Inmaculada, una teleoperadora de la sede de Grupo Konecta BTO de la calle San Romulano, en el distrito madrileño de San Blas-Canillejas, murió de manera repentina el pasado martes. Ocurrió poco antes de las 14h, durante su jornada laboral. Una semana después, una avalancha de críticas ha recaído sobre la empresa, Konecta BTO, acusada por los sindicatos de no tener un protocolo de actuación y de haber obligado a los trabajadores a "seguir atendiendo llamadas al tratarse de un servicio esencial", tal y como se aseguraba en una nota de prensa de UGT. 

"La empresa en ningún momento obligó a nadie a quedarse en su puesto de trabajo", explica este martes un portavoz de Konecta a 20minutos. "Se sigue un protocolo de emergencia establecido por el Samur, llegan y despejan la sala, a nadie le obligó a trabajar a la empresa".

Konecta añade que se dio la opción a los trabajadores de continuar la jornada desde su casa o desde otra planta del edificio, pero que bajo ningún concepto lo hicieron junto al cuerpo de su compañera. Pasada una semana, siguen permitiendo el trabajo en remoto. “Hay trabajadores que actualmente siguen trabajando en casa. Les hemos dado la opción para favorecer a su bienestar”, dicen desde la compañía, que critican que se esté "trivializando la vida de una persona” y aseguran que “su familia no ha hecho más que dar las gracias”.

Reunión con los sindicatos

CC OO ha asegurado este mismo martes que no tiene constancia de que a los trabajadores se les obligara a seguir con su jornada laboral tras el fallecimiento de su compañera, tal y como recoge EFE. UGT, sin embargo, ha matizado ligeramente su comunicado inicial y explica a este medio que la empresa obligó a algunos empleados y a otros no. CGT, por su parte, asegura que desde la compañía sí que se pidió a los empleados que continuaran trabajando

Según fuentes sindicales citadas por Efe, la sala en la que trabajaba la fallecido es un espacio diáfano en el que los trabajadores ocupan cubículos y suele haber muchos puestos vacíos debido al teletrabajo, por lo que la distancia entre ellos es amplia.  Los sindicatos han negado conocer la causa del fallecimiento, aunque han asegurado que trabajan "bajo muchísima presión" y que se trata de un accidente laboral. 

Este martes, los sindicatos se han reunido con Konecta con el objetivo de extender un protocolo de actuación puesto que, insisten, "la empresa no cuenta con él", y quieren hacerlo llegar a las 22.000 personas que figuran en plantilla. UGT solicita que se aplique a todo el sector.

La Inspección de Trabajo está actuando además de oficio para recabar información sobre las condiciones de trabajo de la empleada en una actuación de oficio habitual en estos casos.