Los hombres ganan de media 434 euros más al mes que las mujeres

Imagen de archivo de una empleada en su puesto de trabajo en una oficina de Madrid.
Imagen de archivo de una empleada en su puesto de trabajo en una oficina de Madrid.
GUSTAVO VALIENTE / EP
Imagen de archivo de una empleada en su puesto de trabajo en una oficina de Madrid.

Da igual que sea en la hostelería o en la banca. Que se trate de directivas o peones de obra. Que sea su primer empleo o estén contando los meses para jubilarse. Que tengan contrato parcial o a tiempo completo, o que sea indefinido o temporal. Las mujeres tienen, por sistema, un salario peor que el de los hombres. La brecha de género atraviesa de arriba abajo y de izquierda a derecha todo el escalafón salarial de la economía española.

Así lo certifica, una vez más, la Encuesta de Estructura Salarial que publica el INE todos los años. Una estadística que, en su última edición, correspondiente al ejercicio 2021, refleja que el salario medio de los hombres en España alcanzaba los 28.389 euros anuales frente a los 23.176 que percibieron las mujeres. Una diferencia de 434 euros al mes (5.200 euros al año). 

En conjunto, los asalariados percibieron de media 25.900 euros brutos anuales en 2021. Una cifra que camufla la realidad de la mayoría de los trabajadores en España. La mitad de los españoles cobra menos de 21.600 euros y el sueldo más frecuente apenas alcanza los 18.500 (un 0,1% más que en 2020). 

Las diferencias retributivas entre hombres y mujeres se repite en todas las profesiones, aunque de manera desigual. Las mayores desigualdades salariales se encuentran en las actividades administrativas y en sanidad y servicios sociales. En estos sectores los hombres ganan un 40% más que las mujeres. Aunque las diferencias también son muy llamativas en las actividades profesionales, científicas y técnicas (36%), el sector inmobiliario (33%), el comercio (33%) o la banca y los seguros (29%). En el lado opuesto, el transporte (7%), la construcción (8%) y la educación (9%) son las actividades con menos desigualdad retributiva. 

Esta brecha se extiende también a todas las escalas profesionales, aunque son particularmente acusadas entre los trabajadores especializados de la industria y los empleados no cualificados de los servicios (36%). Operadores de maquinaria (35%), trabajadores sanitarios y de cuidados (31%) y directores y gerentes (24%) tienen también un salario medio muy superior al de sus compañeras femeninas.

La precariedad tiene nombre de mujer

Cuando se analiza la estructura salarial en España desde los sueldos más precarios hasta los más elevados se observa como las mujeres se concentran en el escalafón más bajo y tienen una presencia escasa entre los sueldos más altos. Dos de cada tres trabajadores que cobran un SMI o menos en 2021 (13.300 euros al año) eran mujeres. Además, una de cada cuatro asalariadas en España percibe lo mismo o menos que esa cantidad frene a solo un 11% de los hombres.

En el resto de escalafones de sueldo la proporción de mujeres es más baja que la de hombres y ese porcentaje se va reduciendo según se va avanzando hacia salarios más altos. Hasta el punto de que en el escalón retributivo más elevado (quienes cobran más de 106.000 euros) solo el 20% son mujeres. Dicho de otro modo: cuanto más elevado es el nivel de más difícil es encontrar mujeres que lo cobren.

Pero uno de los factores en las que mejor se ve la brecha salarial y que contribuyen a explicar una parte fundamental del problema es la edad. Aunque los hombres ganan más que las mujeres en todos los grupos de edad, esas diferencias comienzan a ensancharse a partir de los 29 años, una edad en la que la maternidad se dispara. Entre los 25 y los 29 años la brecha salarial se sitúa en 2.650 euros, pero al saltar al grupo de 30 a 34 años se dispara hasta los 3.777 euros y sigue aumentando hasta alcanzar los 6.800 euros transcurridos los 50 años.

La parcialidad, una de las claves

La mayor tasa de trabajo a tiempo parcial entre las mujeres contribuye a explicar una parte muy importante de la brecha salarial. Si se mide la retribución sin distinguir por tipo de jornada, los hombres ganan un 22,5% más que las mujeres. Sin embargo, si se limita el análisis solo a las jornadas completas, la brecha se reduce drásticamente hasta el 9,1%.

De media, el 22% de las mujeres trabaja a tiempo parcial, una tasa que triplica con creces la de los hombres. Si tenemos en cuenta que los asalariados a tiempo completo cobran 2,5 veces más que quienes lo hacen a tiempo parcial, es evidente que una gran parte de la brecha de género viene por esta vía. En este sentido, los motivos y las edades en las que se dispara la parcialidad entre las mujeres son reveladores.

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Lo normal es que los asalariados, conforme van haciéndose más mayores, empiecen a trabajar a tiempo completo con más frecuencia. Sin embargo, cuando las mujeres alcanzan la edad de maternidad, sus tasas de parcialidad se estancan, mientras que las de los hombres siguen reduciéndose hasta niveles mínimos.

En este ámbito, la feminización de los cuidados juega un papel importante. Según se desprende de la Encuesta de Población Activa (EPA), el 93% de los asalariados que trabajan a tiempo parcial para dedicarse al cuidado de niños, enfermos, incapacitados o mayores son mujeres. La cuestión no es baladí si se tiene en cuenta que esta es la segunda causa por la que más empleados trabajan a tiempo parcial.

Además, el 75% de los trabajadores a tiempo parcial que se ven en esta situación porque no consiguen trabajo indefinido son mujeres. Una tasa que se dispara a partir de los 35 años, lo que podría estar reflejando dificultades para reincorporarse al mercado laboral con horario pleno tras la maternidad.

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