Manuel Mostaza Barrios Politólogo y Director de Asuntos Públicos de ATREVIA
OPINIÓN

La hora de la verdad

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en la Moncloa este lunes.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en la Moncloa este lunes.
Eduardo Parra / Europa Press
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en la Moncloa este lunes.

El último domingo de mayo se plasmó, negro sobre blanco, todo aquello que las encuestas, las de verdad, venían anticipando a lo largo de los últimos meses: el desgaste de los dos partidos que, desde principios de 2020, sostienen al gobierno. También, quizá, el final de un ciclo iniciado hace casi diez años y que puso en peligro la estabilidad del bipartidismo en nuestro país. Tanto el PSOE como Unidas Podemos no han dejado de perder poder territorial cada vez que se han convocado elecciones —las contradicciones no son fáciles de cabalgar en la vida real— en los últimos años y por eso, y quizá alarmado ante un declive que parecía no tener fin, el presidente decidió convocar a los españoles a las urnas en la insólita fecha del 23 de julio.

De la encuesta que publica hoy este periódico fíjese en un dato más relevante que la intención de voto, y es el deseo mayoritario de la sociedad española de que se produzca un cambio de gobierno. Un 60% de los españoles apoya este cambio, pero el dato más destacado es que, entre los votantes del Partido Socialista, este porcentaje supera el 35%; es decir, uno de cada tres votantes socialistas apuesta por la alternancia. Pensar que alguien puede ganar unas elecciones cuando más de un tercio de tus votantes quiere un cambio es ser demasiado optimista, aunque sorpresas nos hemos llevado a lo largo de estos años como para no ser prudentes durante estas próximas semanas. En cualquier caso, el cambio de tercio está en el ambiente: más de la mitad de los ciudadanos considera que ganará el PP y que con Vox conseguirá una mayoría más o menos cómoda

Otro elemento fundamental va a ser la fidelidad de voto: la pujanza electoral de los populares, con seis puntos de ventaja sobre los socialistas, se basa en un hecho incontestable como es el que casi nueve de cada diez de sus votantes se plantea repetir, una cifra casi veinte puntos superior a los de sus rivales. En los extremos, las noticias tampoco son buenas para la izquierda: la lealtad de los votantes de Vox es netamente superior a la de los votantes de Sumar, que apenas arrastra a la mitad de los votantes de Unidas Podemos. Con estos mimbres, el cesto que se construye muestra un claro predominio del espacio electoral del centro hacia la derecha, en detrimento de los partidos que conformaron el gobierno en 2020.

Quedan unas semanas apasionantes y, como siempre, serán las encuestas la única luz que nos ilumine en medio del caos para saber lo que está pasando. No se lo pierda, desocupado lector.

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