foto de la puja por la Game Boy de Serebrov.
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