Con todo vendido desde hacía meses, Alejandro Sanz volvió este jueves con su gira Sanz en vivo a Madrid con el primer de los dos conciertos seguidos que dará el madrileño en el Wizink Center de la capital.
Lo hizo, además, en un momento personal complicado, marcado por su ruptura con Rachel Valdés y unos supuestos problemas económicos, y que hizo público hace ahora un mes en las redes con un duro mensaje que hizo saltar todas las alarmas acerca de la salud del cantante. "Estoy triste y cansado. A veces no quiero ni estar, literalmente", afirmó en aquel tuit.
Fue antes del inicio de su gira, que este jueves llegó a su Madrid del alma. Y, en ella, en su ciudad natal, se dejó el ídem. Sus emociones, de manera prácticamente literal. Arropado por un público entregado que sumaba varias generaciones, el cantautor desplegó una buena dosis de los himnos que le han llevado a ser uno de los solitas españoles más reconocidos a nivel mundial.
Así, paseó por el escenario del recinto madrileño temas como No es lo mismo, Todo lo que fui o Mi marciana. Entonces, llegó uno de los momentos más bonitos de la velada al sacar al escenario a su hija Alma, que cumplía años, para dedicarle Mi persona favorita. Durante toda la actuación se vio al Alejandro más persona que cantante, que 'volvió' una vez su hija se fue a bambalinas.
Después llegaron Desde cuándo, Cuando nadie me ve o El alma al aire, cantada a dúo con Nathy Peluso. "Estamos a un paso del abismo, pero también a un paso del paraíso", reflexionó el madrileño antes de dar paso a Looking for paradise.
Otros de los momentos cumbre de la noche llegó con Corazón partío, en la que sacó a niños y adolescentes de los barrios de las Tres Mil Viviendas y Estancia Barrera de Sevilla, que cantaron y bailaron al son de la icónica canción del madrileño.
El show, que duró algo más de dos horas, avanzó irremediablemente hasta llegar al final entre sus temas más recientes, correspondientes a su último disco, Sanz, y los más recordados, justo antes del final: Viviendo deprisa -junto a Dani Martín-, Lo ves e Y si fuera ella, que cerró un espectáculo en el que, por ambas partes, público y cantante, los sentimientos y las emociones estuvieron más presentes que nunca y a flor de piel. "Madrid, te quiero un huevo. Viva la vida", proclamó, en su despedida, Alejandro Sanz.
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