Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Qué hizo mal Carlota Corredera

Carlota Corredera, en 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'.
Carlota Corredera, en 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'.
Mediaset
Carlota Corredera, en 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'.

Carlota Corredera presentó dos de los programas de más éxito del Telecinco de los últimos tiempos. Rocío: contar la verdad para seguir viva y Sálvame. Y, sin embargo, ha desaparecido de Mediaset, a pesar de ser un rostro muy reconocible para el público del canal.

La audiencia potencial de la emisora se sentía reflejada en Corredera: era una mujer representativa de la sociedad. No era un busto parlante perfecto, ni parecía querer serlo. Una chica que empezó de redactora, creció como directora de programas y maduró frente a la cámara.

Pero su punto de más éxito profesional fue con la docuserie de Rocío Carrasco que descolocó, pues enfrentaba al espectador a sus propios prejuicios. Este programa era una especie de derecho de réplica de la hija de Rocío Jurado desde la misma frecuencia en la que tantas veces había sido juzgada, sentenciada y condenada por tertulianos y su propio ex marido. Aunque, al final, el programa sobre todo fue una catarsis nacional de las malas prácticas profesionales de la prensa rosa y del machismo incrustado en la sociedad. Ese machismo que tampoco trata igual al hombre que a la mujer en una separación. Ese machismo intrínseco que todavía cuesta asumir por muchas y muchos. La serie documental lo delataba. Nos lo ponía de frente. E incluso el Ministerio de Igualdad aplaudió el formato, que entremezclaba reivindicación y el show de Telecinco. Una combinación que puede ser perversa.

Paradójicamente, la entrada del discurso político en este prime time a flor de piel atrincheró a la docuserie en una de las dos Españas. Y, de repente, Rocío: contar la verdad para seguir viva, que era un éxito en una programación en decadencia, se sintió como uno de los motivos de la pérdida de audiencia de Telecinco. ¿La sociedad no estaba preparada para enfrentarse a su propio machismo en prime time? La sociedad sí, las audiencias lo demostraron. Los problemas eran otros. No unos discursos de Carlota o de Carrasco, discursos de tantos que hay a todas las horas de Telecinco. Del magARcine matinal a la noche.

Pero la realidad terminó demostrando que las víctimas siempre son las mismas. La que se quedó fuera de Mediaset fue la mujer que no cumple con un patrón físico y que, además, decidió pensar por cuenta propia e incluso osó en reivindicar igualdad de género explicando en la tele actitudes que tenemos interiorizadas y que son tremendamente tóxicas. ¿Qué hizo mal Carlota Corredera? Ser Carlota Corredera.

La desaparición de Carlota Corredera de Telecinco es un ejemplo más de que los colectivos vulnerables lo continúan siendo. Hasta cuando se colocan en posiciones de privilegio. Son los primeros castigados si hay que tomar decisiones. Se utilizan como excusa, como moneda de cambio.

Ahora Carlota Corredera ha estrenado un podcast, Superlativas, el género al que se está marchando la audiencia que se siente huérfana de una televisión que hable su mismo idioma. Y, mientras tanto, Telecinco ha dejado escapar a otra de sus profesionales más identificables. Su perfil hacía más plural a esa inteligente familia de presentadores que el público asociaba en exclusiva a la emisora. Porque el viejo Mediaset supo crear un diverso plantel de profesionales que no se parecía a ningún otro canal, sólo a la sociedad española. La sociedad española con todas sus cosas. Hasta con sus ganas de seguir creciendo sin hacer de menos a nadie por su físico, sexualidad, identidad o gestualidad. Porque el carisma de la telegenia nada tiene que ver con las poses de la fotogenia.

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