Un estudio sobre la observación de 'El Jardín de las Delicias' en el Museo del Prado revela la irresistible atracción del Infierno

Mapa de áreas que reciben más atención del observador en 'El jardín de las delicias' de El Bosco
Mapa de áreas que reciben más atención del observador en 'El jardín de las delicias' de El Bosco
Museo Nacional de Prado
Mapa de áreas que reciben más atención del observador en 'El jardín de las delicias' de El Bosco

Era de esperar. Si nos dieran a elegir entre echar un vistazo a lo que se cuece en el Infierno o contemplar las bonanzas del Paraíso, la mayoría acabaríamos aproximándonos a la mirilla de Pedro Botero. Es lo que acaba de demostrar empíricamente un estudio del Grupo de Neuroingeniería Biomédica de la Universidad Miguel Hernández de Elche, aplicando tecnologías avanzadas para registrar el comportamiento del público frente a una pintura emblemática que nos ofrece tan opuestos mundos: El Jardín de las Delicias (1500-1505) de El Bosco.

'El Jardín de las Delicias' de Jheronimus Bosch 'El Bosco' pintado entre 1500 y 1505
'El Jardín de las Delicias' de Jheronimus Bosch 'El Bosco' pintado entre 1500 y 1505
Museo Nacional del Prado

La técnica empleada para el estudio permite registrar la posición de los observadores frente al tríptico, medir el tiempo que cada persona mira la tabla y, concretamente, qué parte de la obra despierta mayor atención. Además, también es capaz de medir, de manera simultánea con la observación, el tamaño de las pupilas lo que proporciona información relevante sobre las respuestas emocionales.

Detalle del panel del Infierno en el tríptico 'El Jardín de las Delicias' de El Bosco
Detalle del panel del Infierno en el tríptico 'El Jardín de las Delicias' de El Bosco
Museo Nacional del Prado

Las conclusiones llevan a estimar el tiempo promedio de observación del panel del Infierno fue de 33,2 segundos/m2, frente a los 26 seg/m2 de la tabla central y 16 seg/m2 del Paraíso. Se ofrece la referencia de segundos por metro cuadrado porque la superficie difiere entre panel central y laterales, pero la diferencia entre Infierno y Paraíso es muy evidente: más del doble de tiempo dedicado a las tinieblas del Averno. En concreto, la figura denominada Hombre-árbol -que vemos arriba- es la que concentra en mayor medida nuestras miradas, según el gráfico inicial.

Se han empleado gafas de seguimiento ocular conectadas a un ordenador para registrar la dirección de la cabeza, la dirección de los ojos, y los movimientos sacádicos – aquellos movimientos rápidos y simultáneos que realizan ambos ojos cuando están observando-. Se ha observado el recorrido visual típico que el público realiza, que en el 46% de los casos se inicia en el panel izquierdo de la obra, continuando luego al central y finalizando en el derecho, cosa que también tiene que ver con el sentido lógico de nuestra escritura occidental.

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